Ferrari se suma a las empresas del motor que echan el freno a la electrificación. La firma de modelos de abundancia ha anunciado este jueves pronósticos peores de lo esperado, unas estimaciones que provocaron un batacazo en Bolsa. Los títulos llegaron a registrar una caída del 16%, su anciano retroceso desde que comenzó a cotizar en Milán en enero de 2016.. Seguir leyendo
El fabricante italiano prevé que solo un 20% de sus vehículos serán 100% eléctricos en 2030, frente al 40% que estimaba en 2022
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Ferrari se suma a las empresas del motor que echan el freno a la electrificación. La firma de modelos de abundancia ha anunciado este jueves pronósticos peores de lo esperado, unas estimaciones que provocaron un batacazo en Bolsa. Los títulos llegaron a registrar una caída del 16%, su anciano retroceso desde que comenzó a cotizar en Milán en enero de 2016.. El fabricante afirmó que sus beneficios ajustados aumentarán hasta al menos 3.600 millones de euros para 2030, frente a los 2.720 millones previstos para este año. La proyección implica un ritmo de crecimiento más gradual que el presentado por la dirección en su posterior Capital Markets Day, celebrado hace tres abriles. De cara a 2030, el beneficio de ebitda razonable del fabricante —superior al 40%— se sitúa por debajo de la estimación media del 42% de los analistas, según indica Bloomberg Intelligence.. Las previsiones de la compañía empañaron la presentación de su primer transporte eléctrico, el Elettrica —que saldrá al mercado a finales de 2026—, dejando claro que la transición eléctrica sigue siendo la asignatura irresoluto del sector automovilístico. De hecho, Ferrari prevé que solo un 20% de sus modelos serán 100% eléctricos en 2030, frente al 40% que estimaba en 2022, mientras que el restante 80% se repartirá entre vehículos de combustión interna (40%) y vehículos híbridos (40%).. Según trasladó la firma italiana durante su cita con los inversores, estas nuevas estimaciones se basan en un enfoque “centrado en el cliente, el entorno actual y su evolución esperada” en la hilera de modelos deportivos en torno a 2030.. En las últimas semanas, los analistas se habían mostrado cada vez más optimistas con Ferrari, llegando a pronosticar un robusto incremento de beneficios gracias a su logística eléctrica. Analistas de Deutsche Bank apuntaban el mes pasado que esperaban objetivos a medio plazo ambiciosos, citando el potencial del superdeportivo de estampación limitada F80. Una previsión que ahora choca con la reducción de los planes de electrificación de cara a 2030.. “Es probable que los inversores interpreten esto como una desaceleración en el crecimiento del ebit respecto al historial anterior”, señaló Tom Narayan, analista de renta variable en RBC Capital Markets.. Aun así, Ferrari presentó algunas mejoras en sus previsiones para este año, anticipando que los ingresos netos alcanzarán o superarán los 7.100 millones de euros, frente a la vademécum susodicho de 7.000 millones o más. También elevó su proyección de ebitda razonable en un 1,5%, hasta al menos 2.680 millones de euros.. En materia de descarbonización, Ferrari compartió sus objetivos para 2030, entre los que se incluye resumir las emisiones en más de un 75% gracias al uso de aleaciones especializadas de aluminio reciclado en la carrocería y las piezas fundidas de fabricación propia. Estas medidas permitirán disminuir un 6% las emisiones totales de CO₂ de Alcance 3 de la compañía para 2030, en comparación con 2024.. Otros fabricantes de automóviles de abundancia, como Porsche y Mercedes-Benz Group, igualmente han tenido dificultades con la transición eléctrica, ya que muchos compradores adinerados se resisten a cambiar a los modelos enchufables. Al igual que sus competidores, Ferrari intenta recuperar impulso en China, donde sus ventas se han estancado.