La Cámara de Diputados dio el primer paso para consumar el muro arancelario que el Gobierno de la Presidenta, Claudia Sheinbaum, pretende instalar en 2026 para Asia. Con 60% de los cambios que suavizaron la propuesta inicial enviada por la Mandataria, la imposición de aranceles a más de mil 400 productos asiáticos de 17 sectores estratégicos, y la preservación del TMEC, el acuerdo comercial que salvaguarda más de 800 mil millones de dólares de intercambio entre EU y México al año, la Comisión de Economía del órgano legislativo aprobó este lunes. Continue reading
La Comisión de Economía de la Cámara de Diputados ha aprobado con cambios la propuesta del Ejecutivo para aumentar los aranceles a más de 1, 400 productos importados de China, India y otras naciones
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El Gobierno de Sheinbaum plantará un muro arancelario a más de 1, 400 productos asiáticos mientras busca preservar el TMEC, el acuerdo comercial que protege más de 800 mil millones de dólares anuales en el comercio entre México y Estados Unidos. La discusión y próxima aprobación del aumento en las tarifas de importación de países como China, Corea del Sur, India, Vietnam, Tailandia, entre otros, ha implicado un gesto de alineamiento con las medidas proteccionistas de Estados Unidos, principal socio comercial de México. Las medidas también constituyen una solución del Gobierno mexicano a su necesidad de elevar la recaudación fiscal. Las nuevas tasas dejarían en las arcas del Estado unos 52. 000 millones de dólares, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, una cantidad que ayudaría a paliar la desaceleración de la economía. La Comisión de Economía de la Cámara de Diputados conocerá la propuesta este lunes, con la intención de aprobarla de inmediato, en el pleno. El texto propuesto contiene aranceles de entre 7% y hasta 50% para productos de los sectores automotriz, textil, confección, plástico, acero, electrodomésticos, aluminio, juguetes, muebles, calzado, marroquinería, papel y cartón, motocicletas, remolques, vidrio, jabones, perfumería y cosméticos, provenientes de países sin Tratado de Libre Comercio con México. Tras una serie de mesas de trabajo con el empresariado mexicano, el Legislativo redujo algunas de las tasas, respecto a la propuesta original del Ejecutivo, que preveía el 50% del arranque para la gran mayoría de las mercancías. En su conversación con los legisladores, los industriales advirtieron que un aumento drástico en los impuestos a estos miles de productos tendría un impacto negativo en los costos de las empresas y provocaría un problema de abasto con algunos bienes que México no produce. En el centro del debate, también se prevé revisar el TMEC, ante los constantes cuestionamientos de Estados Unidos para mantener este acuerdo comercial. En virtud de este acuerdo, que se someterá a un nuevo examen en julio de 2026, México envía más del 80% de sus exportaciones al norte. A pesar de los aranceles que Washington ha impuesto a México sobre el acero, el aluminio, el cobre, los automóviles y otros productos fuera del TMEC, el río comercial binacional ha seguido subiendo este año. La segunda economía de América Latina llega a las puertas de esta negociación en horas bajas, con un PIB en desaceleración y una caída en las cifras de inversión pública y privada. Por eso, el cálculo del impacto recaudatorio de un nuevo muro arancelario sobre los productos asiáticos no es un tema menor. Los efectos que tendrá en las finanzas de la Administración de Sheinbaum es uno de los atractivos de la propuesta, refieren fuentes cercanas a la Presidencia, aunque el objetivo oficial, según el proyecto, es encontrar el equilibrio entre la industria mexicana y la competencia externa. Poner gravámenes a las importaciones, según el planteamiento del Gobierno, puede estimular la producción local, fomentar la sustitución de productos extranjeros y fortalecer las cadenas de valor nacionales. México importa de China más de 12. 000 millones de dólares al año, pero sólo exporta al gigante asiático algo menos de 9. 000 millones. Combatir este desequilibrio comercial tan pronunciado ha sido una de las principales banderas de la apuesta de Sheinbaum al desplegar miles de aranceles a textiles, autopartes, aceros y otros productos importados de Asia. Sin embargo, los industriales y expertos advierten que una implementación abrupta de las tarifas también repercutirá en una escalada de costos y en la pérdida de competitividad de las empresas mexicanas. Aunque esta ola de aranceles está en línea con la estrategia comercial de Estados Unidos y la integración regional de América del Norte, Adolfo Laborde, experto en comercio internacional del CIDE, señala que también plantearán un reto más para el sector productivo local, que tendrá que ajustar sus costos por estos nuevos aranceles a partir de principios de año o buscar nuevos proveedores. «Habrá una escalada de precios y será un reto encontrar una serie de proveedores de estos materiales, que antes eran cubiertos por países como China, en algunos casos. Por ejemplo, se puede pensar en Japón, sin embargo, esto significará un alza en los costos porque es un país más caro», dice. El impacto de las nuevas medidas recaudatorias tocará el bolsillo de los ciudadanos. «Las tarifas las pagan los consumidores domésticos y representan, bajo ciertas condiciones, una transferencia de recursos al Gobierno y a los productores», es una de las reflexiones que el Centro de Estudios Financieros ha puesto en el centro del debate. El organismo de la Cámara Baja ha recomendado que la aplicación de estas medidas sea temporal y calibrada para moderar su efecto en el aumento de los precios y no desincentivar la inversión interna y externa.
