El mercado global del cobre está intentando recuperarse tras haber experimentado su mayor golpe en un año caracterizado por sorpresas políticas, drásticas variaciones de precios y fluctuaciones comerciales inusuales.
La eliminación de impuestos sobre el cobre refinado, que es el más relevante, ha provocado una caída en el precio del metal en Nueva York, reduciendo así la diferencia con el precio en Londres.
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El mercado global del cobre intenta reponerse tras haber sufrido su mayor golpe en un año lleno de sorpresas políticas, intensas variaciones de precios y perturbaciones comerciales sin precedentes. La declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la imposición de aranceles del 50% a las importaciones de cobre incluyó una aclaración importante para la industria, indicando que los metales refinados, esenciales para el comercio internacional, no estarán sujetos a este impuesto. La iniciativa llevó a una disminución histórica de los precios en Estados Unidos, culminando un tiempo sin precedentes de considerables beneficios para los comercializadores, quienes se apresuraron a enviar el metal hacia Estados Unidos antes de la implementación de los impuestos. La diferencia de precios que hasta ahora existía entre los futuros de Nueva York y los de Londres, debido a las compras anticipadas, prácticamente ha desaparecido. «Esto ha cambiado considerablemente con respecto a lo que se esperaba en el mercado», afirmó Li Xuezhi, líder de investigación en Chaos Ternary Futures Co., un fondo de cobertura de materias primas ubicado en Shanghái. Aquellos que anticipaban un incremento en los precios en Estados Unidos han «desperdiciado todos sus esfuerzos», y se espera que los flujos de cobre a nivel global regresen a la normalidad, según se afirmó. Los futuros del cobre en el Comex de Nueva York cayeron más de un 153%, lo que representa su mayor descenso histórico, ya que los operadores ajustaban el valor del metal en Estados Unidos en comparación con el resto del mundo. La reducción en los precios en la Bolsa de Metales de Londres fue significativa, disminuyendo la prima que había alcanzado hasta un 30% respecto a Londres hace apenas una semana. La decisión de liberar al cobre refinado de cargas fiscales promoverá el comercio internacional de este metal, que es fundamental en la economía global debido a su extensivo uso en la fabricación de cableado eléctrico. Los depósitos en Estados Unidos habían almacenado grandes cantidades de este metal, y ya se está comentando sobre posibles reexportaciones. La eliminación de aranceles también beneficia a los compradores en Estados Unidos, después de las alertas sobre una posible caída en la demanda. Cuando Trump señaló por primera vez en el inicio del año la posibilidad de imponer aranceles, los precios en EE.UU. aumentaron considerablemente en comparación con el resto del mundo, y los principales comercializadores se apresuraron a enviar el metal a los puertos estadounidenses, un movimiento que, según algunos veteranos de la industria, ha sido el más significativo en años. A principios de julio, Trump anunció que el arancel sería del 50%, superando las expectativas, lo que llevó a un aumento en las compras de última hora, incluyendo al menos un barco cargado de cobre con destino a Hawái antes de que finalizara el mes. Se registraron caídas en la bolsa. La respuesta del mercado de valores al desorden causado por Trump fue rápida.