En los últimos años, la conexión entre las empresas que cotizan en bolsa y sus inversionistas ha cambiado, mostrando una mayor participación de estos últimos. No obstante, el crecimiento del movimiento anti-woke, especialmente en Estados Unidos tras el retorno de Donald Trump a la presidencia, ha llevado a numerosos actores a reconsiderar sus políticas de sostenibilidad. En Europa, el compromiso con estas cuestiones continúa siendo sólido, aunque la Comisión Europea ha comenzado una pausa en la regulación para examinar su simplificación. En España, los inversores institucionales continúan avanzando en sus estrategias de votación y participación, ejerciendo presión contra prácticas corporativas inadecuadas. A nivel mundial, el enfoque en la sostenibilidad y la inversión ética sigue progresando.
El crecimiento del movimiento anti-woke ha llevado a numerosos actores a reconsiderar sus enfoques sobre sostenibilidad.
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En años recientes, la conexión entre las empresas que cotizan en bolsa y sus accionistas ha progresado hacia una participación más activa de estos últimos. No obstante, el crecimiento del movimiento anti-woke, sobre todo en Estados Unidos después de que Donald Trump volviera a la presidencia, ha llevado a muchos actores a reconsiderar sus enfoques sobre la sostenibilidad. En Europa, el compromiso con estos asuntos se mantiene sólido, aunque la Comisión Europea ha comenzado un paréntesis en la regulación para considerar su simplificación. En España, los inversores institucionales continúan avanzando en sus estrategias de votación y participación, ejerciendo presión contra prácticas corporativas inadecuadas. A nivel mundial, el enfoque en la sostenibilidad y la inversión ética sigue creciendo. El comienzo del año estuvo caracterizado por la elección de Trump, quien prontamente firmó órdenes ejecutivas para restringir los objetivos ESG y DEI en las agencias federales, así como para monitorear a quienes los apoyan. Esta ofensiva ha forzado a importantes gestoras como BlackRock, Vanguard, Fidelity y Goldman Sachs a replantear sus estrategias, retirando su apoyo a numerosas propuestas en estos temas durante las asambleas generales. De igual manera, varias empresas han disminuido sus metas relacionadas con la sostenibilidad, entre ellas British Petroleum, Starbucks y Shell, así como sus objetivos de diversidad, que incluyen a Accenture, Alphabet, Amazon, Ford, McDonald’s, Meta y Walmart. Apple se destacó por mantener su política de diversidad, equidad e inclusión (DEI) a pesar de la presión de los accionistas. De hecho, los asesores de votos en EE.UU., como ISS y Glass Lewis, han cambiado sus políticas al quitar los requisitos de diversidad y los objetivos de ESG en sus recomendaciones. Esto ha sucedido en un ambiente de creciente presión por parte del ámbito político y financiero de Estados Unidos, con personajes como Elon Musk y Jamie Dimon denunciando el poder y la influencia que tienen estos asesores sobre las empresas gestoras, así como los conflictos de interés derivados de sus servicios a los emisores. Sin embargo, en Europa, los inversores institucionales, junto con bancos, compañías de seguros, empresas y asesores de voto como Minerva, Ethos, Frontis y Corporance, han continuado con sus compromisos de sostenibilidad a pesar de estas presiones.