“¿A quién preferiría escuchar? ¿A alguien que le promete una vida de lujo o al que le advierte de que, posiblemente, nunca sea rico?”. “Si tienes CriptoMonedas y las quieres multiplicar… estas en lugar correcto”. “Domina los mercados financieros con nuestra mentoría intensiva”. “Hemos creado un grupo exclusivo en Telegram, completamente gratuito, diseñado para ayudarte a desarrollar tus conocimientos financieros y maximizar el potencial de tus inversiones”. Estas frases proceden de del canal de Telegram del influencer CriptoHugo. La segunda y la tercera, de la página web de Grecco Investment, firma del el influencer Diego García del Río, quien incluso ha dado ponencias en universidades españolas. La semana pasada, la CNMV incluyó a ambas en su lista de entidades no autorizadas para prestar cualquier servicio de inversión. El supervisor lanza este tipo de alertas cuando existen indicios de que alguna sociedad estaría prestando estos servicios sin tener el permiso oficial, y lo hace de modo preventivo para informar a los inversores sin tener que esperar a la tramitación de un expediente formal.. Seguir leyendo. La IAnvasión de los ultracuerpos. Más allá del peligro de caer en las redes de los finfluencers fraudulentos, existe un nuevo tipo de riesgo gracias a la inteligencia artificial: el de que los estafadores suplanten a alguien legítimo y con experiencia real para robar dinero a su comunidad de seguidores.. «Está proliferando a un ritmo brutal. Cogen tus vídeos, entrenan a una IA y de repente ves un vídeo tuyo que no has hecho tú recomendando productos de inversión», cuenta Pablo Gil. «Mi equipo y yo reclamamos suplantaciones de identidad casi cada semana. Llevo muchos años trabajando y he conseguido un canal de YouTube con más de 312.000 seguidores. Llevo años comentando actualidad y explicando conceptos de forma sencilla. Descubren que no emito recomendaciones y entonces ven el chollo. Tienen 10.000 vídeos míos en internet, con lo que tienen material de sobra para entrenarla. Me ha pasado», desvela.. «De repente me veo en un vídeo mío recomendando meterse a un canal de WhatsApp de pago para recibir recomendaciones de Pablo Gil. Yo no tengo ningún canal de WhatsApp. Lo denuncias inmediatamente y los van cerrando, pero surgen más. Siempre suelo decir en los vídeos que no tengo ningún canal ni emito recomendaciones, que si ven algo así, es una estafa. Pido que comprueben mi página web porque en ella aparece todo lo que tengo oficial. Si no está ahí, no es mío», añade Gil.
La CNMV pone en el foco a los ‘finfluencers’: señala a dos como entidades no autorizadas para prestar servicios de inversión y destaca en su plan de actividades que reforzará la vigilancia
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“¿A quién preferiría escuchar? ¿A alguien que le promete una vida de lujo o al que le advierte de que, posiblemente, nunca sea rico?”. “Si tienes CriptoMonedas y las quieres multiplicar… estas en lugar correcto”. “Domina los mercados financieros con nuestra mentoría intensiva”. “Hemos creado un grupo exclusivo en Telegram, completamente gratuito, diseñado para ayudarte a desarrollar tus conocimientos financieros y maximizar el potencial de tus inversiones”. Estas frases proceden de del canal de Telegram del influencer CriptoHugo. La segunda y la tercera, de la página web de Grecco Investment, firma del el influencer Diego García del Río, quien incluso ha dado ponencias en universidades españolas. La semana pasada, la CNMV incluyó a ambas en su lista de entidades no autorizadas para prestar cualquier servicio de inversión. El supervisor lanza este tipo de alertas cuando existen indicios de que alguna sociedad estaría prestando estos servicios sin tener el permiso oficial, y lo hace de modo preventivo para informar a los inversores sin tener que esperar a la tramitación de un expediente formal.. La guerra entre las autoridades financieras y los vendehumos que, a bordo de un Lamborghini, solazándose en una mansión o vestidos con traje, hablan a través de redes sociales de libertad financiera y de sueños cumplidos, no es nueva. Pero