Este viernes, la economía global entró en una fase completamente nueva: la era de los aranceles impuesta por Donald Trump. El 1 de agosto, 193 días tras su regreso al poder, quedará en la memoria como el día en que el presidente republicano cumplió con uno de sus más antiguos sueños: iniciar un nuevo sistema comercial caracterizado por los aranceles aplicados a las exportaciones de alrededor de 200 naciones hacia Estados Unidos. Un umbral irreversible. Se presenta una clara objeción a la globalización que durante años fue promovida por Washington en su propio favor, la cual Trump ve como desfavorable para los intereses de Estados Unidos.
Con un anuncio repentino de nuevos impuestos para numerosos países, el presidente de Estados Unidos desafía el sistema comercial de la globalización al imponer tarifas a las exportaciones hacia Estados Unidos, que comenzarán a aplicarse el 7 de agosto.
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Este viernes, la economía global entró en una fase completamente nueva: la era de los aranceles impuesta por Donald Trump. El 1 de agosto, 193 días tras su regreso al poder, quedará en la memoria como el día en que el presidente republicano cumplió con uno de sus más antiguos sueños: iniciar un nuevo sistema comercial caracterizado por los aranceles aplicados a las exportaciones de alrededor de 200 naciones hacia Estados Unidos. Un umbral irreversible. Y una clara oposición a esa globalización que Washington promovió durante años a su favor y que Trump ve como perjudicial para los intereses estadounidenses. Ha habido meses de advertencias, retrocesos, reuniones apresuradas y conflictos comerciales documentados. Finalmente, la fecha límite del 1 de agosto se tomaba en serio. A medida que pasaban las horas y el mundo intentaba comprender las nuevas reglas del juego, la Casa Blanca tenía reservado un último susto antes de finalizar el jueves: un decreto que imponía aranceles unilaterales a unos 43 países con los que Estados Unidos no había tenido ni el tiempo ni la urgencia para negociar. Todas esas tarifas, tanto las nuevas como las antiguas, comenzarán a aplicarse el 7 de agosto. La relación de esos 70 nombres es diversa, y al enterarse de ella, resultó tentador pensar que también estaba influenciada por decisiones arbitrarias. En ese contexto, había naciones como Afganistán, Nueva Zelanda o Ecuador que experimentaban una disminución del 15%. En otros casos, como Taiwán y Sri Lanka, se observa un incremento del 220%.