Un niño pregunta a su padre mientras le navega en la bañera:. Seguir leyendo
El historiador publica ‘No sé, pero. . . Creo que moriré’, donde reflexiona humildemente sobre la muerte. «Es una rumiación constante, no puedo evitarlo», confiesa.
Un niño le pregunta a su padre mientras le navega en la bañera:. – ¿Qué es un cementerio? – Bueno, es un museo. – ¿Un museo de qué, de pinturas? No, de. . . Es el museo de los parientes antiguos. . El príncipe me dijo que hay esqueletos. . – ¡Vamos! Usted sabe que el príncipe siempre está en la línea. Hay piedras grabadas con los nombres de tus familiares. Para que no los olvides. – Como los buzones del portal? – Como los buzones del portal. Pero en vez de cartas les dejamos flores. . El diálogo ocupa las páginas centrales del nuevo tebeo de Lorenzo Montatore y permite hacerse una idea bastante aproximada de la expedición emocional (humor, miedo, ternura, sorpresa) que propone el historiador madrileño. un hombre que no conozco, pero. . . Creo que me voy a morir (Astiberri) confirma por enésima vez que tiene un talento único para contar (se) dentro y tocar la patata. Los lectores de «¡Cuidado, que te matas! » son bien conscientes de ello. » (La Dúpola, 2018), La mentira que viene (Astiberri, 2021) y Aquí hay avería (ECC, 2023), donde temas como el bloqueo creativo, el duelo o la adicción hicieron estragos. El pequeño de la bañera no es Montatore (Madrid, 42 años), sino su alter ego infantil. Alguien que, vale, como él, disfruta en casa, viendo la tele, devorando textos. . . dibujando o tranquilizándose en el cristal de la ventana. Pero también alguien a quien no necesariamente le pasaron cosas. Ese yo de ficción y un fantasma con unas gafas de pasta idénticas a las del autor son los protagonistas de No sé, pero. . . Creo que me voy a morir. ¿Cómo te va con tu fantasma? ¿Cuándo empezaste a interesarte por él? Muy bien. Para mí el fantasma no es una representación de algo oscuro y chungo. La idea del cómic era. . . Quiero decir, ¿qué habría pasado si no hubiera pasado la operación? [Se sometió a un doble bypass tras sufrir un infarto hace cuatro años]. Vino la cosa de hacer una caricatura de Casper y mía con la estética de la editorial Bruguera y deambular por diferentes ventanillas de la burocracia. Al final, tras ganar la beca del Festival de Angulema, decidí alejarme de ese tono existencialista porque me di cuenta de que había cambiado y de que esa idea no tenía mucho sentido. Sólo necesitaba los dos extremos: el niño que sólo tiene futuro y el fantasma que sólo tiene pasado. . ¿Cómo recuerdas cuando eras niño? Era un niño al que le gustaba estar en casa, ver la tele y leer. Desde el Teleindiscreto hasta Valle- Inclán, leo todo lo que me sale al paso, pero de una forma muy extraña y sin ninguna pauta ni supervisión. No me importaba si lo entendía o no. Tenía que leerlo de vez en cuando, fuera lo que fuera. No sabía mucho. . . Aún siento cierta fascinación por lo que no acabo de entender, fascinación que espero no perder. . . También era miedoso y muy preguntón, un poco repollo, tierno y simpático, muy pendiente de su familia. . . Al final, era el único niño del universo adulto que vivía en los 45 metros cuadrados de piso de Madrid. . Aparte de la pincelada autobiográfica, que le da un poco de repelús -Montatore mandó su rifirrafe en apenas dos páginas de Si bailas, entenderás mejor las letras (ECC, 2024), homenaje en viñetas a Talking Heads-, el cómic invita a reflexionar sobre la muerte con una media sonrisa. «Es una rumiación constante para mí, no puedo evitarlo. En realidad es más el miedo a lo inevitable, de lo que la muerte es una representación bastante potente», admite. «Me pareció natural sacarlo no de forma catártica, porque no creo en el arte como terapia, sino porque reírme de las cosas serias es algo que me ha enseñado mi familia. Recuerdo a mi madre contando anécdotas en un tanatorio y diciendo: «Vamos a callarnos, que esta gente va a pensar que nos alegramos de que su familiar haya muerto». » Francisco Javier Lorenzo García, que así se llama, recurre a Eugenio D’Ors cuando se le pregunta si la muerte sigue siendo un tema tabú en 2025. » Dijo de sí mismo que era un especialista en ideas generales. Hoy lo somos todos: hablamos de una cosa y al minuto siguiente ya estamos con otra», lamenta. No sé, pero. . . Creo que me voy a morir no es una historieta más en la trayectoria del también ilustrador y creador de fanzines, lector incansable de Umbal, imitador de los bailes de David Byrne, fan absoluto de la pareja Berlanga-Azcona y promotor de la cultura pop-canalla que conecta las pancartas toreras con I made Roque III. La singularidad se refiere al uso exclusivo de medios analógicos: rotulador, tijeras, pegamento, cuter. . . ¿Dejar los manchurrones del Tipp-Ex y hacer collages es una forma de rebeldía en tiempos de la IA? . » No quiero que se vea como un manifiesto, sino como una militancia, una forma de hacer presente al dibujante en las páginas y de visualizar el proceso como se desarrolla la historia. No sabía cómo iba a ser mi burla hasta que lo terminé; con la AI es al revés: tienes que saberlo primero para que ella te lo haga a ti. »
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