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Recurriendo al estereotipo básico, Iván Ferreiro (Nigrán, 1970) sería el gallego menos gallego de entre los gallegos. No esperen un titubeo, una divagación o una elusión de tema alguno que se le presente a quien un día fue cantante de Los Piratas y lleva dos décadas casi en solitario – le acompaña su hermano Amaro en todo lo musical- convertido en uno de los referentes del pop, del indie o como le quieran llamar de nuestro país.. «Los gallegos subimos y bajamos cuando no queremos decir las cosas. Así os engañamos a los de fuera cuando en el fondo no queremos responder». Pero él sí quiere. Y lo hace hasta el punto de preguntarle a su responsable de prensa y pareja, Noa García, a mitad de entrevista, si se ha excedido en alguna respuesta. Porque Iván está presentando su villancico Cuento de hadas en Navidad, la versión española del Fairytale of New York que Sean McGowan popularizó a finales de los 80 con The Pogues, y un vinilo con el directo de su último concierto en el Wizink Center de Madrid bajo el título Puede que Madrid sea una Trinchera Pop. Pero ha venido aquí para hablar de la vida que le rodea.. ¿Por qué un villancico?. Porque me pareció divertido, no hay una razón en especial. Y en mi cabeza solo existe uno bonito que es este. Me apetecía lo de reunir a todo el mundo, a Leiva, a Pablo [López], a María [Rozalén] y que no cantaran. Que cantara Guadi [Galego] para que se la conozca y los demás tocar el piano o la bandurria. Es que eso de que te pidan cantar todo el rato cansa ya, yo me quedo con los dos días de convivencia que echamos. Nunca he tenido yo una mentalidad de mercado, la verdad.. Pues no te ha ido mal con el mercado.. Pues no pienso en niveles de mercado, pienso ‘joder, está guay, le va a gustar a la gente’. Si a mí me gusta algo, creo que habrá otros a los que le guste, pero soy incapaz de entender si una cosa va a funcionar o no. Muchas veces me han llegado cosas, y no voy a dar nombres, que pensaba que no iban a venderse en la puta vida y han sido superventas. Ojalá supiera algo del mercado para vivir mejor, pero, bueno, gracias a dios he podido hacer una carrera sin entender el mercado.. ¿Y cómo has hecho esa carrera que llevas sin saber nada del mercado?. Porque al final la música gusta o no gusta, no creo que haya nadie que sea capaz de crear éxitos a propósito, solo los genios de la música son capaces. Nadie a nivel de mercado tiene una visión todopoderosa de lo que va a funcionar. Ya lo dice Noel Gallagher, el mercado no quería a Jimmy Hendrix ni el Sgt. Pepper’s de Los Beatles y se los acabó comiendo. Porque, en el fondo, el mercado es el público que cuando sale algo le gusta. No hay nadie en un despacho que diga que va a vender discos ese de ahí, a no ser que haya oído una canción y tenga buen oído.. Te leía hace poco que pensabas mucho en la ultraderecha y en el fascismo últimamente. ¿En qué punto estás ahora?. Pues lo veo venir y me voy acostumbrando a lo que se viene porque está la cosa jodida. Ahora mismo hay 58 conflictos bélicos en el mundo y veo ciertas ideologías pillando mucha fuerza, entre los jóvenes. Me parece que estamos dando pasos atrás, pero supongo que a los franquistas también les dio la sensación de que dábamos pasos atrás cuando llegó la democracia. Lo que me preocupa es que veo en ciertos sectores una falta muy grande de empatía hacia los demás. Y yo prefierolas épocas empáticas a las épocas antipáticas.. ¿En qué entiende que estamos dando pasos hacia atrás?. En derechos humanos o en como algunos retuercen la democracia, la idea de libertad y el propio Estado de una manera muy bestia. Francia es un caso muy claro. Trump pone a un antivacunas a llevar la Sanidad. O el aumento de un movimiento terraplanista. Qué quieres que te diga, me preocupa la hostia.. ¿Se están rompiendo acuerdos básicos sociales que ya se daban por superados en la sociedad?. Mi libertad me dice que no debería haber nada intocable, pero dudar de los científicos y de si la Tierra es redonda me parece una estupidez. Y habrá quien me diga que tengo que escucharlos hablar. Joder, están diciendo que la Tierra es plana, eso no es una opinión aceptable, no hay que debatir con esa gente. Me parece bastante peligroso dudar de los científicos, del calentamiento global… solo por el interés político de algunos.. «Soy de una generación que bebía y se drogaba mogollón para tapar nuestros problemas y ahora habla de generación de cristal». Sobre todo, teniendo evidencias tangibles en los últimos tiempos.. Si es que el Mediterráneo está tres grados por encima de lo que debería. Eso me lo llevan diciendo desde que tengo cinco años y ahora lo estoy viendo. Me preocupa que alguien diga que es mentira, me da rabia. Te diré más, me acojona que flipas que a un tío como Mayor Oreja le dejen el Senado para hablar sobre el creacionismo y decir que una panda de hippies quieren cargarse la verdad del creacionismo con sus ideas locas de la teoría de la evolución. […] A mí me gustaría preguntarle a un terraplanista por qué íbamos a querer que creyera que la Tierra es redonda sin serlo. ¿Qué ganamos? Con la de gente que quemaron por decir que la Tierra era redonda. Eso me vuela la cabeza, colega.. Pues usted que es muy activo en Twitter no sé cómo lo está llevando