«Cineasta pretencioso». Esa es la carta de presentación que uno se encuentra en todos los perfiles sociales de Stiff Sullivan. En el más estricto sentido del término podemos decir que cineasta lo es. Lo demuestran las minipelículas de terror, de poco más de un minuto, que semana a semana van plagando su canal de TikTok, con tres millones de seguidores y varios más de espectadores. Y lo de pretencioso… Quizás también lo sea.. Seguir leyendo
Los vídeos en su canal cuentan con 20 y 30 millones de reproducciones, pero el creador aspira a encontrar un hueco en el mundo del cine
«Cineasta pretencioso». Esa es la carta de presentación que uno se encuentra en todos los perfiles sociales de Stiff Sullivan. En el más estricto sentido del término podemos decir que cineasta lo es. Lo demuestran las minipelículas de terror, de poco más de un minuto, que semana a semana van plagando su canal de TikTok, con tres millones de seguidores y varios más de espectadores. Y lo de pretencioso… Quizás también lo sea.. Porque Stiff Sullivan, aunque su nombre lo dé a entender, no es un chaval con una cámara perdido en una cabaña de un bosque en Colorado. Es Carlos Iglesias, un «loco de las historias de terror» de 28 años con aspiraciones de director de cine que vive en Marchamalo, un pueblo de Guadalajara. «Yo nunca he tenido un plan b, siempre he sabido que iba a hacer cine. ¿Y si no hay alternativas? Pues tendrá que haberlas», detalla en una cafetería del centro de Madrid.. Las primeras alternativas que él buscó fueron un canal de YouTube para sus cortos o un crowdfunding para una pequeña película en 2022. Aunque el camino lo encontró en el formato vertical de TikTok al que nadie había recurrido para hacer cine. Con una cámara Sony FX3, la más pequeña en el mercado y un trípode con herrajes para sujetarla. Y le salió bien. Por ponerle contexto: el fenómeno Barbie llevó en 2023 a cinco millones de espectadores al cine en España y el conjunto de estrenos de ese año sumaron algo más de 76. Varios vídeos de su canal superan los 20 millones de reproducciones y alguno incluso los 30. «Es inevitable que todos esperemos tener cierto éxito, sobre todo en lo relacionado con la creación y el arte. Pero la sensatez está en no esperar nada nunca».. Sin embargo, él aún espera una oportunidad en el mundo del cine, que ahora sí podría estar cercana. «Pensar que vas a vivir del cine es una insensatez, preciosa pero una insensatez, que yo animo a todo el mundo a perseguir. Es complicado que den oportunidades a gente que viene de abajo porque es un mundo muy hermético, que lean tus ideas, que puedas entrar en una producción grande… Pero es verdad que a mí esto me ha abierto puertas y oídos de gente. Aún no puedo decir nada, pero alguna conversación ha habido y ojalá muy pronto se pueda dar».. Pero, por el momento, Tik Tok seguirá siendo el territorio para extender su terror, con referencias más que evidentes a uno de los reyes del género, Alfred Hitchcock. «Siempre ha sido mi referente porque, al venir del cine mudo, resumía las historias en muy poquitos planos. Y en donde no hay diálogos hay mucha información». Justo lo mismo que pasa en sus minipelículas, obligado por el formato de la plataforma, donde también se encuentran tintes de la literatura de Agatha Christie o Edgar Allan Poe. Ambos eran parte de las colecciones que el Carlos niño ojeaba en las estanterías de casa por los gustos de su madre. «Yo soy una persona que convive con muchos miedos y muy asustadiza. Y creo que la mejor alternativa para contar historias es hablar de lo que conoces. Yo lo que mejor conozco es ser un miedica».. SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL. Aunque para llegar a esas historias, primero debe pasar un proceso de tortura que le permita cumplir el calendario. Cada domingo está obligado a publicar una historia original (las últimas en colaboración con Finetwork) y la creatividad no siempre está a pleno rendimiento. «Muchas veces llega el viernes o el sábado y no sé qué hacer. Me veo grabando de madrugada para poder editar el domingo súper deprisa porque no se me ocurría nada». ¿Solución ante el bloqueo? «Tengo ciertos rituales de enfermo que son ducharme con agua fría, salir a correr sin parar hasta tener una idea o cogerme un manual de cine y seguir leyendo hasta que me surja una idea. Mi cerebro funciona por estímulos y estar muriendo de frío en la ducha hace que trabaje más rápido por estar bajo riesgo porque sabe que no voy a cerrar el agua hasta que llegue la idea».. Y siempre llega: una fiesta de cumpleaños de una niña que acaba en muerte, un viaje en el que cuatro mujeres encierran en su maletero a un chico, un chaval encerrado en un pozo al que una presencia le quiere suplantar la vida…Y con ellas los millones de reproducciones al canal. «Si no lo disfrutase tanto, mantener este ritmo es muy complicado porque tienes que ser muy disciplinado y hacer sacrificios en cuanto a ocio, relaciones…».. También en cuanto a pertenecer a un mundo, el de los influencers, tiktokers o youtubers, del que Carlos -porque este sí es Carlos-, no se siente parte. «Hay eventos en los que sí me siento cómodo, pero en otro no, no me siento parte de la categoría de influencer. Para mí que me llamen influencer es como que me llamen, no sé, cuchara, me da igual y no me enfada. Entiendo que es la forma para la gente pararte: ‘Anda, tú eres el influencer de cine de TikTok’. Pero simplemente creo que no es un mundo para mí. A mí me interesa el cine, el arte, y no formar parte de una sectita».. Siendo precisos, lo que le interesa es coger los sentimientos profundamente humanos -el miedo, la ansiedad, la alegría, la tristeza, la soledad…-, deformarlos y reformularlos como parte de una historia de terror. «Yo nunca me siento y digo ‘voy a contar una historia sobre tal cuestión’, pero hay algo que persiste que son los problemas de salud mental, porque la mente humana me fascina para lo bueno y para lo malo. Creo que el terror más humano está atado a la salud mental y está bien trabajar con los miedos con los que todos convivimos».. Por algo se ha erigido en el rey del terror de TikTok.
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