La planta sexta del hotel Radisson Collection de Berlín está más concurrida que nunca. Los miembros del comité de dirección de la cadena hotelera con sede en Bruselas y 907 establecimientos en más de 100 países aprovechan para despachar antes de que el complejo situado en pleno centro de la ciudad, frente a la catedral, se presente en sociedad en un evento que congrega a más de 450 personas, tras su reforma y posicionamiento como cinco estrellas. Federico J. González Tejera (Madrid, 1964), consejero delegado de la compañía, lidera la firma desde 2017 tras su precipitada salida de NH y su fichaje por parte de Carlson y Rezidor (entonces en manos de la china HNA, que las uniría en Radisson Hotel Group). Es uno de los pocos españoles que pilotan un grupo turístico internacional, hoy propiedad del conglomerado también chino Jin Jiang International, la segunda cadena hotelera mundial por número de habitaciones.. Seguir leyendo. «Hay que dignificar los hoteles de una y dos estrellas». Federico González Tejera dice que siempre mira a su accionista «como al banco». Lleva trabajando desde 2018 con Jin Jiang, «que pregunta mucho porque tiene la obligación de saberlo todo». A corto plazo puede ser pesado, pero a largo implica que las decisiones se tomen más rápidamente, explica.. El conglomerado chino le ha encargado que lidere el plan de transformación de otra de sus empresas participadas: Louvre Hotels Group, con marcas conocidas como Golden Tulip o Campanille. Y está aplicando la misma metodología que con Radisson. Con un plan a cinco años dotado con más de 400 millones de euros, pretende reposicionar sus hoteles y dotarlos de tecnología, «aprovechando que las dos cadenas tienen el mismo accionista, utilizaremos las PMR y CRS de Radisson adaptándolas a Louvre».. El foco de Louvre es diferente. Trabaja el segmento económico, «un segmento que queremos mejorar». «Lo que estamos haciendo», asegura, «es intentar recuperar la dignidad porque muchos de los hoteles de una y dos estrellas en el mundo han ido a lo indigno y que el cliente pague 40 o 50 euros no quiere decir que haya que ofenderle».
El madrileño Federico González Tejera es el primer ejecutivo de la cadena, que ha culminado un plan de transformación con el que salió de pérdidas, aunque tiene en el mercado nacional un punto débil
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La planta sexta del hotel Radisson Collection de Berlín está más concurrida que nunca. Los miembros del comité de dirección de la cadena hotelera con sede en Bruselas y 907 establecimientos en más de 100 países aprovechan para despachar antes de que el complejo situado en pleno centro de la ciudad, frente a la catedral, se presente en sociedad en un evento que congrega a más de 450 personas, tras su reforma y posicionamiento como cinco estrellas. Federico J. González Tejera (Madrid, 1964), consejero delegado de la compañía, lidera la firma desde 2017 tras su precipitada salida de NH y su fichaje por parte de Carlson y Rezidor (entonces en manos de la china HNA, que las uniría en Radisson Hotel Group). Es uno de los pocos españoles que pilotan un grupo turístico internacional, hoy propiedad del conglomerado también chino Jin Jiang International, la segunda cadena hotelera mundial por número de habitaciones.. Desde entonces, el directivo ha abordado un plan de transformación dotado de 500 millones de euros que ha pasado por reformular las marcas, creando dos nuevas: Radisson Collection y Radisson Red, y por centrarse en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA) y Asia Pacífico (APAC), “los territorios donde veíamos más potencial”, explica; vendiendo así a Choice las franquicias con que operaba en Estados Unidos en 2022.. Como resultado de este plan González Tejera asegura: “Radisson casi ha duplicado su número de habitaciones desde 2020, tenemos más que cuando disponíamos de Estados Unidos: 162.000 operativas y casi 80.000 en desarrollo; contamos con tres de las marcas que más crecen en EMEA y hemos pasado de ser la hotelera número ocho a la cinco en Asia Pacífico”. La cadena ha duplicado su ebitda, continúa, ha doblado prácticamente su presencia en EMEA, se ha convertido en el segundo operador internacional en la India y en uno de los que más crecen en China.. La hotelera obtuvo unos ingresos de 1.303 millones de euros en 2024, un 6,8% más que el año anterior, su resultado de explotación aumentó un 17% hasta los 216 millones y ha abandonado las pérdidas, con unos números negros por valor de 20 millones frente a los rojos de 11 millones en 2023. Y continúa con su plan de expansión que supondrá invertir a razón de 100 millones de euros anuales en los próximos tres ejercicios, fundamentalmente en crecimiento, reposicionamiento de hoteles y en sistemas tecnológicos (reservas, revenue management…), explica.. Bar Atrium del hotel Radisson Collection de Berlín.PIOTR GESICKI. Radisson cuenta con 592 establecimientos en desarrollo, la mayoría en Asia; 426 unidades, un 118% más de las actuales, sobre todo en China y la India. El directivo cree que el gigante asiático tiene mucho potencial y el accionista mayoritario del grupo, Jin Jiang, que posee el 70% del capital, “puede ayudarnos mucho”, dice. En la región EMEA proyecta 166 establecimientos