“En este establecimiento no se acepta efectivo” o “En esta tienda, pago mínimo con tarjeta, 10 euros”. En los comercios es cada vez más común encontrarse con este tipo de avisos que, para el Banco Central Europeo, son “indeseables”. La máxima autoridad monetaria quiere poner fin a esta actitud: por un lado, busca hacerlo con un marco normativo que reconozca la libertad de los consumidores de escoger su método de pago favorito, con el fin principal de proteger y garantizar la aceptación del efectivo. Por otro, quiere acelerar el desarrollo del euro digital, la versión digital de los billetes, ante la amenaza que suponen las stablecoins y la dependencia de Europa a los sistemas de pago estadounidenses. No obstante, este proyecto sigue desarrollándose a paso lento y las autoridades tratan de contrarrestar los temores sobre los riesgos que esta nueva forma de pago supone. Uno entre todos, que lleve al declive definitivo del efectivo, aunque el BCE repite de forma incansable que no lo sustituye, sino que lo complementa.. Seguir leyendo
En la zona euro, el uso de los billetes en las transacciones pasó del 68% en 2019 al 40% en 2024 en términos de volumen
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“En este establecimiento no se acepta efectivo” o “En esta tienda, pago mínimo con tarjeta, 10 euros”. En los comercios es cada vez más común encontrarse con este tipo de avisos que, para el Banco Central Europeo, son “indeseables”. La máxima autoridad monetaria quiere poner fin a esta actitud: por un lado, busca hacerlo con un marco normativo que reconozca la libertad de los consumidores de escoger su método de pago favorito, con el fin principal de proteger y garantizar la aceptación del efectivo. Por otro, quiere acelerar el desarrollo del euro digital, la versión digital de los billetes, ante la amenaza que suponen las stablecoins y la dependencia de Europa a los sistemas de pago estadounidenses. No obstante, este proyecto sigue desarrollándose a paso lento y las autoridades tratan de contrarrestar los temores sobre los riesgos que esta nueva forma de pago supone. Uno entre todos, que lleve al declive definitivo del efectivo, aunque el BCE repite de forma incansable que no lo sustituye, sino que lo complementa.. Los temores no son baladí. En la zona euro, el uso del efectivo en las transacciones cotidianas ha disminuido rápidamente: entre 2019 y 2024, su participación en los pagos cayó del 68% al 40% en términos de volumen y del 40% al 24% en términos de valor, según el BCE. En España, la información estadística sobre servicios de pago del segundo semestre de 2024 muestra que el número total de operaciones con instrumentos distintos del efectivo alcanzó los 9.358 millones, un 10,5% más que en el mismo periodo de 2023. El importe fue de 6,5 billones de euros, un 9,5% más. Por volumen, los pagos con tarjeta aglutinaron el 65,5% del total de operaciones, y las transferencias, el 16,4%.. La caída del uso del efectivo y la preferencia por los métodos digitales hace que la eurozona dependa de proveedores de pagos estadounidenses (y privados) como Visa y Mastercard, algo que se quiere contrarrestar en un entorno de tensiones geopolíticas. Pero una solución europea todavía no existe. Esto, según la autoridad monetaria, demuestra la importancia del desarrollo de una alternativa pública. “El papel del efectivo se reducirá significativamente si no ofrecemos un equivalente digital (…) Una forma digital del efectivo protegería nuestra soberanía y garantizaría que nuestra unión monetaria sea también una unión monetaria digital“, decía Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE el pasado julio.. Pero los más escépticos creen que el euro digital tendrá el efecto contrario: el de hacer que el efectivo desaparezca. El ejemplo de Suecia resuena entre los que lo rechazan. En el país escandinavo, la disminución del uso del efectivo se ha producido de manera acelerada, debido en parte a políticas como cambios estrictos de efectivo y medidas para combatir la evasión fiscal. Muchas sucursales se niegan a manejar efectivo, la mayoría de los comercios solo aceptan pagos digitales e incluso servicios públicos como hospitales han negado transacciones en efectivo a algunos pacientes, según reporta una publicación del BCE de 2022. Todo ello generó inquietudes públicas y debates parlamentarios que impulsaron acciones destinadas a preservar el acceso y garantizar la aceptación del efectivo.. Esto demuestra que aunque los hábitos de pago están cambiando, el efectivo seguirá desempeñando un papel crucial como medio de pago y reserva de valor, según el BCE. Para justificarlo, aporta datos: a junio de 2025, hay en circulación 30.400 millones de billetes, con un valor total de 1,6 billones de euros. Tras estancarse con la subida de los tipos de interés, que hizo menos atractivo tener grandes cantidades de ahorro en efectivo, estas cifras están volviendo a crecer, actualmente a una tasa anual del 2,3% en volumen y del 1,7% en valor. “Para ponerlo en perspectiva: actualmente hay en circulación casi 5.000 euros en billetes por cada ciudadano de la zona euro”, destaca el miembro del Comité Ejecutivo del BCE.. Hace 20 años se decía que el efectivo iba a desaparecer, pero todavía esta situación no ha ocurrido, recuerda la entidad. La demanda por el efectivo se ha notado especialmente en periodos de turbulencias: durante la crisis financiera de 2008, la crisis de la deuda soberana en Europa y la pandemia de Covid-19 la tasa de crecimiento anual de los billetes en circulación se duplicó con creces. El temor de que en caso de crisis o de fallos en el sistema no se tenga acceso al dinero —el apagón registrado en España el pasado 28 de abril limitó la capacidad de pagos al uso de efectivo— también refuerza la idea de que el efectivo sobrevivirá a la digitalización de los pagos.. Por ello, el BCE insiste en la importancia de mantenerlo vivo y asegura que es su compromiso. En junio de 2023, la Comisión Europea publicó el Paquete de la Moneda Única, que incluía dos propuestas legislativas clave: la del euro digital y otra para salvaguardar el papel del efectivo y su aceptación como medio de pago accesible a particulares y empresas en la zona euro (el reglamento sobre el curso legal del efectivo). La propuesta prevé, por ejemplo, la aceptación obligatoria de los billetes, aunque con algunas excepciones, y la necesidad de una infraestructura bancaria bien distribuida geográficamente para garantizar su disponibilidad en toda la zona euro, entre otras.. Aunque no se puede aplicar un enfoque único en toda la UE por sus particularidades, el BCE insiste en que es necesario garantizar un nivel suficiente de acceso al efectivo en toda la región. “La propuesta exige que la Comisión Europea, en consulta con el BCE, establezca indicadores comunes, que permitirán a los Estados miembros supervisar el acceso a los servicios de efectivo”, insiste Cipollone. Unos puntos de conexión en los que se trabaja ya junto con la Comisión.. Aquellos carteles que prohíben el uso de efectivo como medio de pago en tiendas y comercios son “fundamentalmente incompatibles con el carácter de curso legal del efectivo en euros”, tal y como ha reconocido el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, afirma Cipollone. “El BCE se opone firmemente a estas prácticas, que lamentablemente parecen estar extendiéndose”. Pero no se limita a criticarlas: la máxima autoridad monetaria aboga por su prohibición y, una vez que el reglamento esté en vigor, pide a las autoridades nacionales competentes designadas supervisar y garantizar su cumplimiento y establecer sanciones, si necesario.. ¿Estás pensando en invertir en criptoactivos? Esto es lo que tienes que saber