La llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos ha obligado a revisar las previsiones del mercado para 2025. Con un previsible crecimiento de la economía norteamericana, pero con la imposición de aranceles a las importaciones europeas y asiáticas y las dudas por la capacidad de la Reserva Federal de controlar la inflación, desde Diaphanum anticipan una oportunidad de dar continuidad a las ganancias en renta variable, aunque alejadas de las rentabilidades cosechadas en 2024, con las Bolsas en máximos históricos.. Seguir leyendo
La firma reforzará la inversión en bonos gubernamentales de países europeos periféricos
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La llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos ha obligado a revisar las previsiones del mercado para 2025. Con un previsible crecimiento de la economía norteamericana, pero con la imposición de aranceles a las importaciones europeas y asiáticas y las dudas por la capacidad de la Reserva Federal de controlar la inflación, desde Diaphanum anticipan una oportunidad de dar continuidad a las ganancias en renta variable, aunque alejadas de las rentabilidades cosechadas en 2024, con las Bolsas en máximos históricos.. “La inflación va a ser lo más importante y va a determinar la evolución de los mercados. En la medida que las expectativas de resultados empresariales se cumplan, van a soportar las ganancias en las Bolsas. Pero es importante que los tipos de interés sigan a la baja. Si se producen esas subidas de beneficios y las rentabilidades de los bonos bajan, tendremos un año razonablemente bueno, lo que no quiere decir que se aspire a las rentabilidades de este año porque las valoraciones son muy altas”, ha explicado Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum.. En renta variable, la firma pone el foco por el sector de la salud, de las ‘biotech’ y de las tecnológicas alejadas de los siete magníficos. “Apostamos por el crecimiento de los sectores que traen innovación porque aunque tengan un mal año después se recupera fuerte fuertemente”, apunta. También incluirá en cartera al sector inmobiliario como ancla defensiva, y a pequeñas y medianas empresas cotizadas estadounidenses. Según explicó García, aunque en Estados Unidos las valoraciones son altas, en realidad las concentran las grandes tecnológicas. Y con una imposición de aranceles a los productos de fuera de Estados Unidos, las empresas de menor tamaño se verán reforzadas en un contexto de crecimiento económico y fuertes datos en cuanto a la confianza del consumidor. “Son empresas que han estado muy maltratadas, que no tienen valoraciones excesivamente elevadas y se ven beneficiadas por la política arancelaria de EE UU”, valora.. En cuanto a la renta fija, Diaphanum apostará por los bonos gubernamentales de los países periféricos de Europa, ya que en este momento presentan unos diferenciales atractivos después de varios años con rentabilidades a la baja “distorsionadas por las compras de los bancos centrales”. En el largo plazo, la entidad prevé que el bono alemán se sitúe en torno al 2%, el español en el 3% y el de Estados Unidos en el 3,5% a la espera de confirmar los niveles de inflación.. Respecto a la deuda corporativa, Diaphanum explica que los cupones están bajos debido al reducido nivel de insolvencias, por lo que hay poca capacidad de revalorización. Eso sí, apunta que las rentabilidades están muy por encima de la media histórica, por lo que la entidad opta por los bonos con grado de inversión. “El atractivo de los bonos corporativos se encuentra en las rentabilidades que ofrecne, que están muy por encima de la media histórica en un entorno de inflación a la baja. Vemos mayor potencial en los bonos corporativos europeos de mayor calidad crediticia”, valora Rafael Ciruelos, socio director de la firma.. Por otro lado, la firma recomienda alargar al máximo posible el vencimiento de los activos de tesorería en un escenario en el que las rentabilidades aguantan más de lo previsto por el retraso del Banco Central Europeo (BCE) en bajar tipos. Respecto a las inversiones alternativas, Diphanum seguirá una estrategia de baja volatilidad con activos que ofrezcan una baja rentabilidad pero también con escasa volatilidad. En ese sentido, destacan el oro, los bonos ligados a la inflación o los bonos catástrofe. A favor del oro, apuntan a las compras masivas por parte de los bancos centrales y el escaso crecimiento de la demanda.