Las intromisiones del presidente de EE UU, Donald Trump, en la independencia de la Reserva Federal tienen en guardia al resto de bancos centrales del mundo. No ya porque se prevea una oleada de intervencionismo político en la política monetaria sino por el impacto que tendría en la economía global una Fed teledirigida desde la Casa Blanca, un escenario que para la presidenta del BCE, Christine Lagarde, sería “un peligro muy serio”.. Seguir leyendo
La presidenta del BCE reconoce estar preocupada por el Estado de derecho en EE UU
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La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió este lunes de que si el presidente estadounidense, Donald Trump, tomara el control de la Reserva Federal de EE UU (Fed), a la vista de sus decisiones y declaraciones para conseguirlo, “sería un peligro muy serio para la economía estadounidense y para la economía mundial”.. En una entrevista a la emisora francesa Radio Classique, consideró que esa toma de control “será difícil” teniendo en cuenta que el Tribunal Supremo ha dicho que revocar a un gobernador de la Reserva Federal sólo se puede hacer por hechos graves. No obstante, señaló que si eso ocurriera “sería un peligro muy serio para la economía estadounidense y para la economía mundial” porque la política monetaria de la Fed tiene efectos en la estabilidad de precios y en el empleo y “los efectos que eso tendría en el mundo entero serían muy preocupantes”.. Trump anunció el despido de la gobernadora Lisa Cook, que ha recurrido ese cese ante la Justicia, amparándose en una investigación por una investigación sobre un posible fraude hipotecario que lanzó la propia Administración del presidente estadounidense.. Un despido que se produjo en un clima de tensión entre Trump y la Reserva Federal, a la que lleva semanas presionando para que baje los tipos de interés, cuando sus responsables se han mostrado reacios a hacerlo, sobre todo ante el riesgo inflacionista que ven en la subida de aranceles decidida por el presidente.. Preguntada sobre si estima que Estados Unidos sigue siendo un Estado de derecho, Lagarde -que tiene una larga experiencia profesional en ese país- respondió que sí, a condición de que se respete al Tribunal Supremo y se cumplan sus decisiones. Pero añadió que si esa instancia judicial es objeto de presiones “estoy muy preocupada por el Estado de derecho”.. Crisis política en Francia. A propósito de la crisis política en Francia, Lagarde señaló que “todas las caídas de gobiernos en todos los países de la zona euro tienen un impacto evidente” en la economía. La banquera francesa afirmó que el sistema bancario galo no está en el origen de esta crisis, porque “está bien capitalizado, bien estructurado, bien supervisado”, pero el hecho es que el riesgo de país de Francia ha aumentado en las últimas semanas.. Preguntada sobre si es dramática la situación de la deuda en Francia, que está en el centro de la más que probable caída del Gobierno del centrista François Bayrou la semana próxima, su respuesta fue que “para todos los países de la zona euro es absolutamente capital tener una deuda viable, una deuda sostenible”.. Y sin entrar a comentar explícitamente los parámetros de la deuda francesa, precisó que la sostenibilidad significa que el volumen de la deuda debe disminuir y cumplir con las reglas. “Desde ese punto de vista, es evidentemente determinante cumplir las reglas que se han acordado y aceptado por todos los socios, y en consecuencia tener una trayectoria de deuda que en primer lugar se estabilice y a más largo plazo vuelva a los niveles que se han convenido”.. Lagarde, que había sido ministra francesa de Finanzas antes de convertirse en directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y luego presidenta del BCE, señaló que examina “con mucha atención” la prima de riesgo de Francia, es decir, la diferencia entre los tipos que Francia tiene que pagar por su deuda y los de Alemania, que sirven de referencia. E hizo notar que esa prima de riesgo está “justo por debajo” de la de Italia, algo que no ocurría hace unos trimestres, y que además Italia ahora “hace esfuerzos muy serios” para situarse en el límite de déficit del 3 % del PIB, por lo que “haríamos bien en inspirarnos”.. Bayrou presentó en julio un esbozo de los presupuestos de 2026 que prevé un ajuste de cerca de 44.000 millones de euros, que contempla la congelación de muchas prestaciones sociales, la no indexación de las pensiones con la inflación y algunos recortes, así como la supresión de dos días festivos.. Esas ideas han recibido un rechazo total de toda la oposición, que ha anunciado que votará en contra de la moción de confianza que el primer ministro ha convocado voluntariamente el 8 de septiembre, lo que debería conducir a su dimisión ese mismo día.. Si se confirma esa caída del Ejecutivo, será el presidente francés, Emmanuel Macron, el que tendrá que decidir si busca a otro jefe de Gobierno que difícilmente conseguirá una mayoría en la actual Asamblea Nacional, tan fragmentada como está, o si convoca elecciones legislativas anticipadas.