Cómo el mundo creó Occidente (Crítica) se explica en su título. En 450 páginas, su autora, Josephine Quinn (profesora de Historia Antigua en Oxford) refuta la idea de que exista una civilización occidental; ni hoy ni en el siglo II antes de Cristo. Su texto es una pequeña historia de casi todo que va desde los flujos comerciales en la edad de los metales hasta las batallas de los cruzados, el cisma de la Iglesia Ortodoxa y los avances tecnológicos en la navegación del siglo XV que llevó a los españoles a América. Y su teoría dice que los romanos eran tan ajenos a los griegos como los persas, que el progreso en el conocimiento del mundo europeo es incomprensible sin las aportaciones de sus vecinos y, en resumen, que el mundo es uno.. Seguir leyendo
La historiadora Josephine Quinn escribe ‘Cómo el mundo inventó Occidente’, una historia de todo que sostiene que la aceleración de la historia en Europa estuvo conectada a los progresos de otras partes del mundo
Cómo el mundo creó Occidente (Crítica) se explica en su título. En 450 páginas, su autora, Josephine Quinn (profesora de Historia Antigua en Oxford) refuta la idea de que exista una civilización occidental; ni hoy ni en el siglo II antes de Cristo. Su texto es una pequeña historia de casi todo que va desde los flujos comerciales en la edad de los metales hasta las batallas de los cruzados, el cisma de la Iglesia Ortodoxa y los avances tecnológicos en la navegación del siglo XV que llevó a los españoles a América. Y su teoría dice que los romanos eran tan ajenos a los griegos como los persas, que el progreso en el conocimiento del mundo europeo es incomprensible sin las aportaciones de sus vecinos y, en resumen, que el mundo es uno.. De modo que la primera pregunta es evidente: ¿qué entiende Quinn por «civilización occidental»? «Es un concepto de 1850, es relativamente nuevo», explica la autora. «Lo más parecido a una definición de Occidente, así, con mayúsculas, tiene que ver con las naciones estado que aparecieron en Europa en 1500 y se expandieron por el mundo. Cuando la gente habla de Occidente, de defender Occidente, se refiere a esas naciones y a sus encarnaciones en el mundo. Estados Unidos, Canadá, Australia… La idea del libro es que ese concepto es una invención, como ocurre con todas las civilizaciones. La idea de civilización dice que las culturas del mundo están agrupadas y divididas. Intento, con toda mi pasión, explicarle a la gente que las civilizaciones sólo existen en la medida que crean en ellas. Los conceptos existen y son poderosos porque la gente cree en ellos, pero no siempre están en la realidad como necesarios. No sé si en España se habla de «el gran reemplazo» como en Reino Unido. Lo que está implícito en esa teoría es que una civilización lucha contra otra por la supremacía. Bueno, si en vez de pensar en términos de civilizaciones pensamos en cómo se relacionan las personas, el problema no existe».. ¿Y por qué el concepto tiene éxito? ¿Qué nos ha dado para arraigar? «La idea viene de académicos franceses. Después, se unieron sus colegas británicos, especialmente los escoceses. Llegó cuando sus naciones lanzaban sus proyectros coloniales. La civilización les dio un concepto abstracto y positivo que las justificaba. Habla de leyes, de ciudades, de ciertas formas de comercio y casa bien con algunos valores de la ilustración, incluida la idea de progreso. Luego hubo un momento en el que la idea de civilización se cruzó con la idea de raza. Así pasamos de una idea de civilización a una idea de civilizaciones, muchas, en conflicto y jerarquizadas. En ese momento, se perdió el sentido de civilización como un acto de generosidad».. Pero el concepto también nos funciona en el plano personal.Alguien me contó que viajó desde Asia a España y que, cuando se vio en un avión de Air France pensó que ya estaba un poco en casa. Así es