Las mejoras en ventas y rentabilidad que El Corte Inglés acumula en los tres últimos ejercicios, así como su creciente política de reparto de dividendos, se asienta sobre la política de fuerte reducción de la deuda, y de los gastos asociados a la misma, que ha acometido en la última década, y que ha llevado a ambos a sus niveles más bajos en 17 años.. Seguir leyendo
Las cargas por intereses ligados al pago de la deuda fueron de 126 millones en 2024, su menor nivel desde 2007
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Las mejoras en ventas y rentabilidad que El Corte Inglés acumula en los tres últimos ejercicios, así como su creciente política de reparto de dividendos, se asienta sobre la política de fuerte reducción de la deuda, y de los gastos asociados a la misma, que ha acometido en la última década, y que ha llevado a ambos a sus niveles más bajos en 17 años.. A cierre del ejercicio 2024, el grupo de grandes almacenes tenía una deuda financiera neta de 1.796 millones de euros, una reducción anual de casi el 13%, como muestran sus últimas cuentas anuales. Respecto a los últimos 10 ejercicios la caída es del 64%, ya que ese pasivo se situaba en 4.954 millones de euros en 2014, toda una losa. Esta llegó a ser mayor, puesto que en 2012 la deuda rozó los 5.700 millones. Todo, en un momento de profunda crisis financiera, con una contracción generalizada del consumo que se dejó sentir en los resultados de El Corte Inglés.. Unos niveles de deuda que provocaban, a su vez, un fuerte desembolso anual por el pago de los intereses vinculados a la misma. En aquel 2014, los gastos financieros que abonó El Corte Inglés fueron de 342 millones de euros, cifra que en el último ejercicio redujo a 126 millones, un 7,3% menos que en 2023, y un 63% frente a los de 2024.. En la actualidad, el grueso del pasivo del grupo corresponde al crédito sindicato firmado con los bancos en marzo de 2022 por un máximo de 2.600 millones, y cuyos vencimientos extendió dos veces, una primera en noviembre de 2023, y una segunda durante 2024, todo ello en un entorno de tipos de interés al alza. A cierre del último ejercicio, el grupo tenía pendiente la devolución de 1.726 millones de euros a sus entidades financieras, de los que 964 millones vencen en 2029. En 2026 afronta también el pago de 472 millones, correspondientes al tramo C del crédito.. Esta reducción de la deuda y de los costes que acarrea, unido a la mejora del resultado bruto de explotación (ebitda), que en 2024 fue de 1.208 millones, permite al grupo generar caja. En 2024, el flujo de caja libre generado de forma recurrente fue de 497 millones.. Estrategia de desinversión. El adelgazamiento del pasivo se convirtió en una prioridad a partir del año 2018, aunque la pandemia supuso un paréntesis en esa estrategia. Pero fue a partir de ese momento cuando el grupo se puso entre ceja y ceja reducir su deuda a través de dos vías: la venta de parte de sus propiedades inmobiliarias, hoy valoradas en algo más de 15.000 millones de euros; y la desinversión en negocios que ya no se consideraban estratégicos, para focalizar la actividad en el negocio tradicional de distribución.. En el primer punto, El Corte Inglés llegó a vender propiedades por más de 500 millones de euros. Empezó con la venta de tiendas en los centros comerciales madrileños de Parquesur (Leganés) y (Madrid) por 160 millones, a los que siguieron los de Francesc Maciá (Barcelona) por unos 150, y la de Portal de l’Ángel, también en Barcelona por alrededor de 200 millones. En un plazo de seis años, la compañía se embolsó unos 660 millones de euros por la venta de activos inmobiliarios no estratégicos, que fueron directos a mitigar su deuda.. En el segundo, el paso clave fue la venta del 50,01% del negocio asegurador a Mutua Madrileña, dentro de una alianza por la que este se convirtió en accionista de El Corte Inglés con un 8% del capital. Ambas transacciones supusieron una inyección de 1.105 millones de euros, que fueron prácticamente íntegros a amortizar un tramo de deuda en 2022. Hasta entonces, la compañía se había desprendido de otros negocios, como Óptica 2000 y, sobre todo, Informática El Corte Inglés, que traspasó a la compañía francesa Gfi por 300 millones.. Tanto esta estrategia, como los resultados que ha tenido en el balance, han contado con el respaldo de las agencias de calificación, que desde hace un año valoran la deuda de El Corte Inglés como grado de inversión, lo que le permite acceder a mejores condiciones de financiación.. El pasado mes, tanto Fitch como Standard & Poor’s elevaron a positiva la perspectiva de su calificación, lo que abre la puerta a una nueva mejora de la misma. Esta última, en su informe de junio, destacó que “el equipo de gestión sigue comprometido con proteger el rating de grado de inversión y mantener el ratio de deuda neta por debajo de dos veces el ebitda”, dice el informe en sus conclusiones. “Entendemos que el objetivo de la compañía es fortalecer la rentabilidad y la escala del negocio junto a un mayor desapalancamiento”, añadió.