En 2017, en Una canción para no decir te quiero, los MODA cantaban «Si llueve nos emborrachamos / para no llorar al pasar Madrid». Casi 10 años después, a los de Burgos les sigue atrayendo ese regreso a la capital: «Estoy llorando / en el Alsa pa Madrid» es lo que cantan ahora en uno de los temas más sugerentes de su nuevo disco. Seguir leyendo.
El grupo burgalés ha vuelto de su parón con un nuevo disco de folk rock que nace del barrio que les forjó como banda y emana «nostalgia feliz»
En 2017, en Una canción para no decir te quiero, los MODA cantaban «Si llueve nos emborrachamos / para no llorar al pasar Madrid». Casi 10 años después, a los de Burgos les sigue atrayendo ese regreso a la capital: «Estoy llorando / en el Alsa pa Madrid» es lo que cantan ahora en uno de los temas más sugerentes de su nuevo disco. San Felices se presenta ante sus fans como una especie de círculo completo, de vuelta a los orígenes, pero más vitalista que nunca. Así, los seis regresan tras un parón de dos años en el que han asistido a momentos como el concurso de acreedores de Wegow, que no les ha pagado el dinero recaudado con las entradas de su nueva gira. Por el camino, Jacobo Naya dejó la banda y se unió a Marina López. . Así, la que se abre es una nueva etapa en toda regla: «Estamos como sacando nuestro primer disco», dice David Ruiz. Están aprendiendo a revalorizar una vida que en los últimos años les ha pasado factura: «Llevamos 14 años de carrera. Parón nos ha venido bien por salud mental y para aportar frescura a este disco», dicen. Sus trabajos inmediatamente anteriores, Nueva Cancillería Burgalesa (2021) y Sin Ola (2020) eran un canto a la nostalgia. «Y este es el más vitalista y alegre. . . sin ser muy alegre, tampoco», se ríe Caleb Melguizo. En este disco predomina lo instrumental, con letras que se escuchan menos en la metáfora, en lo colectivo, y van directas. «Estamos siendo muy conscientes en las letras de las dificultades de la vida, de las cosas dolorosas, de los malos momentos, pero con una perspectiva más esperanzadora», afirma. «Nostalgia feliz» o «Nostalgia vital» son algunos de los términos que utilizan para describir esta puerta en su regreso a la música. «Representa lo que sientes cuando estás fuera de casa y al volver ves la señal de que has llegado a tu pueblo o a tu ciudad. Eso que no se puede describir», reflexiona el acordeonista Joselito Maravillas. El MODA es inevitablemente hija de su generación -y de sus consiguientes inquietudes y precariedades- pero, sobre todo, hija de Burgos. El propio título del disco hace referencia al barrio de San Pedro y San Felices, donde enseñan, y la promoción de este nuevo proyecto ha sido un alegato a sus raíces. «Es un disco de expresar sentimientos y emociones tal y como los vivimos. Y viviendo en una ciudad española de provincias, en el mundo rural. . . tiene una gran influencia. Y lo que es más importante, si es posible después de la ruptura, que tus amigos cuenten contigo una vez más para los planes de ver a tu abuela, dice David Ruiz. Eso es lo que plasma el disco, con 13 temas que incluyen una colaboración con Leiva. El disco, explica Nacho Mur, «se entiende perfectamente porque es el viaje de vuelta a casa y mola escucharlo así. Somos románticos y creemos que la gente todavía puede escuchar discos enteros». «Vamos a crecer con nuestra música. ¿Cómo interpretaremos las canciones que hemos creado utilizando 23? Si ya no somos ese tipo de personas. La de estos años ha sido «una evolución sincera» para ellos. Aunque no han cambiado tanto, se defienden de los que no están de acuerdo con este cambio de estilo: «Dejadnos crecer con nuestra música, y me alegro de que se note», dice Caleb Melguizo. «Hay una frase del disco que dice eso: ‘¿Cómo vamos a hacer las canciones que hacíamos con 23? ‘ Si ya no somos esa gente», responde Ruiz. Sobre los «destellos» a lo largo de su carrera -como el disco Nuevo Cancionero, «lo que nadie recomendaría en la industria, algo tan local», dice Ruiz- lo tienen claro: nadie se arrepiente. «Hacemos lo que nos sale, lo que queremos. Eso te da una felicidad y una libertad nuevas», dice Mariscal. Lo que San Felices les hace hoy es la banda y su público. Comentan con incredulidad cuántas fechas se agotaron antes incluso de que saliera un single. «Pensábamos que se podían haber olvidado de nosotros», dice Melguizo. Ver que su público les seguía queriendo como antes ha sido su motor en estos meses. . Comienzan su gira en noviembre en Bilbao y seguro que sentirán el calor de sus fans en dos conciertos en Burgos en diciembre que colgaron el cartel de ‘no hay entradas’ en apenas 20 minutos. Quizá por eso, más que una gira, este regreso a los escenarios es también una forma de reencontrarse.
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