Los españoles están dispuestos a pagar más impuestos, pero con condiciones. Lo harían para mejorar la sanidad pública, reforzar la educación o sostener el sistema de pensiones, pero no para aumentar el gasto en defensa. Esa es una de las conclusiones del informe Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2024, elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), que recoge cada año el pulso ciudadano sobre impuestos y servicios públicos.. Seguir leyendo
Los contribuyentes quieren que la mayor parte de los recursos se destinen a los servicios públicos básicos y la investigación, según el centro de estudios del Ministerio de Hacienda
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Los españoles están dispuestos a pagar más impuestos, pero con condiciones. Lo harían para mejorar la sanidad pública, reforzar la educación o sostener el sistema de pensiones, pero no para aumentar el gasto en defensa. Esa es una de las conclusiones del informe Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2024, elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), que recoge cada año el pulso ciudadano sobre impuestos y servicios públicos.. En plena ofensiva de Estados Unidos y la OTAN para subir el presupuesto militar —piden a los países miembros alcanzar al menos el 5% del PIB—, la mayoría social en España tiene claro cuáles son los límites: más impuestos, sí, pero solo si estos sirven sostener el Estado del bienestar. El informe, publicado el viernes por el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, se basa en más de 4.000 entrevistas realizadas a finales del año pasado a contribuyentes de diferente perfil, renta y edad.. Las respuestas muestran una elevada disposición a aumentar la contribución o esfuerzo fiscal si ello garantizara mejoras en los servicios públicos básicos y en la investigación y el desarrollo (un 76% y 67%, respectivamente). En un segundo escalón estarían las prestaciones sociales y las infraestructuras públicas (57% y 54%, respectivamente). Y en último lugar, ya por debajo del 50%, se situarían la defensa nacional y la protección ciudadana, por un lado, y la transformación digital y verde de las empresas, por otro. Solo un 43% y un 27% de los encuestados, respectivamente, estarían dispuestos a pagar más impuestos a cambio de mejorar estas partidas.. El Gobierno, en línea con esta aparente percepción mayoritaria de la población, ha pactado con la OTAN que el presupuesto en defensa no superará el 2,1% del PIB. Elevarlo hasta el 5% de aquí a 2035, dijeron desde el Ejecutivo el jueves, es “incompatible con nuestro Estado del bienestar y nuestra visión del mundo”. Esta meta, para España, supondría aumentar el gasto en unos 80.000 millones de euros al año, casi la mitad de lo que supone la factura de las pensiones. Organismos como la Autoridad Fiscal han advertido recientemente que ello obligaría a España a endeudarse o a recortar en otras partidas presupuestarias.. La encuesta del IEF ofrece otras formas de aproximarse al fenómeno. Cuando se pregunta a los contribuyentes a qué ámbitos creen que ya se destinan “muchos” o “bastantes” impuestos, el primer lugar lo ocupa precisamente la defensa, con un 57,2% de menciones. Es decir, más de la mitad de los ciudadanos creen que el gasto militar ya es, como mínimo, suficiente. Al otro lado, solo el 42,3% de los encuestados perciben que los recursos destinados a los servicios públicos son aptos, porcentaje que cae al entorno del 23% si se pregunta por la investigación y el desarrollo.. Sin embargo, cuando se incide en dónde habría que destinar bastantes o muchos recursos, ganan por goleada los servicios públicos (90,3%). Le siguen la investigación (87,2%), las infraestructuras públicas (85,8%) y las prestaciones sociales (80,6%). Por el contrario, las políticas a las que se pide destinar menos recursos son transformación digital y verde de las empresas (43,0%) y defensa y protección ciudadana (31,1%).. Resulta especialmente relevante, explica el instituto de Hacienda, “analizar la diferencia entre la percepción ciudadana sobre el destino efectivo de los impuestos y sus preferencias respecto al uso que debería darse a dichos recursos públicos”. Esta comparación permite identificar en qué medida los contribuyentes consideran que los fondos recaudados se están utilizando o no de acuerdo con sus prioridades en términos de bienes, servicios y prestaciones.. El informe destaca que hay una brecha importante entre lo que los ciudadanos creen que se hace con sus impuestos y lo que les gustaría que se hiciera. La mayor discrepancia está en investigación y desarrollo, donde la gente querría que se invirtiera mucho más de lo que perciben. También hay una discrepancia notable en servicios públicos. En cambio, en defensa y en inversión para las empresas, la diferencia entre el gasto que se percibe y el que se desea es muy pequeña, lo que indica poco interés en que se aumente su financiación. Según el IEF, los ciudadanos priorizan claramente que los impuestos se dediquen a servicios públicos básicos (con una nota media de 3,5 sobre 4), mientras que la defensa y la transformación digital son las partidas menos deseadas, con 2,9 y 2,6 puntos respectivamente.. Más impuestos a los ricos. A pesar de las críticas a una parte del sistema tributario, existe un consenso muy amplio sobre la utilidad de los impuestos. El 83% de la ciudadanía está muy o bastante de acuerdo con que la Hacienda Pública desempeña una función necesaria para la sociedad, un apoyo que no ha bajado del 80% desde 1997. Esta legitimación social de los impuestos se refuerza por la creencia generalizada de que pueden servir para reducir las desigualdades sociales, objetivo que cuenta con un respaldo mayoritario.. Sin embargo, esta aceptación se ve matizada por la percepción de injusticia en el reparto de la carga. El 83% de los encuestados consideran que las rentas bajas y medias soportan más presión fiscal que las rentas altas y las grandes empresas. Además, dos terceras partes opinan que los impuestos que pagan los contribuyentes con mayores ingresos son bajos. Por eso, más del 80% de la población se muestra favorable a aumentar los impuestos a quienes más tienen.