Begoña Alfaro (Terrassa, Barcelona, 42 años) es consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra, donde vive desde los ocho años. De su pueblo paterno, Carcastillo, se mudó a Pamplona a estudiar Derecho. Acabada la carrera, se quedó a ejercer en la capital navarra, donde sigue viviendo en un piso de su propiedad. Pero aquella abogada, que se convirtió en activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria sacudió los cimientos económicos y sociales de España, es ahora vicepresidenta tercera del Ejecutivo foral y dirige sus políticas de vivienda. Lo hace como única representante de la coalición Contigo-Zurekin y sin complejos: en la entrevista defiende la necesidad de desplegar todas las medidas, le gusten más o menos. Desde subvenciones directas al alquiler, que reconoce que acaban beneficiando a los propietarios, hasta la declaración de zonas tensionadas que su comunidad acaba de anunciar.
La consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra cree que la declaración de áreas tensionadas no será suficiente para atajar la crisis y aboga por que la vivienda no sea utilizada en función de intereses partidistas
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Begoña Alfaro (Terrassa, Barcelona, 42 años) es consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra, donde vive desde los ocho años. De su pueblo paterno, Carcastillo, se mudó a Pamplona a estudiar Derecho. Acabada la carrera, se quedó a ejercer en la capital navarra, donde sigue viviendo en un piso de su propiedad. Pero aquella abogada, que se convirtió en activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria sacudió los cimientos económicos y sociales de España, es ahora vicepresidenta tercera del Ejecutivo foral y dirige sus políticas de vivienda. Lo hace como única representante de la coalición Contigo-Zurekin y sin complejos: en la entrevista defiende la necesidad de desplegar todas las medidas, le gusten más o menos. Desde subvenciones directas al alquiler, que reconoce que acaban beneficiando a los propietarios, hasta la declaración de zonas tensionadas que su comunidad acaba de anunciar.
Pregunta. ¿Cuándo entrarán en vigor las primeras áreas de alquiler tensionado en Navarra?
Respuesta. Estamos hablando de 21 municipios que abarcan el 68,3% de la población navarra. La idea es iniciar el procedimiento formal en enero de 2025 y podríamos tener la orden foral de declaración definitiva en torno al mes de marzo. Nos hemos fijado un plazo de seis meses para trabajar con los ayuntamientos que así lo deseen para enriquecer el plan con las medidas que también ellos puedan poner encima de la mesa. Esas medidas se pondrán en práctica en el segundo semestre del año.
P. ¿Será una única área tensionada o por municipios? ¿bajarán el umbral para ser gran tenedor?
R. La declaración va a ser por términos municipales. Cuestión distinta es que interese abordar municipios de forma conjunta por la propia realidad del territorio. Es algo que tendremos que ir viendo sobre la marcha. Y sí, la figura de gran tenedor va a ir ligado al límite de cinco viviendas.
P. ¿La declaración y el límite de precios serán suficientes para controlar el alquiler?
R. En absoluto es la única medida. Para abordar el problema no hay una fórmula mágica, no hay una sola herramienta, no hay una sola medida que sea la panacea. Necesitamos desarrollar todas las medidas que estén a nuestro alcance.
P. ¿Cuáles?
R. Me gusta insistir en la idea de que la declaración de zonas de mercado tensionado no es un fin en sí mismo. La herramienta es el plan de medidas en el que vamos a hablar de promoción de vivienda nueva protegida en alquiler y mejora de las condiciones de la bolsa de alquiler para conseguir que personas que tienen segundas o terceras viviendas en desuso las pongan a disposición del Gobierno de Navarra. Y estamos hablando también de trabajar sobre un registro de viviendas vacías que tendremos finalizado a final de año para incentivar que salgan al mercado.
P. Su espectro político suele marcar distancia con respecto a edificar más casas.
R. En el departamento dudamos que con la vivienda vacía que pueda aflorar los próximos meses podamos atender la demanda que existe a precios asequibles. En nuestra comunidad hay inscritas en el censo de solicitantes de vivienda protegida cerca de 19.000 personas. No hay una única herramienta que tengamos que desplegar y eso pasa por promoción de vivienda nueva. Siempre estamos hablando de vivienda de alquiler protegido, que además en nuestra comunidad es permanente desde el año 2022.
P. El Gobierno foral ha aprobado recientemente nuevos incentivos a los propietarios. ¿De qué se trata?
R. Tenemos la bolsa pública de alquiler gestionada por Nasuvinsa, en la que los ciudadanos dejan su vivienda vacía por un periodo de siete años mínimo a cambio de una subvención y del abono de un precio por metro cuadrado que está estipulado. Tenemos acordado mejorar ese precio y, más adelante, mejorar también esa subvención. Las personas que ceden su vivienda no tienen ánimo especulativo, el precio que perciben, aunque lo vayamos a mejorar, no permite engrosar todavía más esta escalada de precios desorbitados en la que nos encontramos. Y también hemos contemplado incentivos fiscales para propietarios que alquilen sus viviendas en zonas de mercado tensionado.
