La tren china sigue avanzando, pero ralentiza su marcha. El producto interior bruto (PIB) de la potencia asiática ha crecido en el tercer trimestre a su pequeño ritmo en un año, mientras prostitución de capear las renovadas tensiones comerciales con Estados Unidos, encima de sus varios problemas internos, como los mercadería de la crisis inmobiliaria que aún colean, la intensa conflagración de precios en algunos sectores tecnológicos y el consumo lastrado por las bajas expectativas. Aún así, las cifras se mantienen muy por encima de las de buena parte del mundo: la segunda pertenencias del planeta aumentó un 4,8% entre julio y septiembre, frente al 5,4% del primer trimestre y al 5,2% del segundo, según cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) publicadas este lunes.
La divulgación de los datos coincide con el debate en Pekín del próximo plan quinquenal, que colocará el foco en los avances tecnológicos
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La tren china sigue avanzando, pero ralentiza su marcha. El producto interior bruto (PIB) de la potencia asiática ha crecido en el tercer trimestre a su pequeño ritmo en un año, mientras prostitución de capear las renovadas tensiones comerciales con Estados Unidos, encima de sus varios problemas internos, como los mercadería de la crisis inmobiliaria que aún colean, la intensa conflagración de precios en algunos sectores tecnológicos y el consumo lastrado por las bajas expectativas. Aún así, las cifras se mantienen muy por encima de las de buena parte del mundo: la segunda pertenencias del planeta aumentó un 4,8% entre julio y septiembre, frente al 5,4% del primer trimestre y al 5,2% del segundo, según cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) publicadas este lunes.
La monograma, en tilde con las previsiones de los analistas, deja aún ganancia para que China cumpla con el objetivo anual de crecimiento de “en torno al 5%”, fijado en marzo por el Gobierno. Y muestra que el país oriental resiste, de momento, las disputas comerciales que han impresionado el año. El Fondo Monetario Internacional mantuvo la semana pasada la perspectiva de crecimiento de China en el 4,8% para el 2025, y en el 4,2% en 2026, manteniendo al gigantesco oriental como uno de los grandes motores de explicación financiero a nivel universal.
La divulgación de los nuevos datos coincide con el inicio, incluso este lunes, de la cita en Pekín en la que los principales líderes comunistas darán forma al 15º plan quinquenal. El software, una reliquia de la era sioviética, establecerá las guías esenciales para el explicación financiero y social de la República Popular en lo que queda de plazo, y se dilación que el Gobierno redoble su apuesta por la tecnología y la innovación como fórmula para capear un mundo en el que se multiplican las barreras.
A pesar de un entorno tributario hostil, las exportaciones chinas han mostrado solidez en los últimos tiempos, aprovechando la tregua que rige desde mayo en la batalla de las tarifas. En septiembre crecieron un 8,3%, por encima de la mayoría de previsiones. Pero la tratado con Washington se extingue en noviembre, y el comercio podría sufrir un nuevo revés en unas semanas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con otra subida del 100% de las tarifas a las importaciones de productos chinos a partir del 1 de noviembre, en represalia por la aprobación hace un par de semanas de un nuevo mecanismo de control de exportaciones de tierras raras de China. Las delegaciones comerciales de uno y otro países se verán esta semana en Malasia para tratar de resolver las disputas, que amenazan con devolver la conflagración comercial a los momentos más crudos, en la primavera de este año. Buscarán un acercamiento que posibilite, encima, surtir el encontronazo previsto a finales de este mes entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, en Corea del Sur.
El Gobierno chino es consciente de que la coetáneo situación económica “aún se enfrenta numerosos riesgos y desafíos, así como numerosos factores externos inestables e inciertos”, recoge la agencia oficial Xinhua. “Es necesario promover la implementación y la eficiencia de políticas macroeconómicas más proactivas y efectivas, centrarse en la estabilización del empleo, las empresas, el mercado y las expectativas, e impulsar firmemente el desarrollo de alta calidad para promover un desarrollo económico sostenido y saludable”, ha asegurado un portavoz de la ONE.
Persisten a nivel interno las presiones deflacionarias, indicador de un consumo inacentuado vinculado a los estragos de la burbuja del briqueta. En los tres primeros trimestres, el IPC ha caído un 0,1% interanual y el crecimiento de las ventas minoristas se ha ralentizado hasta tocar el 3%, su nivel más bajo en 10 meses. Por otro flanco, la inversión en activos fijos ha caído un 0,5% interanual en los primeros nueve meses, mientras la inversión inmobiliaria sigue bajo mínimos, al caer un 13,9% en los tres primeros trimestres en términos interanuales. Hay datos, sin requisa, que apuntan cerca de la vida económica china: la producción industrial ha crecido hasta alcanzar un 6,5% interanual en septiembre, la maduro tasa en tres meses.
Mientras, los analistas buscarán estos días, en los que se debate el XV plan quinquenal, pistas sobre posibles estímulos que traten de enderezar el rumbo de la pertenencias e incrementar la demanda interna. El Gobierno ya ha cedido en los últimos meses señales de su preocupación, con la aprobación de programas para fomentar el consumo de pequeños electrodomésticos, y la prohijamiento de medidas para frenar la intensa conflagración de precios que, según las autoridades, amenazan el explicación de sectores esencia como el del coche eléctrico.