La disputa legal entre Cataluña y Aragón sobre las pinturas de Sijena que se encuentran en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) ha entrado en una nueva fase. La juez Rocío Pilar Vargas, del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Huesca, ha emitido una orden para ejecutar de manera definitiva la sentencia -ya confirmada por el Tribunal Supremo- que requiere que el museo devuelva las pinturas murales del Monasterio y establece un plazo de siete meses para realizar la entrega, tal como había solicitado el Gobierno de Aragón. Continúa leyendo.
La magistrada emite la orden general para llevar a cabo definitivamente la sentencia del Tribunal Supremo, que requiere que el museo de Cataluña devuelva los frescos al monasterio. El enfrentamiento político, la debilidad de las construcciones y el largo proceso judicial son los elementos principales.
La disputa legal entre Cataluña y Aragón por las pinturas de Sijena que se exhiben en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) entra en una nueva fase. La jueza Rocío Pilar Vargas, del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Huesca, ha emitido una orden de ejecución definitiva de una sentencia previamente confirmada por el Tribunal Supremo, que exige al museo la devolución de los murales del Monasterio y establece un plazo de siete meses para su entrega, tal como solicitó el Gobierno de Aragón. Sin embargo, también otorga al MNAC un plazo de 10 días para que presente su propio «cronograma alternativo». Es decir, considerando que agosto no es un mes laboral, esta propuesta podría retrasarse hasta septiembre, momento en el cual el museo también podría intentar recopilar y presentar los informes solicitados a expertos, tanto internacionales como nacionales, sobre la fragilidad de las obras y los riesgos asociados a su devolución. La historia de los murales de Sijena comienza el 1 de octubre de 1936, cuando el arquitecto Josep Gudiol i Ricart llegó a Villanueva de Sijena, en la árida región desértica de los Monegros. Tenía un profundo conocimiento del pueblo oscense, dado que hace algunos años había hecho un reportaje para La Vanguardia, donde documentó los vibrantes frescos románicos del siglo XIII en la sala capitular del Monasterio de Santa María de Sijena. Estas fueron las últimas fotografías capturadas de las pinturas antes de que un grupo de anarquistas incendiara varias áreas del monasterio, causando daños significativos a las obras. Gudiol, integrante del Servicio de Salvamento de Patrimonio de la Generalitat, se dirigió al monasterio, que en ese momento era propiedad de la Diócesis de Lleida, con la intención de recuperar lo que pudiera de los murales. Junto a dos técnicos de confianza, Antoni Robert y Antoni Llopart, se preparó para llevar a cabo la extracción de las obras utilizando la técnica del strappo. Hasta 120 metros cuadrados de los frescos fueron trasladados del convento hacia la Casa Amatller, que es donde se encontraba el taller de Gudiol. Posteriormente, fueron llevadas al MNAC, donde han estado exhibidas desde el día 13 hasta la fecha actual. En marzo de este año, tras un largo proceso legal que se desarrolló en diferentes etapas, el Tribunal Supremo dictó que Cataluña debía devolver las obras a Sijena de manera definitiva. La decisión judicial rechazó los recursos interpuestos por el MNAC y la Generalitat, y confirmó las resoluciones del Juzgado de Primera Instancia de Huesca de 2016 y de la Audiencia Provincial de 2020, que dispusieron la entrega de los objetos a Aragón.
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