La covid-19 dejó varados a Anna Cejudo y Pau García-Milà con sus dos hijos en Nueva Zelanda poco después de empezar la vuelta al mundo que habían planeado. Allí, en aquel viaje frustrado que llegaba después de pasar el testigo de su anterior empresa, surgió la chispa que propició el nacimiento de la siguiente: Founderz, una escuela de negocios online centrada en formación en IA que ahora factura cuatro millones de euros.. Seguir leyendo
La empresa ofrece formación en línea centrada en IA gracias a un acuerdo con Microsoft
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La covid-19 dejó varados a Anna Cejudo y Pau García-Milà con sus dos hijos en Nueva Zelanda poco después de empezar la vuelta al mundo que habían planeado. Allí, en aquel viaje frustrado que llegaba después de pasar el testigo de su anterior empresa, surgió la chispa que propició el nacimiento de la siguiente: Founderz, una escuela de negocios online centrada en formación en IA que ahora factura cuatro millones de euros.. En 2020, después de los dos años de transición que siguieron a la venta de una compañía que habían fundado en 2014, la pareja se embarcó en dos viajes. Uno literal: “Los últimos años de Ideafoster”, como se llamaba su anterior empresa, “fueron muy intensos; estábamos viajando todo el tiempo los dos, y dijimos: ‘Lo primero es recuperar ese tiempo con los niños, que es lo más importante’. Y nos fuimos a dar una vuelta al mundo en familia”, recuerda García-Milà. El otro, más introspectivo: “Decidimos ver hacia dónde queríamos ir como emprendedores y también cuál era el siguiente paso”, añade el cofundador.. Este proceso incluía ampliar su conocimiento y preparación y quisieron aprovechar el tiempo que permanecieron en Nueva Zelanda a causa de la pandemia. “Empezamos a formarnos online. Pero las escuelas españolas y americanas no servían por la diferencia horaria”, dice este barcelonés de 37 años y padre ya de tres niños junto a Cejudo. La experiencia les sirvió, sin embargo, para identificar una carencia: “Nos dimos cuenta de que no había mucha calidad, que había muy poca innovación, que se daba clase online como se daba hace varias décadas”, asegura. “Y de la necesidad surgió un poco la oportunidad”.. De los tres proyectos en los que se embarcaron durante aquella temporada, Founderz se materializó como empresa independiente en 2021 con una primera inversión de sus fundadores, a la que sumaron más de un millón adicional en una ronda de financiación. Su propuesta se asienta en un modelo de educación descentralizada, en el que los docentes no son la única fuente de conocimiento y del que deriva el enfoque colaborativo de la plataforma.. Los alumnos que pasan por escuelas de negocios presenciales, cuenta el codirector ejecutivo, hablan de las personas —los contactos, los proyectos compartidos que surgen…— y no tanto de lo que han aprendido, una característica menos presente en las opciones online. La escuela busca impulsar esta interacción y colaboración a través de algoritmos para la creación de grupos diversos, del diseño de los programas —que incluyen diferentes tipos de clases y actividades— y de su campus virtual. “Nosotros innovamos muy poco en la parte educativa y mucho en la parte de software”, cuenta.. La compañía ha pasado de una facturación modesta a una millonaria en solo tres ejercicios: “El año pasado cerramos en cuatro millones”, dice García-Milà. A la espera de los números definitivos, el cofundador calcula que el beneficio estará en torno al 17%. Con unas 60 personas en plantilla sin contar el cuerpo docente, Founderz espera que su cifra de negocio alcance los nueve millones en 2025.. La colaboración no solo es un punto fundamental de la oferta de la escuela, sino también de su éxito. En 2023 pusieron en marcha un programa de IA e innovación junto a Microsoft y hace siete meses se convirtieron en uno de sus socios en el programa global de servicios de formación, lo que otorga a sus cursos las credenciales del gigante estadounidense. Por la escuela han pasado más de 63.000 alumnos. “Desde que nació la idea, el germen, tardamos cuatro años y poquitos días en llegar a 20.000 alumnos”, cuenta el cofundador. “Y tardamos 71 días en llegar a los siguientes 20.000″.