En los últimos años, las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) han sido la principal herramienta del Gobierno de España para hacer frente a la pobreza laboral. Desde la Fundación ISEAK se realizó un estudio de impacto de la subida más destacada, la del año 2019, que supuso un aumento del 22% con respecto al SMI del año anterior. Aquel estudio constataba que el impacto de aquella subida en la pérdida de empleo y en la reducción de horas trabajadas fue limitado, lo que permitió a la gran mayoría de las personas afectadas por esa subida ver aumentar su salario sin sufrir efectos negativos en su empleo.. Seguir leyendo
La raíz del problema está en el alto porcentaje de personas que trabajan a tiempo parcial o con contratos temporales
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En los últimos años, las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) han sido la principal herramienta del Gobierno de España para hacer frente a la pobreza laboral. Desde la Fundación ISEAK se realizó un estudio de impacto de la subida más destacada, la del año 2019, que supuso un aumento del 22% con respecto al SMI del año anterior. Aquel estudio constataba que el impacto de aquella subida en la pérdida de empleo y en la reducción de horas trabajadas fue limitado, lo que permitió a la gran mayoría de las personas afectadas por esa subida ver aumentar su salario sin sufrir efectos negativos en su empleo.. Con todo, es necesario destacar que España tiene todavía unos niveles de pobreza laboral alarmantes. Gracias a una reciente colaboración entre la fundación y Oxfam Intermón, se pone en evidencia que casi un 14% de las personas que tienen un empleo en España no consiguen salir de la pobreza. También se constata que un 29% de las personas en situación de pobreza trabajan durante al menos siete meses a lo largo del año, pero no obtienen los ingresos suficientes como para dejar de ser pobres.. Los resultados del estudio revelan también que el tipo de hogar es un factor fundamental para entender el fenómeno de la pobreza laboral, estando ésta especialmente presente en los hogares con menores. De hecho, investigaciones previas muestran que pobreza infantil y pobreza laboral son prácticamente dos caras de una misma moneda. A este respecto, el estudio constata que la probabilidad de caer en pobreza laboral aumenta exponencialmente a medida que lo hace la presencia de menores en el hogar. Por el contrario, cada adulto adicional en el hogar reduce este riesgo, especialmente si los adultos son mayores de 65 años, ya que las pensiones funcionan como factor protector. En este sentido también cabe destacar que los hogares con menores, además de tener unas elevadísimas tasas de pobreza laboral, son las que sufren este fenómeno con mayor intensidad, es decir, son las que más lejos se encuentran de salir de esta situación.. Los colectivos en mayor riesgo de pobreza laboral son aquellos con bajo nivel educativo, nacidos en el extranjero —especialmente fuera de la UE— y residentes en zonas rurales. Existen además diferencias territoriales notables, pues la pobreza laboral es más alta en comunidades como Extremadura y Andalucía (por encima del 16%) y más baja en Cataluña, Comunidad de Madrid, País Vasco y Navarra (por debajo del 8%). Por supuesto, la pobreza laboral también tiene un fuerte componente sectorial y ocupacional, siendo especialmente elevada en el sector primario y en las actividades del hogar (cerca del 30%) y en ocupaciones elementales y de servicios de restauración (20%).. En cuanto al tipo de empleo, la pobreza laboral recae de manera muy llamativa entre las personas empleadas por cuenta propia, donde 27 de cada 100 personas autónomas viven en situación de pobreza, frente a 10 de cada 100 personas asalariadas. Pero también destaca entre quienes tienen un empleo a jornada parcial — 23 de cada 100 personas a jornada parcial son pobres frente a 10 de cada 100 con un contrato a jornada completa—. Este dato es consistente con otro encontrado en un estudio previo de ISEAK que indica que la mitad de las personas en España que trabajan a jornada parcial lo hacen porque no pueden encontrar un empleo a jornada completa, fenómeno especialmente relevante entre las mujeres, pues casi un millón de mujeres en nuestro país trabaja a jornada parcial de forma involuntaria. De hecho, incidiendo en la importancia del tipo de jornada, se constata que, si todas las personas adultas de un hogar trabajaran a jornada completa durante todo el año, este hogar tendría garantizado no caer en la pobreza, incluso si todos sus miembros cobraran el SMI.. Estas conclusiones nos obligan a extender la mirada del nivel salarial hacia otras dimensiones como el tiempo de trabajo (cada día y a lo largo del año) para entender las verdaderas causas de fenómeno de la pobreza laboral en España. De hecho, el principal aprendizaje de este estudio reside en que la raíz del problema está precisamente en la baja intensidad laboral de una parte no menor de la población ocupada, ya sea porque trabaja a jornada parcial o porque sufre periodos de desempleo entre sus episodios de empleo.. Con este diagnóstico, nos parece imprescindible seguir dando pasos para conseguir un empleo de calidad que garantice unos niveles de vida dignos. La primera recomendación que proponemos es que el contrato de trabajo a jornada completa sea la fórmula ordinaria de contratación, manteniendo vigentes las medidas de flexibilidad interna que permitan a las empresas ajustar la jornada de trabajo en casos de limitación o reducción de la actividad. Asimismo, creemos que es necesario revisar las actuaciones públicas que fomentan el emprendimiento, y asegurarse de estas actuaciones no empujan a las personas a una situación de pobreza laboral. Por último, sería necesario realizar una evaluación rigurosa del efecto de la reforma laboral de 2021 que nos permita conocer su impacto real en la estabilidad laboral, y de manera indirecta en la reducción de la pobreza laboral.. Sara de la Rica, Lucía Gorjón y Gonzalo Romero trabajan en la Fundación ISEAK