Las posibilidades de que alguien ponga Slayer Sailor en tu vagón de Metro justo cuando vas a entrevistar a Fito Cabrales (Bilbao, 1966) son, curiosamente, bastante altas. Fito es pop en el sentido de que es una entidad popular, de pueblo, pero también es muy rock. «Todo el mundo quiere ser los Rolling. Somos como niños grandes que nos creemos, y eso es bonito», dice, iluso y nervioso – «nací nervioso»-, como el primer día, en aquellos tiempos en los que con Platero y Tú grababan en el estudio más barato de Pamplona. Seguir leyendo
Después de cuatro años, mañana Fito & amp; Fitipaldis regresan con ‘El monte de los aullidos’, su octavo álbum de estudio, nacido de la tristeza más absoluta
Las posibilidades de que alguien ponga Slayer Sailor en tu vagón de Metro justo cuando vas a entrevistar a Fito Cabrales (Bilbao, 1966) son, curiosamente, bastante altas. Fito es pop en el sentido de que es un grupo conocido y pequeño pero también muy rockero. «Todo el mundo quiere ser los Rolling. Somos como niños grandes que nos creemos, y eso es bonito», dice, iluso y nervioso – «yo nací nervioso»-, como el primer día, en aquellos tiempos en los que con Platero y Tú grababan en el estudio más barato de Pamplona. El nuevo álbum de Fito & amp; ; Fitipaldis, Monte de los aullidos, es «su hijo» y, dice, «cuando tienes un hijo nuevo quieres presentárselo a todo el mundo». » Ver sus reacciones, si les gusta, si es tan guapo como usted piensa. Lo mismo con su música. . No sabía muy bien lo que quería con este disco, pero si se dio cuenta de algo fue de que estaba en un momento bajo. Pero no el más bajo: «En los extremos es imposible escribir. Si estás muy triste, dices:» ¿Qué coño es esto de una guitarra? «Y si estás feliz, ¿qué coño haces ocho horas con un bolígrafo y una guitarra en tu casa? No tiene sentido, no necesitas escribir ni desahogarte», explica Fito. Eso es precisamente lo que se esconde tras el aullido del título. Aunque este no es un disco triste en sí mismo, las letras sí lo son, y si alguien las recitara, como él dice, serían deprimentes. «Pero tengo suerte de que toquemos rock. Me gusta jugar con los textos y luego saber que tengo a Carlos Raya -su producción- maquillándolos. » Su nuevo lanzamiento traerá mañana 10 canciones de las que sólo dos han sido editadas como singles. Eso es lo que a Fito le atrae de esa vida moderna de la que, en realidad, sigue formando parte. No tiene redes sociales, tampoco WhatsApp, y de momento se niega, por ejemplo, a grabar videoclips. Su vida es una negociación constante con la industria. . En ese -este- mundo donde los algoritmos ya lo dominan casi todo, la visibilidad de los lanzamientos no es menor, pero Fito se mantiene firme. «Yo no vivo de Spotify», zanja. Tiene que luchar, asegura, «para no hacer cinco avances, que es lo que hace todo el mundo y me da una mala hostia. . . «. si quiero comprar un disco y veo que ya tengo cinco canciones, joder, ya no lo quiero», dice. «Yo he crecido con otra cosa, pero los chavales no tienen ningún problema en sacar una canción, hacer un featuring con no sé quién. . . . Yo no estoy en esa liga. » «Todo el mundo lleva 40 años fantaseando con que el rock va a morir, pero el rock es U2, AC / DC y Arde Bogotá. » Sin embargo, Fito & amp; Fitipaldis sigue conquistando generaciones de los más dispares. Hay que ser muy, muy joven para no haber cantado nunca ninguna línea antes de que cuente diez. «Conecto con los niños porque los padres son unos pesados que ponen mi música siempre en el coche cuando se van de vacaciones. » Así explica esa transversalidad, que trata de mantener fresca, intentando que lo que hace «no suene antiguo» sino actual. En el fondo, esa es una de sus preocupaciones. «Hagas lo que hagas en la vida, si las nuevas generaciones no se interesan por ello, ya estás muerto. Desapareces o tienes que tocar en un revival de estos de moda», dice, para aclarar que, aunque su música la hace para sí mismo, si tocara para gente de su edad, lo haría en un bar. Lo importante, en cualquier caso, es que la gente conecte con lo que hace. «Siempre he pensado en la música como una brújula. Todos los grupos que escuchaba cuando tenía 15 o 16 años son mi Unamuno y mi Pío Baroja. Yo decía: «Joder, son la hostia», dice en un alarde de circunstancias. » Los elegí como San Pancracio o la Virgen de Begoña. Dije: ‘Voy a seguir a ésta’. ‘ Es un despropósito de la hostia, pero a mí me merece la pena. «Cuando empezó su carrera nunca pensó que tendría un hueco en la música, y nunca pensó que llegaría a grabar un disco, y mucho menos 16. Fito puede ser visto como ese último rockero que se mantiene en pie, pero en su opinión, «todo el mundo lleva 40 años fantaseando con que el rock va a morir». «Pero cree que hoy en España hay» chicos «que siguen haciendo buen rock:» Es muy amplio. Rock es U2, es AC / DC y es Arde Bogotá, creo. «Para él, hay un relevo generacional. . Y después de esto, ¿qué? » Siempre, después de un disco, creo que no habrá más «, bromea sobre lo difícil que es decidir y pasar el tiempo. » Durante años, cada vez que termino uno, digo: ‘Voy a montar un bar'», dice sin mirar. » Ha ido cambiando. Al principio era un bar para poner música, como un motel, y ahora la idea es dar comidas mientras suena rock de todos los países y estilos. Se llama Rock and Roll de Puchero. »
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