con estas cuestiones que comenta. Creo que, como todos, he pasado por todas las fases. Cuando empecé en Twitter había más ironía y ahora se ha vuelto todo un poco más desagradable. Siempre ha sido todo el mundo ahí opinando, pero igual ahora no estoy tan contento porque el algoritmo lo maneja un tipo para sus propias necesidades, para sus intereses económico e ideológicos. Eso no significa que no considere que todo el mundo tiene derecho a opinar. Pero como todo el mundo tiene derecho a opinar, también yo tengo derecho a opinar sobre quién me parece idiotas. Igual que yo les pareceré idiota.. Siendo una figura del pop en este país, ¿por qué sigue priorizando las salas frente a los grandes recintos?. Porque creo que son el tejido de la música y para que haya grandes recintos tienen que existir las salas. Si tuviera la oportunidad de hablar con el ministro de Cultura, le diría que ayude un poco más a las salas. Porque cuando yo empecé en las salas te dejaban tocar y ellos se quedaban la barra y tú la caja. Ahora, con la crisis que están pasando, los chavales tienen que pagarlas. Y yo ahora hago festivales, pero seguiré insistiendo en hacer salas. Ojalá convencer a los grandes de que también lo hagan.. El dinero que se gana en las salas tampoco es el mismo, entiendo. No, la pasta no es la misma, pero lo que pasa en una sala es muy distinto a lo que pasa en un macroconcierto, ese contacto con el público es precioso y y no te quita público del otro, no vas a dejar de hacer sitios grandes porque ames las salas. Si conseguimos que las salas tengan buena salud, es una forma de nacer también para muchos grupos y artistas. Siempre se dice que fue con las plataformas con las que se democratizó la entrada a la música.. Es democrático, pero es un mar de tanta gente que hacerse ver es muy complicado también. Pero con las salas había un cierto tráfico de cantantes, de músicos y de grupos que sigue existiendo y hay que darle más bola. Está guay ver lo que suena en Spotify pero es que esa es una empresa que nos tima y nos roba a todos los músicos. Son tíos que buscan el beneficio y no hay un reparto justo sobre nuestros derechos. Si tienes menos de mil escuchas no te pagan nada, sabes. Eso ya está mal filmado y ahora con los podcast se están mezclando cosas para diluir los derechos de los músicos.. ¿En qué entiende que han perdido?. Hemos perdido mucho y me da pena porque yo pensé que eso iba a traer un poco de justicia. Pero porque ese acuerdo se firmó cuando la industria estaba muy tocada con el pirateo y llegaron a firmar como pudieron. Y luego Spotify tiene una forma de actuar que no es muy honrada. Pero no puedes ir a ningún sitio, los músicos somos muy tontos. Bueno, porque. Porque no puedes ir a otro lado. ¿Qué pasa? Como nos ha pasado siempre, los músicos somos muy tontos. Ya lo decía Calamaro, que es más fácil engañar a un músico que aún niño.. «Los pocos músicos que conozco sin síndrome del impostor me parecen gilipollas». Son 20 años ya tocando en solitario, ¿cuándo miras atrás que vas viendo?. No miro mucho para atrás, no soy muy dado a la nostalgia, trato de mirar hacia adelante. Pero veo que por lo menos sigo aquí porque siempre pensé que me iban a echar mucho antes, siempre tuve la sensación de que me iban a dar una patada para que dejara de dar el coñazo. Tengo esa sensación desde mi primer disco, tengo espíritu del eterno principiante. Y creo que está bien porque si me sintiera especialmente seguro y eterno empezaría a cagarla bastante más.. ¿Tienes eso que llaman síndrome del impostor?. Lo tengo de la hostia, al lado de su definición debería salir mi foto. Pero, bueno, creo que todos los músicos tenemos el síndrome del impostor. Me he encontrado con muy poca gente no lo tiene y los que conozco que no lo tienen me parecen gilipollas.. En ese caso, ¿a ti te gusta tu música?. Va por días, unos me parece guay y otros un churro. Me pasa incluso cuando grabo. Cuando estábamos terminando Trinchera pop, vino gente de Warner a escucharlo y cuando hicieron la escucha para la compañía, me pareció una verdadera mierda. Pero cuando acabó, se levantaron, aplaudieron y dijeron que estaba de puta madre.. Hace años, cuando aún no se hablaba de esto, sufriste una depresión. ¿Qué está pasando en el mundo de las artes y de la música que muchos habéis pasado por ahí?. Nosotros, los de los bancos, los médicos, los arquitectos, los periodistas… todos hemos pasado por ahí, la ansiedad está generalizada en todas las profesiones. Pero el mundo de la música es más esquizofrénico porque depende de los gustos y eso te hace sentirte más desnudo. Y supongo que mirar hacia adentro, cómo nos sentimos pues nos hace estar al borde del precipicio. Lo que pasa es que todos estamos diciendo más lo que nos pasa.. No era el caso de tu generación, ¿no?. Yo con 16 años no le decía a mis amigos que estaba aterrorizado con el mundo, que es lo más normal a esa edad. Soy de una generación que bebía mogollón, que se drogaba, para tapar sus problemas y ahora habla de generación de cristal. Me molesta mogollón eso. Yo entiendo por qué nos lo comíamos todo, entiendo el momento que era, pero el mundo cambia y esta generación no es de cristal. Son maravillosos y cuando se sienten mal lo dicen y ya está.
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