La obra «La ciudad y los perros» fue publicada en 1963. Continuar leyendo
En la obra del nobel peruano, se encuentran personajes que optan por la derrota, tiranos despreciables, héroes lastimados y apasionados amantes en un estilo melodramático.
Mario Vargas Llosa llegó a París con una beca mensual de 120 dólares y acompañado de Julia Urquidi, una mujer que era diez años mayor que él y su tía política. A la edad de 24 años, él ya había tomado la decisión de convertirse en escritor. En su visita previa a Madrid, reunió las historias de Los jefes (que, en parte, presagiaba La ciudad y los perros), obtuvo un galardón, lanzó el libro a través de una editorial especializada en literatura médica y recibió escasas y negativas reseñas. En aquel entonces, Mario redactaba a mano mientras que Julia utilizaba una máquina de escribir. El texto en el que estaban trabajando se titulaba Los impostores; luego se transformó en La morada del héroe y, en el último instante, se le dio el nombre de La ciudad y los perros. Hoy resulta difícil imaginar la novela en español del siglo XX sin ese título intrigante y sugerente. La urbe es, en esencia, una fortaleza, una academia militar donde la disciplina es extremada y la atmósfera se siente asfixiante. Los alumnos son, por supuesto, los perros.
Cultura