Las compañías de juegos generan desconfianza en algunos gestores de fondos, lo que se refleja en el poco interés que ha mostrado un grupo de firmas españolas en la oferta pública de Cirsa. Las preocupaciones éticas, así como ciertas incertidumbres sobre el modelo de negocio, son factores que están causando que los administradores se muestren reticentes a participar en su estreno en el mercado y a no estar considerando la operación.
La compañía espera obtener hasta 521 millones de euros y hacer su debut en la bolsa el miércoles. Casi un 33% de los inversores profesionales en Europa no considera esta actividad como parte de su portafolio.
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Las compañías de juegos generan desconfianza en algunos gestores de fondos, lo que se refleja en el poco interés que ha mostrado un grupo de firmas españolas en la oferta pública de Cirsa. Existen preocupaciones éticas y ciertas incertidumbres respecto al modelo de negocio que hacen que los gestores se sientan renuentes a participar en su entrada en Bolsa y a no considerar la operación. «Las compañías de apuestas y juegos no forman parte de nuestro ámbito de inversión.» Sin abordar temas éticos, las fuentes de Panza Capital señalan que el riesgo regulatorio, incluyendo el fiscal, convierte esta industria en no viable para inversiones. Algunos van aún más lejos: «No participamos, no confiamos en los directivos de esta industria porque hay más fraudes de lo normal», afirma Juan Gómez Bada, director de inversiones de Avantage Capital. Este lunes, la compañía espera finalizar el proceso de solicitudes de acciones y, si todo sale bien, Cirsa debutará en la Bolsa española el 9 de julio, luego de establecer inicialmente un precio de colocación de 15 euros por acción, lo que implica una valoración de 2.520 millones de euros. La compañía estima obtener 453 millones de euros, cifra que podría aumentar hasta 2019 si se considera la opción de sobreasignación. Esto permitiría que el fondo Blackstone, propietario desde 2018, pusiera en el mercado el 20,6% de su capital. Barclays, Deutsche Bank, and Morgan Stanley are leading the initial phase of the operation, supported by BBVA, Jefferies, Mediobanca, Société Générale, and UBS as placement agents. Alantra, BTIG, Renta 4 y Rothschild se han unido en calidad de co-colocadores. De acuerdo con lo indicado en el folleto, la colocación se está llevando a cabo entre inversores calificados, tanto nacionales como internacionales, e incluye un segmento destinado a «compradores institucionales calificados» de Estados Unidos.