1. Emilia Pérez, de Jacques Audiard. Seguir leyendo
De ‘Emilia Pérez’ a la sensación de animación ‘Flow’ pasando por el escalfriante documental ‘No other land’, un repaso por las producciones que marcaron el año que acaba
Hay muchas razones para enamorarse del narcomusical de Jacques Audiard sobre los accidentes de la identidad, pero ninguno comparable al placer de abrazar el caos. A todo se atreve y todo se permite una película feliz con cada uno de sus errores, disparatada, excéntrica, arrebatadora y viva, perfectamente viva. Que la protagonista sea la revelación del año Karla Sofía Gascón la corona de manera definitiva.. Brady Corbet construye uno de esos descomunales y raros artefactos que de tanto en tanto parten el cine en dos. La historia del arquitecto judío emigrado a Estados Unidos al que da vida Adrien Brody sirve para radiografiar las fisuras de eso llamado sueño americano a la vez que replantea, con todas las ingenuidades y defectos que se quiera, el sentido mismo de la imagen cinematográfica.. Alice Rohrwacher se impone la labor de dar sentido a algo tan básico como la palabra hecha cuento, el verbo convertido en acción común. Y de este modo, rescata de su singularidad a gente como Pier Paolo Pasolini, Ermanno Olmi o los hermanos Taviani. La idea es dotar de dignidad a lo supuestamente indigno, a lo invisible, y en ese gesto, a la vez político y casi suicida, fundar un mundo. El sueño de unos saqueadores de secretos arqueológicos es la excusa para unir con un hilo rojo el subsuelo y el mundo, el pasado con el presente, la vida con lo otro.. La historia de dos mujeres, naufragas en un Mumbai inabarcable, se convierte en manos de Payal Kapadia en un viaje al fondo de la mirada, de los sueños, de los sentidos mismos. Sin duda, una de esas películas que, por inesperadas, enamoran desde el primer fotograma. Es una cinta profundamente sensorial, pero que apunta a lo imperturbable, a lo eterno, a ese infinito que solo es capaz de apreciar con justeza la parte de atrás de los ojos, y de los oídos, y de todos los demás sentidos.. Memoricen este término: embichados. Los embichados son como los zombis, más terribles; como el peor de los monstruos, pero demasiado parecidos a cada uno de nosotros. Pocas veces, el cine de género se acercó tanto a la perfecta descripción del mundo, del peor de todos ellos que, poco a poco, se va haciendo realidad. Demián Rugna ofrece una pavorosa exhibición de terror puro, duro y sin coartadas.. Sean Baker alcanza el punto más alto de su perfecta y extremadamente coherente filmografía siempre pendiente de la parte de atrás, siempre atento a los que nadie presta atención. Esta vez se atreve a hacer una comedia sexual que a la vez es el retrato atinado y muy cruel de una sociedad, la nuestra, que se desmorona. Cada carcajada duele.. Todo año merece una gamberrada y ninguna tan salvaje, sabia y desconcertante como la propuesta por Coralie Fargeat. Tanto la obsesión por la belleza y la juventud como el rigor pedestre de la sociedad machista y patriarcal en la que chapoteamos felices son sometidos a un tercer grado tan divertido como repulsivo, tan gozoso como, admitámoslo, repugnante.. El origen de todo (‘Furiosa’ es precuela) es también el éxtasis de todos. Miller continúa su periplo por el mundo en descomposición y acierta a agigantar la leyenda del Loco Max más allá de todo lo razonable. Ninguna película este año tan gozosamente disfrutable como la que sigue a la obra maestra ‘Furia en la carretera’.. El director de ‘Drive my car’ compone uno de esos raros prodigios se diría que obra de un accidente feliz. La historia de un conflicto rural entre los habitantes de un pueblo y los especuladores de la ciudad se resuelve con un misterioso e iluminado poema fílmico que habla de enfrentamiento, pero también de pérdida, y de conocimiento del otro, y de soledad, y de amor, y de naturaleza, y de ciervos heridos, y del agua clara, y de fideos humeantes.. Sobre un hecho real de otros tiempos, los directores Veronika Franz y Severin Fiala (tía y sobrino) componen el más terrorífico de los cuentos a fecha actual. El miedo de antes es el mismo de ahora. La brutalidad patriarcal y religiosa sigue intacta. El extraño suicidio de las mujeres en el siglo XVIII da pie a un relato de una precisión desusada hasta lo más