Letterone, el grupo inversor propietario de los supermercados Dia, ha aprobado en los últimos meses el reparto entre sus accionistas de 305 millones de dólares, unos 290 millones de euros al cambio actual. Ello pese a que dos de sus principales inversores, Mijail Fridman y Petr Aven, siguen sancionados por las administraciones de Europa, Reino Unido y EE UU por sus supuestas relaciones con la administración rusa que preside Vladimir Putin.. Seguir leyendo
Los inversores solo podrán cobrar su parte cuando salgan de las listas negras de Europa, Reino Unido y EE UU. Hasta entonces, esas cantidades figurarán como deuda en el balance de Letterone
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Letterone, el grupo inversor propietario de los supermercados Dia, ha aprobado en los últimos meses el reparto entre sus accionistas de 305 millones de dólares, unos 290 millones de euros al cambio actual. Ello pese a que dos de sus principales inversores, Mijail Fridman y Petr Aven, siguen sancionados por las administraciones de Europa, Reino Unido y EE UU por sus supuestas relaciones con la administración rusa que preside Vladimir Putin.. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, estos se mantienen fuera del consejo de administración de Letterone y tienen sus participaciones congeladas. Entre ambos suman el 49% de su capital. Esta situación les impide acceder a los dividendos que les corresponden, pero sí podrán cobrarlos en el momento en que las sanciones les sean levantadas. Así lo expresan las cuentas anuales de 2023 que Letterone ha depositado en el registro mercantil luxemburgués.. En ellas detalla cómo el 23 de febrero de este año la junta anual aprobó el reparto de 200 millones de dólares con cargo a la prima de emisión del ejercicio 2021. Además, este pasado 9 de octubre los accionistas decidieron ratificar un dividendo de 105 millones de dólares a cuenta de los beneficios del ejercicio 2023. En total, 305 millones de dólares.. Letterone reseña en sus cuentas que los accionistas que están sancionados “no tienen derecho a recibir dividendos ni devoluciones de capital” mientras continúen en esa situación. Añade, además, que “cualquier montante que se les adeude en relación con los repartos se acumularán como deudas de la compañía que no podrán reclamarse ni reembolsarse hasta que se hayan levantado las sanciones”. Es decir, ni Fridman ni Aven pueden cobrar ahora dividendos, casi 150 millones de dólares entre ambos, pero sí podrán reclamarlos cuando se les levanten las sanciones. Hasta entonces, dichas cantidades constarán en el balance de Letterone como deuda. El grupo también explica que otro de sus fundadores, Andrei Kosogov, ha decidido no cobrar su dividendo correspondiente, pese a no constar en ninguna lista de sancionados.. Listas negras. La cúpula de Letterone quedó descabezada a raíz de la invasión rusa sobre Ucrania. Junto a Fridman y Aven, también abandonaron el consejo los accionistas German Khan, Alexey Kuzmichev y el mencionado Andrei Kosogov. Salvo este último, todos constan en las listas de empresarios rusos sancionados por Europa y el Reino Unido. Fridman y Aven siguen sancionados por la UE, pese a que el Tribunal General de la UE falló este año que su inclusión en la lista negra entre febrero de 2022 y marzo de 2023 no estuvo justificada, pero en las formuladas con posterioridad, y siguen con sus activos congelados. Además, ambos fueron incorporados en agosto de 2023 a la lista de sancionados de EE UU.. Como respuesta, Letterone cortó lazos con ellos, Todos salieron del consejo y sus acciones y sus derechos de voto fueron congelados, lo que les dejó fuera de las decisiones del grupo. Como detallaba en su memoria de 2022, los sancionados “no pueden recibir dividendos ni ningún recurso económico” del grupo. “Sus despachos se han limpiado y sus asistentes han sido retirados o reasignados”, detallaba. Gracias a ello, Letterone se libró de las sanciones, a lo que también contribuyó que ninguno de sus accionistas tenga individualmente el 50% de su capital.. Consejo de independientes. Desde entonces, las decisiones de Letterone las toma un consejo de administración compuesto íntegramente por independientes, y sus únicos accionistas de peso sin sancionar son The Mark Foundation for Cancer Research, una asociación sin ánimo de lucro con una participación minoritaria, y Andrei Kosogov.. Pese a ello, el grupo ha aprobado el mayor reparto de fondos entre sus accionistas de los últimos años. Desde el entorno del mismo se explica que, pese al número de accionistas objetos de sanción, los que se mantienen pueden constituir un quórum válido en la junta, y por ello, pueden aprobar dividendos.. En 2021, Letterone aprobó uno de 115 millones de dólares a cuenta del beneficio de 2020; en febrero de 2022, justo antes de la guerra en Ucrania, aprobó otro de 105 millones por el resultado de 2021, que los sancionados sí cobraron al ser repartido antes del conflicto. En 2022 el grupo incurrió en unas pérdidas consolidadas de 5.845 millones de euros, castigado por la devaluación de sus activos por el conflicto en Ucrania, pero en 2023 registró de nuevo un beneficio consolidado de 670 millones.