se está intensificando. En España, la CNMV ha prometido en su plan estratégico de 2025 aumentar la supervisión sobre los finfluencers, como se conoce en la jerga a los generadores de contenido financiero. En Reino Unido, el homólogo de la CNMV, la FCA, contempla penas de prisión de hasta dos años y multas sin tope. Las organizaciones supranacionales de la supervisión, Iosco, la mundial, y Esma, la europea, también los tienen el punto de mira. Muchos ahorradores se rinden a los cantos de sirena de quienes prometen una vida de lujo, aunque esto les provoque la pérdida de parte de sus ahorros. Ni siquiera ejemplos como Madeira Investment Club, el chiringuito financiero con presencia en redes sociales sobre el que avisó la CNMV y que ha dejado un agujero millonario, sirven de escarmiento.. Además de estos afectados —los damnificados más evidentes—, la proliferación de charlatanes financieros también deja otros perjudicados: aquellos que corren el riesgo de ser incluidos en el mismo saco. Vicky Nombela, secretaria técnica de EAF dentro del Consejo General de Economistas, admite que hay preocupación entre los asesores profesionales. Nombela hace una distinción clave entre ambos colectivos. “Tú pregunta a un asesor profesional qué hacer con los 50.000 euros que tienes. En vez de decirte que compres tal o cual acción —lo que haría el finfluencer de turno— analiza tu situación personal, tu perfil de riesgo, tus necesidades”. El modelo de asesoramiento real, hecho a medida, no tiene nada que ver con lanzar una recomendación por Telegram sin tener en cuenta quién la recibe.. Por otro lado, los finfluencers que sí tienen experiencia laboral real en las finanzas, también claman contra los vendehúmos. “Lo que esta gente ofrece en redes son órdenes disfrazadas de formación y cursos. Te dicen compra a tal precio con este stop limit y con este punto de recogida de beneficios. Eso no es enseñar a invertir y favorecer que la gente tenga criterio. Eso es dar una recomendación de compraventa camuflada”, distingue Pablo Gil, economista y gestor profesional con miles de seguidores en redes sociales. El querer enseñar de verdad no tiene nada que ver con querer sacar provecho de la falta de conocimientos.. Los supervisores pueden perseguir las malas prácticas con más ahínco, los que perdieron sus ahorros pueden denunciar, los profesionales de la inversión pueden preocuparse, pero la gran pregunta es: ¿Por qué la gente escucha a los vendehúmos?. La sopa de Oparin (de los charlatanes). Al igual que en la teoría basada en un caldo primigenio en el que varios elementos se conjugaron para hacer posible el surgimiento de la vida, los finfluencers charlatanes han tenido su propia ración de Sopa de Oparin. Los expertos consultados desgranan sus ingredientes. Gil recurre a una comparativa para explicar la popularidad de los divulgadores que no cumplen con los criterios de las autoridades. “Una cosa es tener el conocimiento y otra es comunicar. Eso lo sabes desde el colegio. Puedes tener un profesor que sea muy inteligente, pero que sea mal docente porque no traslada bien el mensaje. En internet hay auténticos expertos de vender bien lo que quieran, que, aunque no sepan nada, cuentan con una capacidad de marketing tan brutal que te convencen”, ilustra.. Héctor Chamizo, periodista y divulgador financiero en redes, señala “una desconfianza creciente hacia las instituciones tradicionales y una búsqueda desesperada de respuestas simples en un entorno económico complejo”. Por su parte, Gustavo Martínez, economista y asesor financiero, opina que “los influencers financieros logran éxito en redes sociales debido a la promesa de ganancias rápidas y estilos de vida lujosos, lo cual resulta altamente atractivo, especialmente para las generaciones más jóvenes que buscan independencia financiera”. Vicky Nombela agrega que la normativa existente sobre divulgación de recomendaciones tiene un efecto perverso: quienes la cumplen llegan con mayor dificultad al público que los charlatanes, que se la saltan sin miramientos.. Todos, sin excepción, apuntan a la falta de educación financiera