profundo de lo más turbio.. Aún no se ha estrenado en España (lo hará Filmin en muy breve), pero ya es el documental del año. No del que vendrá sino el que sigue viviendo la masacre de Gaza. A la dirección, cineastas palestinos y judíos. Sobre la pantalla, la más cruda y veraz descripción de la paulatina limpieza étnica a la que es sometida Cisjordania, donde los soldados israelíes derriban poco a poco, con la precisión del más cruel metrónomo, las casas y expulsan a sus habitantes. La caligrafía fracturada y el dolor que derrama cada fotograma devuelve al cine el privilegio de lo cierto.. El cine de amor, el de toda la vida, tiene en el último trabajo de Andrew Haigh su momento de gloria. Entre la fantasía y la ficción, el sueño y el horror, el director escenifica con delicadeza, precisión, gusto y misterio el sueño de eternidad frente a la limitación obligada de la muerte que es, en efecto, el amor.. Es muy difícil ver la penúltima película de Luca Guadagnino (la última, ‘Queer’, la colocaremos en la lista del año que viene) y no salir del cine convencido de que el tenis es, definitivamente y desde este preciso instante, otra cosa. Solo la última secuencia al ritmo de la música de ‘Match Point’ de Trent Reznor se antoja ella sola lo mejor del año. Lo que viene antes es divertido, sexy, desinhibido y muy disfrutón. ¿Alguien da más?. El director de ‘La bruja’ o ‘El faro’ y máximo responsable de la renovación del cine de género en los últimos tiempos, revisita uno de los mayores clásicos del cine para entregar un auténtico festín de cine sugerente, oculto, misterioso y, signifique lo que signifique, mesmérico. Todo un alarde de poesía macabra desde el punto de vista de la mujer poseída en la piel de una soberbia y muy rota Lily-Rose Depp (hija de).. La película de animación del año es letona y la firma Gints Zilbalodis. Olvídense de Pixar por un momento. La aventura poética, homérica y algo ‘miyazakiana’ (por Hayao Miyazaki) de un gato en un mundo que se inunda se acerca mucho al milagro de lo inaudito, de lo memorable, de lo único.. Cuesta elaborar una lista de nada sin contar en algún momento con Nicolas Cage. La perfecta planificación a cargo de Osgood Perkins del más puro miedo se antoja el perfecto escenario para que nuestro ‘sobreactor’ (no es solo actor, Cage actúa sobre su propia actuación) favorito se luzca hasta el más delirante de los espantos.. Elegir papa, que no papá, no es una cuestión banal. Y para demostrarlo, nadie mejor que Edward Berger que, tras de su adaptación de ‘Sin novedad en el frente’, insiste en demostrarse como un maestro en la administración de la tensión en cualquiera de los espacios y situaciones. La coda final, tan cerca de Almodóvar, se antoja sencillamente sublime.. La gran revelación del Festival de Berlín, para ella fue el Oso de Oro, firmada por Mati Diop no es solo un manifiesto político sobre los azares del colonialismo que no cesa, también es una delicada y extremadamente sencilla producción siempre pendiente no tanto de las cosas, los tesoros o los discursos como de la leve y honda vibración de un gesto de cine, de un gesto de virtud. Inapelable.. El director iraní huido (o, mejor, expulsado) de un país acosado por la dictadura de los ayatolás insiste en su cine siempre comprometido para ofrecer un relato enteramente construido sobre la sospecha, sobre el miedo, sobre el deseo. El cineasta compone de manera magistral un thriller a puerta cerrada donde tres mujeres se debaten contra el mundo. Rasoulof se las arregla para intercalar imágenes reales y, ahí, en la construcción pautada de una alegoría que además es testimonio fiel, la película se agiganta hasta el más evidente dolor.. Denis Villeneuve ha llevado el cine popular, por espectacular, a un nuevo territorio. Los gusanos gigantes de Arrakis están ahí para devorar y hacernos devorar la capacidad del cine para crear otros mundos que, en efecto, están en éste. Aquellos desiertos son los nuestros.. –. Nota: De la lista se excluyen las películas estrenadas en España muy a principios de 2024 como La zona de interés, de Jonathan Glazer, o Pobres criaturas, de Yorgos Lanthimos, que, en verdad, marcaron la agenda, los premios de 2023 y nuestra lista de las mejores películas del pasado año.. —
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