La nueva directora de la Compañía Nacional de Danza, Muriel Romero, anunciada el pasado 9 de julio en sustitución de Joaquín de Luz, ha marcado este miércoles las que serán las «piedras angulares» del proyecto que está por venir del organismo público. Un recorrido que se iniciará con «un año de transición» en el que el plan pasa por «respetar» la programación de su predecesor y a partir de ahí aplicar los objetivos fijados para los próximos cinco años.. Seguir leyendo
Muriel Romero apuesta porque «haya muchísimos profesores invitados» e incrementar las colaboraciones internacionales
La nueva directora de la Compañía Nacional de Danza, Muriel Romero, anunciada el pasado 9 de julio en sustitución de Joaquín de Luz, ha marcado este miércoles las que serán las «piedras angulares» del proyecto que está por venir del organismo público. Un recorrido que se iniciará con «un año de transición» en el que el plan pasa por «respetar» la programación de su predecesor y a partir de ahí aplicar los objetivos fijados para los próximos cinco años.. Entre ellos, como prioridad, la nueva responsable de la compañía ha llamado a «descentralizar» el organismo para acercarlo a «lo rural» y que «haya giras en todas las provincias posibles» como en la etapa de Maya Plisétskaya como directora. Pero Romero también ha ahondado en que su apuesta pasa por feminizar la institución pública, en cuya dirección hay cinco mujeres -la propia Romero, Mayda Islas como directora adjunta, Ana Catalina Román como asistente de dirección, Violeta Gastón como maestra repetidora y Amanda del Monte como directora de producción-, para introducir a aquellas que llevan «años trabajando y perseverando».. «La elección de coreografías y obras es por supuesto por la calidad y la mirada única, pero vamos a dar oportunidades a mujeres que nunca han pisado esta casa», ha señalado, citando a María Ribot, Marina Mascarell, Cuqui Jerez o Luz Arcas, y ha ahondado en que esta debe ser una compañía «colaborativa, comprometida y feminista» aunque también habrá «hombres en el proyecto». En la dirección, por ejemplo, están integrados Pachi Cabanillas como director técnico y Arturo Barral como gerente.. Dentro de las nuevas líneas de actuación la directora también ha señalado la importancia de que «haya muchísimos profesores invitados» y dentro del «marco legal posible» incrementar las colaboraciones internacionales tanto con compañías extranjeras como llevando los espectáculos de creación propia al exterior. En esos montajes también cobrará especial relevancia «la innovación» con la intención de que la Compañía se convierta en «un hub» y «un laboratorio» donde tengan cabida «la robótica», «los ingenieros» y «la ciencia» con «el cuerpo como vértice». «Ya está bien de tanta Bella Durmiente y de tantas reposiciones, hay que aprovechar obras fantásticas de la literatura que pueden ser un impulso para la danza», ha remarcado.. «Quiero bailarines con una capacidad técnica y artística de gran nivel, hoy es más fácil llegar a Marte que a uno mismo hemos perdido esa imaginación con la contaminación de las imágenes de fuera», ha agregado Romero, que ha situado a esos bailarines como «el alma» de la compañía y a los que, ha asegurado, se les exigirá «una improvisación» y «miradas propias» para que colaboren en «la aportación creativa». «Quiero que piensen, pero que tengan un mundo imaginario porque si los artistas no le aportamos eso a la sociedad», ha aseverado.. Los primeros pasos, heredados de la etapa Joaquín de Luz, que dará Muriel Romero al frente de la Compañía serán con La Sylphide en el Teatro de la Zarzuela en diciembre y con Don Quijote en el Teatro Real en febrero. Dos proyectos que se mantendrán, según ha confirmado la directora, pese a las dudas que generaba la salida de 24 bailarines, cuyo contrato estaba ligado al anterior dirigente. Así el organismo público abrirá las audiciones para incorporar a 26 nuevos bailarines al tiempo que la nueva gerencia ya ha empezado a cerrar proyectos para 2028.
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