Alemania tiene por delante una ardua tarea: modernizar y rehabilitar las principales infraestructuras del país, desde ferrocarriles hasta carreteras y puentes, tras años de implacable política de austeridad. En un intento de acelerar todo el proceso, el gabinete de Friedrich Merz aprobó el miércoles la Ley de Infraestructuras del Futuro. «El objetivo es simplificar, digitalizar y acelerar considerablemente los procedimientos, para que las renovaciones y ampliaciones puedan llevarse a cabo más rápidamente», declaró el Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas. Seguir leyendo.
La norma pretende agilizar la autorización de estos proyectos y reducir los posibles obstáculos judiciales y administrativos
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Alemania tiene ante sí una ardua tarea: modernizar y rehabilitar las principales infraestructuras del país, desde ferrocarriles hasta carreteras y puentes, tras años de implacable política de austeridad. En un intento de acelerar todo el proceso, el gabinete de Friedrich Merz aprobó el miércoles la Ley de Infraestructuras del Futuro. «El objetivo es simplificar, digitalizar y acelerar considerablemente los procedimientos, para que las renovaciones y ampliaciones puedan llevarse a cabo más rápidamente», declaró el Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas. El primer paso fue modificar la ley que regula el alivio de la deuda en marzo, poco después de las elecciones generales, para sentar las bases de la creación de un fondo especial de 500. 000 millones de euros para inversiones adicionales en infraestructuras y lograr la neutralidad climática en 2045. El fondo especial fue aprobado por el Parlamento a finales de septiembre. Sin embargo, para poder hacer uso de estos millones había que enfrentarse a dos grandes obstáculos: la burocracia y la eterna normativa alemana. Para evitar largos procedimientos de autorización, los expertos habían exigido una nueva ley para que las inversiones fluyeran realmente de forma eficaz y oportuna. «Acabamos con la era de los trámites interminables. Alemania requiere una infraestructura que proporcione seguridad, movilidad y viabilidad económica. Con la Ley de Infraestructuras del Futuro creamos una normativa de planificación moderna, digital y pionera. Por fin damos a las autoridades y a las empresas rapidez, claridad y fiabilidad, para que las renovaciones y ampliaciones lleguen donde se necesitan: a nuestras carreteras, puentes, ferrocarriles y vías navegables», explicó el ministro alemán de Transportes, Patrick Schnieder, al dar a conocer la noticia. Con esta nueva ley, estos proyectos centrales de transporte, así como la construcción de aparcamientos para camiones, que actualmente escasean, se clasificarán como «proyectos de máximo interés público y seguridad pública» y tendrán una «clara prioridad legal». Esto significa que tendrán prioridad en el procedimiento de autorización y mayor peso en las decisiones judiciales y administrativas para que puedan adoptarse rápidamente. El Gobierno alemán indicó que está invirtiendo «más que nunca en importantes proyectos de transporte para corregir errores del pasado». Hasta 2029 se destinarán unos 107. 000 millones de euros del fondo especial sobre el ferrocarril. Además, se destinarán unos 52. 000 millones a las carreteras federales en mal estado, así como a los 5. 000 puentes que, según el Ministerio de Transportes, necesitan reparaciones urgentes, y otros 8. 000 millones a las vías navegables que necesitan renovación. Con ello, el Ministerio aumenta las inversiones en transporte en aproximadamente un 60% durante el periodo 2020-2024. «Muchos están equiparando el mal funcionamiento del ferrocarril con el mal funcionamiento de nuestro Estado. Creo que eso es muy peligroso», dijo Schnieder hace tres meses al presentar la nueva estrategia para la empresa estatal de ferrocarriles Deutsche Bahn, con la que quiere hacer frente a la impuntualidad de los trenes, los altos costes y la falta de personal cualificado. «Debemos demostrar que nuestro Estado funciona y que nuestro ferrocarril funciona», dijo, consciente del gran descontento que existe en Alemania con los trenes, especialmente con su impunidad, que en otoño volvió a batir su propio récord de retrasos. No obstante, el ministro advirtió de que la población tendrá que acostumbrarse a «más obras» y detalló que se centrará en la renovación y mantenimiento de las líneas y puentes existentes. También se destinará una gran cantidad de dinero a la digitalización del ferrocarril, lo que incluye la modernización de las estaciones de señalización y del Sistema Europeo de Control de Trenes (ETCS), que garantiza, entre otras cosas, que los trenes puedan comunicarse entre sí y acercarse unos a otros. Los empresarios llevan tiempo quejándose del estado de las infraestructuras en Alemania y del coste que ello supone en sus negocios. En una encuesta realizada por el Instituto Económico IW en la primavera de 2025, el 84% de las empresas afirmaron verse afectadas por las deficiencias de las vías de transporte. Para el 77%, la calidad de las carreteras era una fuente de inconvenientes. Por ejemplo, el cierre del puente de Rahmede, en Renania del Norte-Westfalia, que volverá a abrirse tras cuatro años de obras, causó un perjuicio económico a las empresas del orden de 1 euro. 5. 000 millones de euros, según publicaron esta semana los economistas de IW. Uno de los puntos que a veces ralentizaban la concesión de permisos o el inicio de las obras eran las quejas de los grupos de protección del medio ambiente. Para resolver este punto, la nueva ley unifica la protección de la naturaleza y las especies armonizando las distintas normas regionales. «La protección de la naturaleza sigue siendo importante, pero ya no puede bloquear medidas urgentes y necesarias mediante procedimientos interminables», declaró hace unos días el Canciller Friedrich Merz sobre el objetivo de limitar el derecho de las asociaciones ecologistas a presentar reclamaciones. En el futuro se aplicarán normas más claras a las reclamaciones contra proyectos de infraestructuras, por ejemplo en lo que respecta a la resolución de litigios o el papel de las autoridades. Otra disposición de la ley prevé acelerar en el futuro la electrificación de las líneas ferroviarias. Debe eliminarse la evaluación de impacto ambiental para las líneas de menos de 60 km. Los ecologistas criticaron la nueva ley el miércoles. Según las asociaciones de protección de la naturaleza DNR, NABU y BUND, el proyecto supone una interferencia importante en las normas medioambientales fundamentales y un punto de inflexión en el tratamiento de las asociaciones medioambientales. Critican que en el futuro se realicen pagos compensatorios como norma, en lugar de proporcionar una zona de sustitución como ocurría hasta ahora cuando los responsables de proyectos de construcción dañaban o destruían la naturaleza. «Si, por ejemplo, se destruye un valioso hábitat de lagartijas para construir un nuevo puente, hay que restaurarlo in situ o, si no es posible, proporcionar un sustituto en otro lugar. Hasta ahora, los pagos compensatorios eran la excepción», explicaron en una rueda de prensa en Berlín. «Esta nueva ley da la impresión de que el medio ambiente es un obstáculo burocrático», dijo Florian Schöne, gerente del DNR.
