En una ciudad cualquiera, durante la noche en un hotel, un hombre que no puede dormir se encuentra con una mujer que también sufre de insomnio. Y optan por dar un paseo. Estos dos individuos, que al principio son extraños el uno para el otro, como en las más hermosas narrativas románticas, se percatan de manera casi accidental que al compartir la cama pueden encontrar la paz y, finalmente, conciliar el sueño. No tienen relaciones sexuales, no hay sentimientos amorosos, e incluso ignoran los nombres de cada uno. Sus encuentros, tanto los regulares como los secretos, solo se llevan a cabo para permitirles cerrar los ojos por un tiempo, envueltos en una intimidad peculiar compuesta por sombras, olvido y sueño.
El autor de Sevilla lanza su obra ‘Las buenas noches’, una crítica mordaz sobre la extensa crisis de insomnio que enfrenta nuestra sociedad, enmarcada en una emotiva historia de amor donde nada es lo que aparenta.
En una ciudad cualquiera, durante la noche en un hotel, un hombre que no puede dormir se encuentra con una mujer que también sufre de insomnio. Y optan por dar un paseo. Estos dos individuos, que al principio son extraños el uno para el otro, como en las más hermosas narrativas románticas, se percatan de manera casi accidental que al compartir la cama pueden encontrar la paz y, finalmente, conciliar el sueño. No tienen relaciones sexuales, no hay sentimientos amorosos, e incluso ignoran los nombres de cada uno. Sus encuentros, tanto los rutinarios como los secretos, sirven únicamente para poder sumirse en un sueño por unas horas, envueltos en una extraña intimidad compuesta de penumbra, olvido y descanso. «Es una relación que no se puede etiquetar.» Isaac Rosa (Sevilla, 1974) describe el centro de su nueva novela, Las buenas noches (Seix Barral), como una relación que, aunque comparte aspectos de una historia de amantes –con elementos de clandestinidad, engaño, encuentros y una necesidad de búsqueda y deseo– no se ajusta a la típica relación amorosa. «Si tomas un procesador de texto y sustituyes la palabra dormir por follar, o sueño por deseo, el texto podría interpretarse fácilmente como una historia romántica.» «Disfruto las historias que aparentan ser una cosa pero resultan ser otra o que no son lo que inicialmente parecen.» Rosa explora esta temática al abordar cuestiones como la alienación en el trabajo, la inestabilidad económica, los desahucios y el uso del miedo como medio de control social en obras como El país del miedo, Feliz final y Lugar seguro. Ahora, con esta interesante perspectiva, se adentra en un problema crucial del siglo XXI: la dificultad que enfrentan muchas personas para conciliar el sueño.
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