P. ¿Cuántas viviendas tiene Nasuvinsa y cuál es la meta?
R. Tenemos en torno a 1.000 viviendas cedidas a la bolsa de alquiler, de gestión directa a través de Nasuvinsa son 1.500 viviendas y otras 3.000 en colaboración con promotores privados que perciben hasta un 35% del coste de edificación. A través de los programas David y Emancipa de ayudas directas para el acceso al alquiler de los jóvenes estamos llegando a 6.000 personas. Por tanto, nuestra cobertura alcanza entre el 35% y el 40% de las 30.000 viviendas del parque de alquiler.
P. ¿Qué políticas tienen en Navarra que funcionan y podrían copiar otras autonomías?
R. No soy quién para dar lecciones a nadie y entiendo que la realidad socioeconómica no tiene que ver en muchísimos de los casos. Pero sin lugar a dudas diría que la calificación permanente de la vivienda protegida. Humildemente, creo que es una medida que deberían aprobar todas las comunidades autónomas. En Navarra, al ritmo que se ha construido vivienda protegida y si hubiese estado vigente, ahora nuestro parque público de vivienda podría asemejarse perfectamente al de países del centro de Europa, que entendemos que es donde tenemos que mirar.
P. El bono joven ha generado debate sobre si hincha los precios, pero ustedes tienen subvenciones autonómicas similares.
R. Creo que es una medida que ahora mismo no podríamos permitirnos no tenerla, si bien soy partidaria de trabajar para que llegue el día en el que no sea necesaria. No deja de ser un desembolso directo de ayuda económica a los propietarios. En el momento en que consigamos tener un parque público de viviendas que permita atender la demanda que existe, no serán necesarias este tipo de ayudas.
P. Otras comunidades alegan que ustedes hacen más políticas porque su financiación es mejor…
R. El autogobierno y la independencia fiscal y tributaria de nuestra comunidad es una herramienta clave, eso creo que queda fuera de toda duda. Pero no solo es eso. Tenemos una ley foral de vivienda desde el año 2010 que reconoce el derecho subjetivo a la vivienda. Lo que yo creo que tiene nuestra comunidad es una fuerte convicción de apostar por servicios públicos y por garantizar el derecho a la vivienda de toda la ciudadanía. No solo es la fiscalidad, es la convicción y la apuesta por lo público.
P. ¿Qué plantea hacer con la vivienda turística?
R. Navarra no es una comunidad tensionada en este sentido, pero sí que se empieza a ver un incremento importante y además muy focalizado en Pamplona, Tudela y Baztán. Aquí es clave el papel de los ayuntamientos y el registro dependiente de Turismo que establece qué alquileres son legales. El servicio de mediación al que pueden acudir vecinos y vecinas si conocen pisos ilegales nos va a permitir hacer labor de detección y va a ser clave el refuerzo de cara al año que viene en el servicio de inspección. También queremos valorar la posibilidad de penalizar o gravar este tipo de alquileres y la vivienda vacía. No queremos dejar pasar ni una sola oportunidad que nos permita dirigir la vivienda, la ya existente o la nueva, a donde tiene que ir.
P. Ahí intervienen otros departamentos…
R. Va a requerir de un análisis y de un trabajo conjunto, pero puedo asegurar que en Navarra la convicción de las distintas instancias administrativas para abordar este problema es compartida. Antes del anuncio de los municipios que cumplían los requisitos para ser declarados tensionados contacté con los ayuntamientos. Había alcaldes y alcaldesas de todos los colores políticos y la respuesta unánime fue positiva. En esa elaboración de planes ligados a las zonas de mercado tensionado tenemos una grandísima oportunidad de trabajar conjuntamente entre Administraciones.
P. ¿Por qué da la sensación de que es tan difícil alcanzar acuerdos?
R. Porque se utiliza como arma arrojadiza en función de intereses partidistas. Y creo que la pelea por garantizar el derecho a la vivienda debería quedar fuera de este tipo de estrategias partidistas, por una cuestión de responsabilidad y de compromiso con la ciudadanía.
P. ¿Ve posible alcanzar un pacto de Estado?
R. Quiero ser optimista, y creo que sería posible un consenso mínimo entre todas las Administraciones con independencia del color político. No sería fácil, también lo digo. Pero creo que ya estamos tardando en tomárnoslo en serio y en ponernos manos a la obra.
P. ¿Y aplica esta filosofía? ¿habla con la oposición?
R. Navarra cuenta con instrumentos que han sido creados y aprobados por gobiernos progresistas y otros que no. Hay unos mínimos compartidos que permiten que el trabajo en nuestra comunidad sea más sencillo. Hay un compromiso compartido, aunque planteemos modelos diferentes.
P. Y aun así hay dificultades, como en el resto de comunidades. ¿El problema de la vivienda tiene solución?
R. Considero que tiene solución, pero tenemos que gestionar también las expectativas. Los tiempos en vivienda son muy lentos. Por tanto, creo que tiene solución y creo que no va a llegar esta legislatura. Nunca me he caracterizado por vender humo porque me parecería una irresponsabilidad. Quien diga que esta legislatura va a solucionar el problema de la vivienda, no voy a decir que miente, pero vamos a pensar que no es consciente del reto que tenemos por delante.