«Hasta siempre, camarada». Así que nos despedimos hace una semana, con saludo militar incluido a punto de desembarcar en la playa de Omaha. Aunque para mí, su perfil encajaba más con un personaje de John Ford. . Seguir leyendo
«Hasta siempre, camarada. Así nos despedimos hace una semana, con saludo militar incluido», recuerda Loquillo sobre su amigo Jorge Martnez, el líder de Ilegales, fallecido el martes.
«Hasta siempre, camarada». Así que dijimos nuestro último adiós hace una semana, y el saludo militar estaba programado para desembarcar en Omaha Beach. Aunque para mí, su perfil encajaba más con un personaje de John Ford. . Arquetipo de sargento mocoso, borracho y apestoso, pero querido por la tropa. Es capaz de resistir en la posición más difícil, mientras el protagonista escapa de un cerco imaginario. En Jorge había mucho de Baroja, de los protagonistas de La busca, La lucha por la vida dio título a un disco de coral. . Si mi padre lo hubiera conocido, les habría caído bien. Me los imagino hablando de las novelas de Sven Hassel y de los héroes anónimos de cualquier guerra, también le habría dicho que me cuidara porque Jorge tenía eso, te cuidaba y se preocupaba por ti. Recuerdo que retaba a todos los que me fusilaban en las redes y tenía que decirle que eran perfiles falsos, pero él insistía. Hace unos años me regaló unas figuras que faltaban en mi colección de miniaturas sobre la Guerra de la Independencia y después los Thunderbirds, así es, Jorge, y digo así es, porque sé que me seguirá cuidando desde ahí arriba, siempre vigilante. Nunca dudes de tu palabra, tu compromiso o tu actitud. Él sabía que era un pionero y era consciente de que estaba forjando el camino de los que veníamos detrás. Le recordaré, no en las noches que pasamos juntos desafiando un día en una discoteca descalza, sino de cuando visité la casa de sus antepasados. Entre copa y copa me contaste la historia de tu familia, de las guerras carlistas, de las voces del pasado que se oían en el silencio de la noche. . ¡Cuánto me durará tu conversación, amigo mío! Tu firmeza y sabiduría de hombre de bien. . Hoy se nos va un músico que empuñaba una guitarra como el que coge un subfusil Thompson con dureza y decisión. De cuando el rock era peligroso y visceral, con la intuición necesaria y el porte de la nobleza heredada. Así era George, real, como la vida, una batalla de campanillas desde el principio. Hasta siempre, camarada, tu legado permanece.
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