«Por eso se llama Conservatorio y no Innovador, porque se basa en que nada avanza», explica de forma ilustrativa la situación un miembro del profesorado del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (RCSMM), donde desde hace dos semanas este statu quo de aparente normalidad se ha visto alterado en lo público y en lo privado a raíz de la protesta que interrumpió el Acto Académico con motivo de la festividad de Santa Cecilia el 26 de noviembre. Cuando el profesor de clarinete Pedro Garbajosa subió al escenario para recoger su insignia como miembro del Cuadro de Honor por 20 años de servicio al centro, un grupo de alumnos estalló en gritos y desplegó una gran pancarta que rezaba: «Fuera abusones del conservatorio». Seguir leyendo
Los alumnos del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid apelan a la «ineclinable responsabilidad de pasar a los hechos» del centro en una carta enviada también a la Comunidad de Madrid
«Por eso se llama Conservatorio y no Innovador, porque se basa en que nunca nada va hacia adelante», explica de forma ilustrativa la situación un miembro del profesorado del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (RCSMM), donde desde hace dos semanas este statu quo de aparente normalidad se ha visto alterado en lo público y en lo privado a raíz de la protesta que interrumpió el Acto Académico con motivo de la festividad de Santa Cecilia el pasado 26 de noviembre. Cuando el profesor de clarinete Pedro Garbajosa subió al escenario para recoger su insignia como miembro del Cuadro de Honor por 20 años de servicio al centro, un grupo de alumnos estalló en gritos y desplegó una gran pancarta que rezaba: «Fuera abusones del conservatorio». Según los testimonios a los que ha tenido acceso EL MUNDO, la manifestación estaba motivada por las denuncias de varias alumnas que referían tocamientos no consentidos, comentarios sexuales vejatorios y un clima de violencia psicológica y acoso, trasladado incluso a las redes sociales, por parte del profesor, sobre todo en las clases de su especialidad, que son particulares. «Todo el mundo sabe lo que pasa aquí, pero nadie hace nada», aseguraron a este periódico fuentes educativas, y sufrieron la inacción del centro, que alegó que la falta de denuncias formales por parte de las alumnas impidió una mayor implicación en el caso. La Dirección se remitió al expediente abierto hace año y medio por una falta grave o muy grave de acceso al profesor a raíz de la única denuncia ante la inspección de dos alumnas a las que Garbajosa supuestamente acosó en las redes sociales, cuyo tratamiento está paralizado por las sucesivas bajas médicas del docente, actualmente de baja permanente desde el día después de la manifestación que le puso en el punto de mira. «No somos jueces, tenemos que seguir el procedimiento», ha dicho la directora del centro, Consuelo de la Vega, en conversación con este periódico. «La pelota está en el tejado de los denunciantes, tienen que ir a la Policía o, al menos, hablar con nosotros», ha dicho el subdirector del centro, Pablo Puig. La timidez del centro y el traspaso de la responsabilidad a los estudiantes, que se negaron a ir a la cárcel por miedo a represalias, indignó a un alumnado que decidió tomar cartas en el asunto. El pasado viernes, los representantes de los alumnos presentaron en el Registro de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, del que informa el RCSMM, una carta dirigida tanto a la dirección del centro como a la Consejería exigiendo una actuación «de oficio» ante «los graves indicios de abusos sexuales y maltrato a los alumnos». Según el texto al que ha tenido acceso EL MUNDO, «los hechos descritos -por confirmar- constituyen gravísimos atentados contra la integridad, dignidad y derechos de la alumna, que activan de inmediato el deber legal de protección por parte de las autoridades educativas, incluso en ausencia de denuncias formales por parte de las víctimas. » En ella se argumenta que la Ley Orgánica 10 / 2022 de garantía integral de la libertad sexual, conocida como el «sólo sí sí», extiende la responsabilidad penal de las personas jurídicas a «los supuestos de acoso u hostigamiento en entornos como el educativo». «Mirar hacia otro lado ante indicios tan sólidos de abuso no sólo comprometería moralmente a la institución, sino que podría tener consecuencias penales para sus autores», advierte la carta. «La pelota está en el tejado de la Dirección, no en el de los alumnos», dice el escrito de los estudiantes, que se dirige directamente a los destinatarios de la carta: «Confiamos en que tomarán las medidas oportunas por iniciativa propia para esclarecer la verdad, sancionar -en su caso- la aberrante conducta acaecida y proteger a las víctimas». Alega por su parte Consuelo de la Vega, que confirma haber recibido y leído el escrito, que «todo lo que teníamos que hacer como centro está hecho. «»Hemos puesto en conocimiento de la inspección las noticias que tenemos pero no podemos decir quiénes son las supuestas víctimas. Son cuentos que siempre nos han contado terceros porque no quieren hablar con nosotros, ni con la dirección, ni con el jefe de estudios. Si presento un incidente, llamo a la policía, pero ante los mayores que no quieren denunciar solo tenemos que denunciar», añade, y dice entender el miedo de los alumnos y les conforma una conversación extraoficial para buscar soluciones. «Este es un centro público que no tiene entidad jurídica, sólo podemos trasladar el caso a la inspección. Si alguien tuviera que actuar de oficio sería el Consejero», dice. El organismo educativo de la Comunidad de Madrid se remite al expediente ya abierto a la profesora: «Cuando finalice esta investigación se agotarán las posibles responsabilidades». La plaza de baja médica permanente que dejó vacante el profesor Pedro Garbajosa ya ha sido cubierta. Por su parte, el acusado de abusos sexuales, que niega tajantemente los hechos, ha realizado una carta de apoyo «total e incondicional» a las «acusaciones profundamente injustas que atentan contra su honor, trayectoria y dignidad personal», difundida entre sus alumnos presentes y pasados a través de Whastapp. «Afirmamos de forma rotunda y clara que, en los años en que hemos sido sus alumnos, nunca hemos sido testigos, presenciadores o conocedores directos de ningún comportamiento inapropiado, irrespetuoso o contrario a la ética docente de Don Pedro Garbajosa», dice el texto. «Nuestra experiencia es la de un profesor íntegro, respetuoso, cercano y absolutamente profesional que siempre ha tratado a sus alumnos con dignidad, atención y rigor académico», continúa, antes de dejar un espacio para la firma de posibles apoyos.
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