La escritora gallega María Jesús Pato Díaz, conocida como Chus Pato, ha recibido esta tarde el Premio Nacional de Poesía, del año 2024, por su obra Sonora (editado por el sello Xerais), según el fallo del jurado convocado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España. El premio, dotado con 30.000 euros, reconoce en Sonora «una obra experimental, una expansiva y concentrada conversación entre el poema y la muerte, aquella que, tras la orfandad de la madre, arrastra a los lectores hacia los abismos del propio linaje. Auténtico fulcro de la poesía gallega, Chus Pato explora nuevas formas de deconstruir y reconstruir los marcos del pensamiento poético tradicional». . Seguir leyendo
La obra premiada, ‘Sonora’, es según el jurado convocado por el Ministerio de Cultura»una expansiva y concentrada conversación entre el poema y la muerte». El premio está dotado con 30.000 euros.
La escritora gallega María Jesús Pato Díaz, conocida como Chus Pato, ha recibido esta tarde el Premio Nacional de Poesía del año 2024 por su obra Sonora (editado por el sello Xerais), según el fallo del jurado convocado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España. El premio, dotado con 30.000 euros, reconoce en Sonora «una obra experimental, una expansiva y concentrada conversación entre el poema y la muerte, aquella que, tras la orfandad de la madre, arrastra a los lectores hacia los abismos del propio linaje. Auténtico fulcro de la poesía gallega, Chus Pato explora nuevas formas de deconstruir y reconstruir los marcos del pensamiento poético tradicional».. «Sonora no es diferente a mi obra anterior, sólo es una parte en una progresión de 12 libros», explicó Pato a EL MUNDO después de conocer el fallo. «Si acaso trae algo nuevo es algo parecido al tema aunque no exactamente un tema porque la poesía no trata de nada más que del lenguaje. Pero sí que hay una realidad a la que acopla esta poesía, una realidad que son los años de luto, el duelo por la muerte de mi madre. Esta es una poesía que vive en torno a la ausencia del cuerpo materno».. La madre de Pato se llamaba Josefa, nació en una aldea llamada Trasmiras (Orense) y vivió rodeada de mujeres porque su padre, el abuelo de la escritora, emigró a Buenos Aires y no volvió a casa hasta que Josefa fue adulta. Estudió Magisterio pero no ejerció. Tuvo tres hijos y no tuvo especial relación con la literatura. Cuando murió, su hija Pato ya era una mujer de 60 años. «No era la primera muerte en mi vida, no era la primera persona querida a la que perdía y pensaba que ya sabía lo que era convivir con la muerte. Pero no. No es lo mismo. La orfandad de una madre es algo físico a lo que el cuerpo debe adaptarse. Cuando murió mi madre, sentí que me quedaba cara a cara ante la muerte, que me quedaba en la rompiente de una cadena de mujeres que se remonta hasta aquí, hasta mí. Me he quedado en la primera fila».. ¿Funciona el lenguaje ante desvelamientos así? ¿Hubiese preferido Pato ser pintora o pianista para expresar el duelo con un idioma más abstracto que el de las palabras? «Funcionó perfectamente. El problema no era la poesía, el problema era yo, que no siempre acertaba, que a veces me impacientaba…», contesta la escritora. «El duelo nos convierte en un cuerpo abierto. Si no nos medicamos, somos un cuerpo abierto a emociones muy fuertes. La lengua poética, porque yo la veo siempre como otra lengua, funciona porque me permitió tomar esas emociones, algo que era muy personal, verlo desde fuera y transformarlo en algo para todos». Y continúa: «No es que escribir alivie el dolor. Es que escribir es comprender y ampliar la mente y llegar a un estado en el que es posible estar en paz ante la realidad… Cuando escribía, había noches de invierno, noches anticilónicas con el cielo despejado, en las que miraba al cielo y me acordaba de que a los niños les dicen que sus abuelos, cuando mueren, están en el cielo, con las estrellas. Yo miraba a la osa mayor y entendía que una madre es eso, una osa».. Chus Pato es la sexta mujer consecutiva que recibe el premio Nacional de Poesía después de Antònia Vicens, Pilar Pallarés, Olga Novo, Miren Agur Meabe, Aurora Luque y Yolanda Castaño. Ragael Alberti y Gerardo Diego inauguraron el palmarés en 1925. Su obra está escrita en lengua gallega y ha aparecido publicada en las revistas literarias desde 1984. Desde entonces, ha publicado los libros Urania (1991), Heloísa (1994), Fascinio (1995), Nínive (1996), A ponte das poldras (1996), m-Talá (Xerais), Un Ganges de palabras (antología bilingüe gallego-castellano, 2003), Charenton (2004),’ acer é unha república de árbores (2010), Carne de Leviatán (2013), Un libre favor (2019) y la premiada Sonora (2023). Es miembro de la Real Academia Galega.. «No me siento capaz de sintetizar en qué ha consistido mi carrera en estos años. O quizá sí que pudiera pero creo que no debo hacerlo. Sí puedo decir que siento la poesía como un ser viviente y que me hace vivir, como un camino pasional e intelectual».. El jurado ha estado presidido por María José Gálvez Salvador, directora general del Libro, del Cómic y de la Lectura del Ministerio de Cultura. Como vicepresidenta ha actuado Almudena Hernández de la Torre Chicote, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas. Como vocales han actuado Carme Riera, propuesta por la Real Academia Española; Luciano Rodríguez Gómez, por la Real Academia Gallega/Real Academia Galega; Patxi Juaristi, por la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia; Alexandre Bataller, por el Instituto de Estudios Catalanes/Institut d’Estudis Catalans; Vicenta Tasa, por la Academia Valenciana de la Lengua/Acadèmia Valenciana de la Llengua; Yolanda Morató, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Jordi Doce, por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE); Noni Benegas, por la Asociación Española de Críticos Literarios; Carmen Sigüenza, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Carmen Mejía, por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid; Laura Casielles, por el Ministerio de Cultura y Yolanda Castaño, autora galardonada en la convocatoria anterior.
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