la política. Consigue que sintamos lo personal como político y que eso condicione nuestros votos.. El libro de Quinn está lleno de viajeros así, de gente que se mueve de Asia a Europa, de Escandinavia a Terranova, de judíos, vikingos, fenicios y oros desarraigados que hicieron el mundo girar. ¿Sabe Quinn que la palabra «fenicio» también significa mercader astuto, no muy de fiar, en español? «Es interesante. Si busca en Homero, cada vez que aparece la palabra fenicio verá por ahí un traficante de esclavos. Los historiadores discutimos cuánto hay ahí de prejuicio y cuánto de verdad porque el estereotipo hacia los mediadores así está en todas partes. Estuve en Andalucía y vi muchos negocios con nombres que hablan de Tartesos pero no vi ningún ‘Café de los Fenicios’. Los fenicios tuvieron una relación complicada con sus vecinos y parece que aún son vistos como outsiders en España. Supongo que lo que ocurre es que la gente vive terriblemente asustada. Esa es nuestra esencia humana: vivir en cajitas. ¿Tiene gatos? Los gatos tienen sus cajitas donde duermen y no quieren salir de ellas. Les compramos un juguete pero no lo aceptan, el juguete no entra en la caja. Hasta que entra. Los humanos somos así, buscamos nuestras cajitas para no salir de ellas, sean civilizaciones, culturas, naciones o departamentos universitarios, que es lo que me toca».. Otro ejemplo: cuando Rusia invadió Ucrania se escribió que la Horda de Oro estuvo mucho tiempo en Moscú y que por eso Rusia tiende al despotismo. Se escribió que Kiev se libró de esa invasión y fue parte del Principado de Lituania que era muy avanzado. Y se dijo que eso explica que hablemos de naciones diferentes.. «Hay dos respuestas para eso», dice Quinn. «Primero, es cierto que diferentes experiencias políticas dejan diferentes consecuencias. Eso incluye a la Horda de Oro. El segundo ángulo nos dice cuidado, no seamos deterministas. La Horda de Oro fue una experiencia entre otras muchas en la historia de Rusia. Es peligroso eso del cherry picking [coger cerezas], elegir en la historia sólo lo que nos interesa en nuestro relato. Por cierto, otro país en el que se escribió mucho y muy temprano sobre Occidente fue Rusia. Y no fue en un sentido positivo. Occidente era una palabra que se empleaba para referirse a «los otros»… Si los ucranianos creen que su futuro es Europa, tienen más margen de maniobra que ese determinismo.. Usted nació en Irlanda pero vive en el Reino Unido. ¿Conserva el pasaporte europeo? ¿Le gusta?. Aprecio mucho ir deprisa en las aduanas.. ¿Sólo eso?. La Unión Europea ha traído mucha riqueza a mi isla. También al Reino Unido. Las inversiones europeas fueron muy bien aprovechadas en condados que iban a la ruina y que luego votaron el Brexit. Y este es mi libro contra el Brexit. Pero tengo problemas con la UE como identidad porque no me siento cómoda con la idea misma de identidad colectiva.. En Cataluña, en 2017, durante el Procés, se veían muchas banderas de la UE, como si Europa fuese la nación de los que no están cómodos con las naciones.. Lo entiendo, sí. Lo pensaré y quizá cambie mi idea de la UE. Verá: los irlandeses no nos hemos sentido del todo aceptados en la idea de Occidente durante mucho tiempo. Hay testimonios escritos por irlandeses protestantes, gente de origen inglés que decía cosas como: «En Irlanda perduran formas de vida ancestrales: la gente es inepta y alcohólica de un modo precivilizatorio».. Una pregunta más: si fuésemos árabes y nos dijeran que la idea de civilización occidental es una entelequia, ¿qué diríamos? «Mi libro sale en árabe este año. Tengo curiosidad por saber cómo se lee. Le diré algo: Rusia, India, China… Cada vez más países desarrollan su retórica política. El mundo no está menos basado en la idea de civicilización hoy que hace 25 años, al contrario.
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