Cox ha luchado contra viento y marea para conseguir su objetivo de convertirse en una empresa cotizada pero el mercado no está acompañando. La empresa de ingeniería y energías renovables logró marcar un primer cambio en los 10,24 euros por acción, anotándose un 0,21%, pero poco más le duró la alegría. En una jornada en la que el Ibex ha subido un 1%, la compañía se ha dejado un 7,05% en su debut, dejando a sus títulos en los 9,5 euros –tocaron mínimo intradía en 8,7 euros–.. Seguir leyendo
La empresa sitúa su capitalización en 738 millones tras fijar su precio en la parte más baja de la banda, 10,23 euros, y reducir el tamaño de su ampliación
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Cox ha luchado contra viento y marea para conseguir su objetivo de convertirse en una empresa cotizada pero el mercado no está acompañando. La empresa de ingeniería y energías renovables logró marcar un primer cambio en los 10,24 euros por acción, anotándose un 0,21%, pero poco más le duró la alegría. En una jornada en la que el Ibex ha subido un 1%, la compañía se ha dejado un 7,05% en su debut, dejando a sus títulos en los 9,5 euros –tocaron mínimo intradía en 8,7 euros–.
Cox se ha visto obligada a reducir sus pretensiones en su salto al parqué, tanto en valoración como en dinero captado, pero ha descartado suspender la operación y dejarla para más adelante. La empresa fijó su precio en los 10,23 euros por acción, el más bajo de la banda orientativa, y ha tenido que reducir considerablemente el tamaño de su ampliación de capital, hasta los 175 millones de euros. Su valoración se sitúa así en los 738 millones, lejos de los 1.200 millones previstos inicialmente.
“Salir a Bolsa es complicado y el momento es complejo. Es un absoluto éxito que estemos cotizando”, ha recalcado Enrique Riquelme, fundador de Cox tras el toque de campana para insistir que “el precio no valora el 100% de la compañía y pretendemos demostrarlo” y destacar la reducida deuda del grupo y la posición de caja. El fundador de Cox ha añadido que “nuestro negocio se basa en ebitda recurrente. Y si seguimos cumpliendo el plan esperado durante los dos próximos años y esperamos que en 2026 la empresa tenga un valor que le permita entrar en el Ibex”.
Cox se ha estrenado a Bolsa con un free float reducido inferior al 20%, un porcentaje que según Riquelme se irá ampliando. De hecho, no ha descartado ejecutar próximas ampliaciones de capital. La colocación de Cox ha estado marcada por las turbulencias –pretendía captar hasta 220 millones en la ampliación y las dudas sobre el precio le llevaron a retrasar un día su debut–, tanto que fuentes del mercado han reconocido que en las últimas jornadas los bancos coordinadores han estado muy activos tratando de tentar a gestoras de fondos e inversores institucionales para acudir al debut. Santander, Bank of America y Citigroup, así como JB Capital y Alantra son los encargados de la operación.
La ampliación de capital de 175 millones de Cox ha estado respaldada por el grupo dubaití Amea Power, controlado por la familia árabe Al Nowais, que se había comprometido a acudir con 30 millones de euros, y por accionistas ya existentes en la empresa, que en el último momento se han visto forzados a ampliar sus compromisos de suscripción para cubrirla. Así, el fundador y presidente de Cox, Enrique Riquelme, ha participado con 25 millones en la OPS, desde los 15 millones anunciados previamente; Corporación Cunext ha acudido con 23 millones, tres más de lo previsto, y Alberto Zardoya, a través de su sociedad Ondainvest, ha invertido 19,5 millones –inicialmente se habló de una horquilla de entre cinco y 10 millones–. Otra de las firmas que se había comprometido a acudir a la ampliación, Attijariwafa Bank, una de las mayores entidades financieras marroquís, ha entrado con una inversión de cinco millones de euros.
Entre los inversores que han entrado en Cox en su debut bursátil, Riquelme ha destacado la irrupción de fondos de inversión con “experiencia en agua y en generación energética”, así como una parte de fondos generalistas “que ven una oportunidad clara en el mundo del agua, donde aportamos un liderazgo en el mercado de la desalación. La combinación de agua y energía nos permite ser una compañía muy atractiva en el futuro”, ha añadido. Ha apuntado además que han participado inversores de Estados Unidos, Europa y Medio Oriente, así como fondos de inversión españoles de carácter generalista.
Salir al parqué, una decisión de alto voltaje
Con Cox son ya tres las empresas que han logrado dar su salto al parqué español este año, tras el debut de Puig, el mayor de la Bolsa europea en 2024, y el de Inmocemento, la filial de inmobiliario y cemento de FCC, que se ha estrenado esta semana a través de un listing, que no ha supuesto la colocación de ningún tipo de acciones en el parqué. No ha podido sumarse a ellas Europastry, que semanas atrás renunció, por segunda vez en el año, a estrenarse en el parqué al no contar con el interés del mercado.
En todos los casos las caídas son una constante. Puig retrocede un 22% desde su debut, mientras que Inmocemento se deja un 16,9%. La filial de FCC intentó pasar desapercibida en su debut bursátil pero los inversores no le han dado tregua: cayó un 9,9% en su primera jornada, más que el recorte que ha experimentado Cox.
El estreno de Cox ha coincidido con la toma de posesión de Juan Flames como nuevo consejero de BME. El ejecutivo estuvo presente en el tradicional toque de campana, el primero que se realiza en el año en la Bolsa de Madrid, dado que Puig debutó en el parqué de la Bolsa de Barcelona e Inmocemento no realizó ningún acto.