Al igual que el populismo ha eludido las élites políticas convencionales, la estrategia de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump ignora el conocimiento acumulado por expertos, un siglo después de que se aplicaran aranceles similares que intensificaron la Gran Depresión. La gran incertidumbre respecto a cómo terminará esta compleja situación está afectando la economía mundial. La fuerza de las reacciones iniciales, que provocaron caídas significativas en los mercados, está modificando a medida que avanza la situación el enfoque de los economistas. En pocos días, se han comenzado a considerar proyecciones de inflación significativamente más altas para Estados Unidos, incluso superiores a lo que se anticipaba hace unas semanas. Se percibe un posible desorden en relación al dólar, y los mercados están empezando a mostrar señales de riesgo de una recesión.
Los analistas ahora consideran posibles tasas de inflación mucho más altas para Estados Unidos en comparación con lo que se anticipaba hace unas semanas. Hay indicios de inestabilidad alrededor del dólar y se percibe un riesgo de recesión.
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Al igual que el populismo ha eludido las élites políticas convencionales, la estrategia de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump ignora el conocimiento acumulado por expertos, un siglo después de que se aplicaran aranceles similares que intensificaron la Gran Depresión. La gran incertidumbre respecto a cómo terminará esta compleja situación está afectando la economía mundial. La fuerza de las reacciones iniciales, que provocaron caídas significativas en los mercados, está modificando a medida que avanza la situación el enfoque de los economistas. En pocos días, ya se están considerando escenarios de inflaciones mucho más altas para Estados Unidos, incluso por encima de lo que se anticipaba hace solo semanas. Se percibe un desorden en torno al dólar y en los mercados se reconoce el riesgo de una recesión. Inicialmente, los analistas pensaban que los aranceles indiscriminados impuestos por EE. UU. causarían un efecto conocido como shock de oferta negativo, lo que significaría que la producción de bienes y suministros provenientes de otros países se volvería más cara y escasa, lo que conduciría a un aumento de la inflación y afectaría la actividad económica. Esto también implicaría una valorización del dólar en comparación con otras monedas, ya que estas serían menos demandadas debido a la disminución en la venta de sus productos, lo que las depreciaría y haría que el dólar se revalorizara. Este proceso se fortalecería con el aumento de las tasas de interés por parte de la Fed para combatir la inflación, lo que provocaría una mayor apreciación del dólar estadounidense. La fortaleza del dólar habría ayudado a reducir en cierta medida la inflación, ya que con una moneda fuerte se pueden realizar compras en el exterior a precios más bajos. En conclusión, podría haber un incremento en la inflación, disminución de la actividad y aumento de las tasas de interés, aunque una apreciación del dólar podría mitigar un poco el impacto en los precios. Por otro lado, en Europa se experimentaría un choque en la demanda: al reducirse las ventas de bienes a Estados Unidos, habría una caída en la producción y en la actividad, lo que resultaría en una inflación más baja.