Cualquiera que haya visto un capítulo de Succession sabe lo difícil que puede ser para una familia renunciar al control de un imperio. Después de más de cuatro décadas al frente de Los Ángeles Lakers, la familia Buss ha decidido confiar su legado a Mark Walter (Estados Unidos, 65 años), un magnate discreto, alguien que transmite confianza y, sobre todo, con los recursos suficientes para pagar el precio.. Seguir leyendo
El empresario director ejecutivo de Guggenheim Partner, ha comprado Los Angeles Lakers, en la que es la mayor operación de la historia del deporte estadounidense
Feed MRSS-S Noticias
Cualquiera que haya visto un capítulo de Succession sabe lo difícil que puede ser para una familia renunciar al control de un imperio. Después de más de cuatro décadas al frente de Los Ángeles Lakers, la familia Buss ha decidido confiar su legado a Mark Walter (Estados Unidos, 65 años), un magnate discreto, alguien que transmite confianza y, sobre todo, con los recursos suficientes para pagar el precio.. La operación, valorada en unos 10.000 millones de dólares, sacudió la NBA el pasado junio. Nunca se había pagado tanto por un equipo deportivo en Estados Unidos. A través de su holding TWG Global, Walter compró aproximadamente el 66% de las acciones que estaban en manos del fideicomiso familiar fundado por Jerry Buss. La familia conservará un 15% y, como parte del acuerdo, Jeanie Buss –figura central de los Lakers desde la muerte de su padre– seguirá representando a la franquicia en la Junta de Gobernadores de la NBA.. “Los Lakers han sido durante mucho tiempo una de las franquicias más icónicas del deporte”, señaló Walter, al anunciarse el acuerdo. Y añadió que estaba entusiasmado por trabajar junto a Buss en “la próxima era” del equipo. Sus palabras, lejos de apuntar a una revolución, sugieren más bien un deseo de continuidad: Walter parece más interesado en cuidar el legado recibido que en redibujarlo.. El magnate nació en Cedar Rapids, Iowa, en una familia de clase media. Su infancia transcurrió entre los márgenes de una ciudad industrial del Medio Oeste, lejos de los focos del mundo empresarial en el que acabaría destacando. Desde pequeño mostró una personalidad introspectiva, discreta, y una marcada inclinación por los números. No era el niño más popular de su clase, pero sí uno de los más observadores. Amigos de su infancia recuerdan su carácter reservado, su gusto por la lectura y su facilidad para el razonamiento lógico.. Tras graduarse, se matriculó en la Universidad de Creighton, en Nebraska, donde estudió Administración de Empresas. Luego cursó Derecho en Northwestern, una de las escuelas más prestigiosas del país. Aunque obtuvo su título, no llegó a ejercer como abogado. A mediados de los años noventa, cofundó en Chicago una pequeña firma llamada Liberty Hampshire. El proyecto fue creciendo, y a finales de la década se integró en Guggenheim Partners, donde Walter acabaría convirtiéndose en CEO.. Durante esos primeros años en Chicago, Walter construyó los cimientos de lo que más tarde sería un imperio financiero. En un entorno dominado por personalidades agresivas, él siempre ha preferido mantenerse al margen del ruido. Su familia –su esposa Kimbra y su hija– ha seguido instalada en Chicago durante todo este tiempo, lejos del exhibicionismo habitual de otras grandes fortunas. También desde allí ha impulsado varias iniciativas filantrópicas, centradas en educación, medio ambiente y oportunidades para jóvenes en situación vulnerable.. Incursión en otros deportes. Desde su puesto al frente de Guggenheim Partners, Walter convirtió a la firma en una de las mayores gestoras de activos del mundo, con más de 300.000 millones de dólares bajo gestión. En 2012, lideró la compra de los Dodgers por más de 2.000 millones de dólares, en lo que entonces fue una cifra récord. La operación fue recibida con escepticismo: Walter no tenía pasado en el béisbol ni en la industria del entretenimiento. Pero desde el primer día dejó claro que su interés era profundo, sostenido, y que llegaba con la intención de competir. Bajo su gestión, los Dodgers se convirtieron en uno de los equipos más sólidos de la MLB, tanto en resultados deportivos como en salud económica.. A lo largo de la década, Walter diversificó sus inversiones en el deporte profesional: adquirió participación en el equipo femenino Los Angeles Sparks (WNBA), en el Chelsea FC de la Premier League, en la escudería Cadillac de Fórmula 1 y en la Professional Women’s Hockey League.. Paralelamente, lanzó su propio holding de inversiones, TWG Global, junto al productor y empresario Thomas Tull. Con esa estructura, empezó a consolidar su apuesta por sectores que combinaban deporte, tecnología, medios y entretenimiento. Hoy TWG es un conglomerado multisectorial que, además de controlar franquicias deportivas, participa en empresas de defensa, aseguradoras, compañías tecnológicas y fondos educativos.. Walter no ha estado exento de desafíos ni de alguna que otra polémica a lo largo de su trayectoria. Guggenheim Partners se vio envuelta en una investigación judicial. En 2018, una demanda alegó que la compañía había desviado fondos de su aseguradora Security Benefit Life para financiar la adquisición de los Dodgers. Según la querella, hasta 1.200 millones de dólares en pólizas y anualidades habrían servido como caja para cerrar la operación. Guggenheim negó las acusaciones desde el principio y, en 2019, un juez federal desestimó la demanda por falta de pruebas suficientes. Walter, de hecho, ni siquiera fue nombrado formalmente en el caso.. Ahora, con los Lakers bajo su control, Walter deberá responder a las expectativas de una afición exigente, manejar con tacto la herencia simbólica de los Buss y encontrar la fórmula para mantener al equipo en la élite de la NBA. Tiene experiencia, tiene recursos y, sobre todo, tiene una forma de estar en el poder que no incomoda. Y si todo falla, siempre le quedará esperar que gane alguno de sus otros equipos.