Adoptar medidas inmediatas para reactivar a corto plazo la competitividad del Viejo Continente a escala mundial. Según David González, socio senior de McKinsey & amp, Company, la directriz es clara y nítida. «No queremos volver atrás en la transición energética, pero la competitividad es lo que más está influyendo en la toma de decisiones de la mayoría de la gente, y con cada vez menos posibilidades de utilizar los fondos europeos». El sector energético tiene un papel protagonista a la hora de abordar este complicado reto. González explica que el objetivo es determinar «cómo la energía, sin caer en la descarbonización, ayuda a la competitividad del sector industrial y a la competitividad nacional».
Los avances en energías renovables aumentan la competitividad, un aspecto clave para atraer inversiones al sector.
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Adoptar medidas inmediatas para reactivar a corto plazo la competitividad del Viejo Continente a nivel mundial. Según David González, socio senior de McKinsey & amp, Company, la directriz es clara y nítida. «No queremos volver atrás en la transición energética, pero la competitividad es lo que más está influyendo en la toma de decisiones de la mayoría de la gente, y con cada vez menos posibilidades de utilizar los fondos europeos». El sector energético tiene un papel protagonista a la hora de abordar este complicado reto. González explica que el objetivo es determinar «cómo la energía puede contribuir a la competitividad industrial y nacional sin retroceder en la descarbonización». El impulso mencionado por el socio de McKinsey revela, de hecho, una oportunidad para la Península Ibérica, que puede desempeñar un papel vital en la revitalización europea a corto plazo, gracias a sus ventajas energéticas estratégicas. Entre ellas, disponer de una sólida red de distribución, amplias zonas para el desarrollo de fuentes renovables y un gran mercado de contratos de CPP (30% en la UE en 2023), así como ser uno de los proveedores de energía más eficientes de Europa. La evaluación de la Iberian Energy Industry and Transition Initiative (ITI), un estudio intersectorial de McKinsey & amp, Company y varios líderes industriales presentado en el último Foro Económico Mundial de Davos, ya situaba a España y Portugal en una posición favorable para liderar la reindustrialización en Europa a través de esta transición energética. Sin embargo, González advierte de la urgencia de cerrar la brecha competitiva con economías como la estadounidense. UU y China podría limitar los objetivos de descarbonización de la UE. El hidrógeno verde es una notable ilustración de ello, al demostrar que «hace dos o tres años había muchas expectativas y planes». Retos para facilitar el flujo de hidrógeno renovable. «A veces no se entiende por qué ciertas cosas no son competitivas, en el caso del hidrógeno]verde y sus subproductos, las dificultades se atribuyen a dos causas: la tecnología no avanza tan rápido como quisiéramos y la normativa ha sido demasiado estricta en cuanto a los requisitos para la descarbonización», afirma. «El hidrógeno verde, por el que venimos abogando en Europa, a diferencia del hidrógeno azul, que se produce a partir del gas y en el que EEUU ha invertido mucho, se ha vuelto demasiado verde al exigir que se produzca utilizando nuevas infraestructuras de energías renovables y simultáneamente a la generación de electricidad», afirma González.