que se sumarán a los 545 que ya opera en régimen de gestión, alquiler o franquicia. González Tejera destaca en Europa el crecimiento de la compañía en Italia, Francia y Alemania. Sin embargo, España se le ha atragantado. En 2022 anunció que dispondría de 25 hoteles durante el presente ejercicio, pero sólo tiene ocho funcionando y otros tres en cartera (en Madrid, Málaga y Tenerife). “Me faltan hoteles en España”, reconoce el también consejero delegado de Louvre Hotels Group, “hemos firmado más establecimientos en Italia en los últimos tres años que en España”.. El problema español. El problema, precisa, es que se trata de un país donde hay mucho propietario individual que quiere seguir explotando sus inmuebles y donde abundan los contratos de alquiler que, tras la subida de la demanda, se han vuelto muy caros. Además, “la competencia es muy alta porque ¿quién no quiere estar en España?”, pregunta retóricamente. “Aunque tenemos un objetivo de contar con entre 25 y 27 hoteles, hay que esperar a los proyectos correctos. Pero tenemos que correr un poquito más, yo espero anunciar algo pronto”.. Radisson se plantea comprar gestoras hoteleras, admite el directivo. Y anima a los dueños de establecimientos que quieran venderlos a que le llamen, pues aunque la compañía no aspira a la inversión en inmuebles, sí tiene inversores disponibles con los que ir de la mano. Cada vez se producen más operaciones de key money (donde la gestora aporta una parte de la inversión para las obras de en torno a tres años de fees para un contrato a 10 o 15 años) y ya suponen entre el 25% y el 30% de los ingresos de las grandes cadenas internacionales, indica González Tejera.. El retorno de la inversión que espera tras las obras para modernizar los establecimientos y reposicionarlos en una categoría superior —como han hecho con 500 establecimientos desde 2020— oscila entre el 15% y el 20%, lo que quiere decir que después de las reformas el precio de las habitaciones puede subir entre 4 y 15 euros. Con esta estrategia, la compañía espera ver crecer sus ingresos entre un 5% y un 7% en 2025 y elevar el resultado de explotación hasta acercarse a los 300 millones de euros.. El consejero delegado cree que el mercado turístico global seguirá creciendo este año porque el mundo se ha ampliado a los ojos de los viajeros. “La gran cuestión es cómo hacemos que sea compatible con la calidad de vida en los destinos. En Ámsterdam, en Venecia o en Santorini ha empezado a no serlo por la cantidad de visitantes que reciben. Es algo que depende de los países, las regiones y los ayuntamientos. Hay que regularlo. Las autoridades tienen que decidir cómo se organiza el turismo, cuántos visitantes caben en sus territorios y dónde les queremos alojar: en hoteles, en apartamentos turísticos…”. Porque con los apartamentos turísticos “ayuntamientos y comunidades tienen que resolver un problema que ellos mismos han creado”. González Tejera considera que la turismofobia se orienta de forma equivocada: “La gente no debería lanzar su rabia contra los turistas, sino contra las autoridades que no han regulado de forma adecuada y no han explicado el beneficio del turismo para sus destinos. Debería tener autoridadfobia”.. Mientras tanto, los precios de los hoteles, “que han subido significativamente, y más en España”, van a seguir aumentando. Al menos entre el 3% y el 5% durante este año, prevé. También continúan las dificultades para fichar personal. Con 75.000 empleados, el primer ejecutivo de Radisson reconoce que “la contratación sigue siendo un problema”. A su juicio, “para que el sector resulte más atractivo tenemos que hacer dos cosas: pagar mejor y asegurar un plan de carrera a los empleados”.. Echando la vista atrás, a su destitución como consejero delegado de NH, cuando apoyaba la compra de Carlson Rezidor por parte de HNA, el directivo asegura: “Era la apuesta correcta. La gran compra”. El trabajo del consejero delegado, prosigue, es “decir siempre lo que piensas, pensar siempre lo que dices y no tener miedo a que te echen. Me siento muy feliz de lo que pasó”, concluye.. «Hay que dignificar los hoteles de una y dos estrellas». Federico González Tejera dice que siempre mira a su accionista «como al banco». Lleva trabajando desde 2018 con Jin Jiang, «que pregunta mucho porque tiene la obligación de saberlo todo». A corto plazo puede ser pesado, pero a largo implica que las decisiones se tomen más rápidamente, explica.. El conglomerado chino le ha encargado que lidere el plan de transformación de otra de sus empresas participadas: Louvre Hotels Group, con marcas conocidas como Golden Tulip o Campanille. Y está aplicando la misma metodología que con Radisson. Con un plan a cinco años dotado con más de 400 millones de euros, pretende reposicionar sus hoteles y dotarlos de tecnología, «aprovechando que las dos cadenas tienen el mismo accionista, utilizaremos las PMR y CRS de Radisson adaptándolas a Louvre».. El foco de Louvre es diferente. Trabaja el segmento económico, «un segmento que queremos mejorar». «Lo que estamos haciendo», asegura, «es intentar recuperar la dignidad porque muchos de los hoteles de una y dos estrellas en el mundo han ido a lo indigno y que el cliente pague 40 o 50 euros no quiere decir que haya que ofenderle».