como una condición sine qua non. ¿Por qué seguimos en España con este déficit de educación financiera después de tantos años? Los motivos que explican su resistencia a desaparecer pese a la existencia de un día oficial dedicado a la formación en este campo son un misterio. Al igual que lo son las razones para no incluir en los contenidos escolares obligatorios más nociones sobre economía o inversión que ayudasen a evitar caer en engaños como el de los finfluencers charlatanes.. Paz Gómez Ferrer, psicóloga y coach experta en psicología de la conducta, cuenta todos los trucos de estos presuntos estafadores. Gómez explica que el aparentar una vida de lujo y mandar el mensaje de que ellos son ricos se llama efecto halo. Desvela que, aunque no haya invertido todavía, cuando una potencial víctima ve testimonios (normalmente falsos) que aseguran haberse hecho rico gracias al charlatán de turno, se llama refuerzo vicario. Dice que ellos usan la urgencia. “O inviertes ahora, o pierdes la oportunidad”. Sostiene que te hacen sentir especial, más listo que los demás, que formas parte de una comunidad diferente y ganadora. Advierte de que el seguidor solo ve lo que quiere ver. Avisa de que el finfluencer, que solo muestra lo que le interesa, aunque no tenga ni idea de inversión, se cree más listo que nadie sin serlo.. A ojos de Gómez, esta proliferación de charlatanes es la punta del iceberg de un problema mucho más profundo. “Estamos en una sociedad cada vez más materialista. En redes sociales nos muestran que todo está genial. El ser humano se compara. Hoy en día no tenemos tiempo de invertir en nosotros mismos. Nos fijamos en quién tiene mejor casa, mejor posición y más dinero. Nos valoramos por lo que tenemos, no por lo que somos. En este proceso, nos estamos volviendo cada vez más pobres”, sostiene.. En esencia, el marketing del finfluencer vendiendo sus métodos de trading desde un coche de alta gama cala porque la verdad no siempre es plato de buen gusto. “Yo como psicóloga digo que mucho cuidado con los mensajes de estilo Mr. Wonderful porque nos han hecho mucho daño. No todo el mundo puede ser rico”, afirma Gómez.. Y es que lo que pregonan —la libertad financiera, el ser millonario— puede ser una aspiración legítima, pero nunca es sencilla. “Vivir del trading lo consigue poquísima gente. Casi nadie. Otra cosa bien distinta es sacar algo de rentabilidad a tu dinero. Eso sí es posible. Eso que venden los influencers vendehúmos de que puedes vivir del trading porque ellos lo hacen… Ellos no han ganado dinero con el trading en su vida diciendo esas cosas. Su propio mensaje les delata”, concluye Pablo Gil. Cuando alguien les prometa el paraíso, cuidado con no acabar en el infierno.. La IAnvasión de los ultracuerpos. Más allá del peligro de caer en las redes de los finfluencers fraudulentos, existe un nuevo tipo de riesgo gracias a la inteligencia artificial: el de que los estafadores suplanten a alguien legítimo y con experiencia real para robar dinero a su comunidad de seguidores.. «Está proliferando a un ritmo brutal. Cogen tus vídeos, entrenan a una IA y de repente ves un vídeo tuyo que no has hecho tú recomendando productos de inversión», cuenta Pablo Gil. «Mi equipo y yo reclamamos suplantaciones de identidad casi cada semana. Llevo muchos años trabajando y he conseguido un canal de YouTube con más de 312.000 seguidores. Llevo años comentando actualidad y explicando conceptos de forma sencilla. Descubren que no emito recomendaciones y entonces ven el chollo. Tienen 10.000 vídeos míos en internet, con lo que tienen material de sobra para entrenarla. Me ha pasado», desvela.. «De repente me veo en un vídeo mío recomendando meterse a un canal de WhatsApp de pago para recibir recomendaciones de Pablo Gil. Yo no tengo ningún canal de WhatsApp. Lo denuncias inmediatamente y los van cerrando, pero surgen más. Siempre suelo decir en los vídeos que no tengo ningún canal ni emito recomendaciones, que si ven algo así, es una estafa. Pido que comprueben mi página web porque en ella aparece todo lo que tengo oficial. Si no está ahí, no es mío», añade Gil.