Si tuviste la suerte de ver el musical «Hamilton» en Londres o Nueva York y disfrutaste de la cautivadora música de Lin-Manuel Miranda, es posible que hayas presenciado la narración sobre cómo uno de los padres fundadores de Estados Unidos estableció el sistema financiero del país, esforzándose por estar «en la habitación donde todo sucede». ¿Y qué hay más para un economista? Continuar leyendo.
Mientras que la filosofía del arquitecto de las finanzas se centraba en crear un «orden permanente», la del presidente parece enfocarse en la interrupción continua para lograr beneficios inmediatos.
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Si has tenido la ocasión de ver el musical «Hamilton» en Londres o Nueva York y experimentar la atracción que provoca la música de Lin-Manuel Miranda, es probable que hayas sido testigo de la narrativa sobre cómo uno de los padres fundadores de Estados Unidos estableció el sistema financiero del país mientras luchaba por estar en «la sala donde se toman las decisiones». Y aún más para un economista… «¿Cuál es la definición de legado?» El coro en el escenario de Broadway se pregunta esto, y responde que «es sembrar semillas en un jardín cuyas flores nunca llegarás a ver crecer». Por lo tanto, de manera indiscutible, la historia de Estados Unidos se puede entender, en gran medida, como la historia de esas bases institucionales. Es indudable que pocas cosas fueron tan esenciales para el desarrollo económico posterior como el sistema financiero creado por Alexander Hamilton. Al establecerse la república, este talentoso y ambicioso inmigrante caribeño no iba a dejar pasar su oportunidad. Como el primer Secretario del Tesoro, tuvo que lidiar con un desorden total: un país abrumado por deudas de guerra, con una moneda que carecía de valor y sin confianza en el contexto internacional. Su reacción no fue solo un ajuste de cuentas, sino la concepción de un sistema financiero destinado a ser duradero, fundamentado en la estabilidad, la confianza y una perspectiva industrial futura. Sin embargo, hoy, ese legado se ve amenazado ante la presión de Donald Trump, cuyas acciones son contrarias al pensamiento de Hamilton.