Más de 10 años ha esperado Carmen Thyssen para ver cómo se hace realidad su «sueño» de tener un museo en su ciudad natal, Barcelona. El anuncio de la creación del nuevo Museo Carmen Thyssen en lo que fuera el antiguo Cine Comèdia, en pleno cruce entre paseo de Gràcia y Gran Via, ha cobrado un teatral carácter de gala en el Saló de Cent del Ayuntamiento, reservado para pregones, actos oficiales y bodas. «Será un museo muy del siglo XXI» y «estará lleno de obras maravillosas», ha asegurado la baronesa este mediodía, acompañada de su hija Carmen, que ya se perfila como su sucesora en la gestión de su colección.. Seguir leyendo
La baronesa anuncia la creación de un nuevo centro Thyssen en lo que fuera el antiguo Cine Comèdia con la financiación del fondo de inversiones Stoneweg. «Las obras entre Madrid, Málaga y Barcelona fluirán todas», asegura
Más de 10 años ha esperado Carmen Thyssen para ver cómo se hace realidad su «sueño» de tener un museo en su ciudad natal, Barcelona. El anuncio de la creación del nuevo Museo Carmen Thyssen en lo que fuera el antiguo Cine Comèdia, en pleno cruce entre paseo de Gràcia y Gran Via, ha cobrado un teatral carácter de gala en el Saló de Cent del Ayuntamiento, reservado para pregones, actos oficiales y bodas. «Será un museo muy del siglo XXI» y «estará lleno de obras maravillosas», ha asegurado la baronesa este mediodía, acompañada de su hija Carmen, que ya se perfila como su sucesora en la gestión de su colección.. Si su hijo Borja Thyssen forma parte del patronato del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, la joven Carmen figurará en la fundación Arte y Legado Barcelona, que gestionará el centro barcelonés, impulsado por el fondo de inversiones Stoneweg, que financiará el ambicioso proyecto y alquilará la colección privada de Carmen Cervera. «Es un acuerdo privado entre Stoneweg y la baronesa, pero va más allá de un alquiler», matiza el CEO de la compañía, Jaume Sabater.. Tras meses de negociaciones con las familias Pla y Planàs, propietarias del Palau Marcet donde se ubicaba el Cine Comèdia, Stoneweg llegó a un acuerdo para comprar el edificio. En total, invertirá más de 100 millones de euros por la compra del céntrico edificio y su rehabilitación, que será compleja al estar catalogado como Bien Cultural de Interés Local, según datos que avanzó La Vanguardia. Porque el CEO de Stoneweg no ha querido dar ninguna cifra: «No creemos que sea el día para hablar de números. Se han barajado cifras en distintos medios, que no van desencaminadas… Es una compra entre privados y no tengo que dar cifras específicas». Tampoco ha aclarado qué sucederá con las tiendas en los bajos del edificio (Massimo Dutti y Guess) ni si el museo tendrá también usos comerciales para amortizar la millonaria inversión. Lo único que sí ha avanzado es que hasta 2027 no se puede esperar una apertura. Tampoco ha contestado a quién será el posible director del museo o qué despachos arquitectónicos llevarán a cabo la reforma.. ¿Y cuál será el papel del Ayuntamiento de Barcelona? «Acompañar el proyecto, facilitar el aterrizaje y el acuerdo, ser diligentes en lo que se refiere a las cuestiones urbanísticas», en palabras del alcalde Jaume Collboni. Es decir, no habrá ninguna aportación económica ni el Ayuntamiento jugará un papel de liderazgo.. En realidad, poco se ha anunciado en el acto de presentación ni se han concretado las obras que cederá la baronesa, salvo que la pintura catalana de los siglos XIX y XX será la protagonista, en diálogo con piezas internacionales y creadores contemporáneos. La misma filosofía del otro museo Thyssen catalán, en Sant Feliu de Guíxols, el pueblo de veraneo de la baronesa en la Costa Brava. Ahora mismo está en proceso de obras y se sumará al último Thyssen en Andorra, al de Málaga y al de Madrid.. Sobre las obras de su colección cedidas a los distintos museos, Carmen Thyssen ha expresado: «Las obras van a fluir juntas, todas fluirán para crear un ambiente maravilloso». Por fin, Carmen Thyssen verá materializado su museo barcelonés, un proyecto del que se lleva hablando desde 2012, cuando el Ayuntamiento (entonces en manos de Xavier Trias) veía con buenos ojos la cesión de uno de los pabellones en desuso de Fira de Montjuïc e incluso la Fundación la Caixa se prestaba a colaborar en el proyecto. A pesar de la firma de un acuerdo de intenciones en 2015, el proyecto quedó paralizado. Hasta que llegó Stoneweg, que había perdido la oportunidad del Hermitage.. Stoneweg es un fondo de inversiones fundado en 2015, que empezó con operaciones inmobiliarias para diversificarse en varias divisiones que van del sector hotelero a la restauración. En Barcelona ya gestiona el centro de exposiciones del Palau Martorell y lo que fuera el antiguo cine IMAX, que reconvirtió temporalmente en el centro oficial de divulgación de la Copa América.. Hace unos años, Stoneweg se involucró en el proceso de traer un Hermitage a Barcelona, que acabó frenado por la falta de permisos del Ayuntamiento de Ada Colau y definitivamente enterrado con la invasión de Rusia en Ucrania. Hay que remontarse a diciembre de 2012, cuando aún existía CiU (que todavía no había enarbolado la bandera del independentismo) y Artur Mas era president de la Generalitat para entender el affaire del Hermitage. En un viaje oficial a Rusia, Mas firmó un convenio de colaboración con la ministra de cultura para impulsar una sucursal del Hermitage en Barcelona. Pero el proyecto era 100% privado, liderado entonces por el interiorista Ujo Pallarés (especializado en tiendas de lujo como Cartier o Bulgari), que acabó dejando paso a Stoneweg.. El proyecto para el Hermitage variaba prácticamente cada año con distintas versiones arquitectónicas, hasta que se contrató a Toyo Ito para realizar un edificio icónico. Pero había una condición sine qua non: tenía que estar frente al mar e incluso se contemplaba un muelle para llegar directamente en lancha. El Hermitage llegó a tener un director, el prestigioso científico Jorge Wagensberg, que ya había puesto en marcha el museo de la ciencia CosmoCaixa y cuya figura avalaba un proyecto algo confuso. Wagensberg quería diseñar un nuevo paradigma de museo: «una fusión de arte y ciencia, no existe un museo que integre ambas concepciones», pero falleció prematuramente en 2018.. Desde el inicio la opacidad del proyecto despertó críticas en la oposición política del Consistorio. El antaño socialista Jordi Martí -hoy secretario de Estado de Cultura del ministro Ernest Urtasun- lo calificó en su momento de «burda operación de especulación cultural».
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