Una nueva legislación en el ámbito cultural establecerá, por primera vez mediante un decreto real, regulaciones sobre el trabajo de menores en redes sociales, prohibiendo el trabajo infantil autónomo a través de un familiar. Siempre deberá existir una empresa externa que asuma la responsabilidad.
Un decreto real establecerá un límite en la cantidad de horas que los niños pueden trabajar, asegurando que este tiempo no afecte su educación.
Una nueva legislación en el ámbito cultural establecerá, por primera vez mediante un decreto real, regulaciones sobre el trabajo de menores en redes sociales, prohibiendo el trabajo infantil autónomo a través de un familiar. «Siempre deberá existir una empresa que asuma la responsabilidad», afirmó la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante un evento donde presentó esta normativa. «Se ha terminado el uso de menores como si fueran adultos en el ámbito laboral», añadió, señalando que hay niños que trabajan desde sus casas a través de Instagram y en la publicidad, grabando videos y realizando transmisiones en vivo. «Son jóvenes que participan en la industria cultural sin disfrutar de los mismos derechos que otros trabajadores». Además, la normativa sobre el trabajo de menores en el ámbito cultural asegurará que solo puedan laborar un número limitado de horas y durante periodos de inactividad escolar, como vacaciones y fines de semana. Díaz explicó que la iniciativa para regular la relación laboral de artistas, personal técnico y asistentes en las artes escénicas, audiovisuales y musicales pasará a consulta pública, después de seis meses de trabajo con el sector cultural, y tendrá carácter de real decreto, evitando el paso por el Congreso de los Diputados. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, presente en el evento, enfatizó que los avances incorporados en esta nueva norma se encuentran dentro del Estatuto del Artista y modernizan el real decreto de 1985, el cual no había sido actualizado en cuatro décadas. Urtasun ha subrayado que el objetivo del Ministerio es desvincular la cultura de la precariedad laboral. En relación a la actualización de la norma, que no se había realizado en 40 años, Díaz ha señalado que en 1985 «no existían redes sociales, inteligencia artificial ni nada de lo que hoy conocemos, por lo que este avance es crucial para mejorar las condiciones laborales en el ámbito cultural». Además, ha enfatizado que «esa antigua España que apoyaba la cultura en 1985 está evolucionando». Otro punto destacado por la ministra de Trabajo es la regulación de la inteligencia artificial: «No se permitirá que la cultura se reduzca a meros algoritmos; detrás de cada imagen, frase y nota hay una persona con derechos». También ha mencionado que, hasta ahora, la IA ha operado como una especie de depredador, en un entorno sin reglas. Muchas personas han utilizado la inteligencia artificial para generar ganancias. «El talento se ha transformado en un archivo, en un dato, en algo que se puede copiar y pegar, todo sin permisos. Esto debe cambiar», declaró Díaz. «A partir de ahora, no se podrá usar la voz, la imagen, la música o la interpretación de un creador sin su consentimiento, y si se hace, el creador deberá recibir una compensación económica.» Díaz ha enfatizado que se establecerán límites y se ofrecerán garantías: «Defendemos los derechos, pero también permitimos que el progreso tecnológico continúe avanzando». Ha subrayado que «la cultura va más allá de la inteligencia artificial; deseamos la digitalización, pero la IA no puede reemplazar a los seres humanos». Además, se introduce un nuevo aspecto: la figura de «coordinación de intimidad». Díaz ha señalado que durante muchos años, numerosas actrices han grabado escenas de contenido sexual sin la certeza de su consentimiento y, en ocasiones, en circunstancias muy difíciles, incluyendo momentos de presión en los rodajes, desnudez y contacto físico. Por esta razón, el nuevo real decreto introduce el papel de un coordinador de intimidad, quien estará presente tanto en la preparación como en la grabación de cualquier escena íntima, asegurando así la protección del consentimiento.
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