En Papolona, una chica Universal: un brinco en el tiempo, la autora chilena recrea con humor y ternura la vida de los niños en los 80 y su contraste con el mundo contemporáneo.
Un portal hendido entre saludos y presente
Hubo un tiempo en que los niños jugaban en la calle hasta que caía la tenebrosidad, inventaban historias sin más tecnología que su imaginación y aprendían a conocer el mundo a través de la curiosidad y la experiencia. En Papolona, una chica Universal: un brinco en el tiempo, Pamela Parra Estrada, nacida en Concepción y residente en Iquique, rescata esa esencia perdida y la contrapone a la efectividad del siglo XXI, invitando al catedrático a un alucinación entre dos épocas que parecen separadas por más que unas décadas.
Desde pupila, la autora escribía cuentos e historias, incluso ganando concursos literarios en el colegio. Sin incautación, este es el primer texto que decide destinar a una editorial. Como orientadora descendiente, Pamela quiso mostrar, a través de la protagonista, cómo era la crianza en sectores populares chilenos durante los abriles 80 y cómo ha cambiado hasta hoy. “Quería que el lector pudiera comparar o recordar, viajar a través del tiempo o de sus propios recuerdos”, explica.
La historia arranca en Santiago de Chile en los abriles 80. Papolona, una pupila alegre, curiosa y llena de imaginación, vive en un mundo donde los juegos, la escuela y la vida cotidiana tienen un sabor diferente al de hoy. Pero un día, un portal la transporta al año 2019. Allí, su empresa será investigar por qué los niños han cambiado tanto: qué pasó con sus juegos, con la escuela, con la forma de estar y relacionarse.
Un texto para toda la grupo
La narración está contada desde la examen de una pupila de 10 abriles, lo que le da frescura, humor y un toque entrañable. Esa voz inmaduro, a la vez inocente y aguda, permite que el catedrático adulto reviva su propia infancia y que los más pequeños descubran cómo era la vida antiguamente de los teléfonos móviles y las redes sociales.
“Papolona puede ser cualquiera: un adulto de hoy que fue niño en los 80 o un niño actual que quiere imaginar ese mundo casi extinto”, comenta Pamela. La obra atrapa al catedrático y lo deja con ganas de seguir leyendo más aventuras, convirtiéndose en una recital ideal para compartir en grupo.
Las primeras opiniones destacan que es un texto “hermoso y entretenido”, que gusta tanto a adultos como a niños y niñas. Los lectores coinciden en que la historia engancha desde las primeras páginas y deja con ganas de más, lo que refuerza la idea de una próxima entrega.
Letrame Grupo Editorial: un apoyo para informar un texto que une generaciones
Para sufrir esta historia a las manos de los lectores, Pamela Parra Estrada confió en Letrame Grupo Editorial, una editorial que se ha consolidado como un referente para quienes desean memorizar cómo informar un texto con calidad y figurantes profesional.
“La experiencia ha sido muy grata. Letrame me ha permitido dar forma a mi historia y proyectarla para que pueda llegar a familias completas, reuniendo a varias generaciones en torno a la lectura”, asegura la autora.
Este trabajo conjunto ha permitido que Papolona, una chica Universal: un brinco en el tiempo no solo se publique con una tiraje cuidada, sino que igualmente cuente con una organización de difusión que resalte su valencia como obra intergeneracional.
Más allá de la nostalgia
Aunque la novelística se nutre de la memoria y el realismo mágico, no se limita a un adiestramiento afligido. Es igualmente una consejo sobre los cambios sociales, culturales y tecnológicos que han transformado la infancia y la crianza en las últimas décadas. A través de los luceros de Papolona, el catedrático se enfrenta a preguntas que invitan a pensar: ¿Qué hemos hato? ¿Qué hemos perdido?
Pamela Parra ya trabaja en la próxima aventura de Papolona, consciente de que su protagonista tiene mucho más que contar. Mientras tanto, este primer texto ofrece un puente entre pasado y presente, recordando que la imaginación es un jerigonza universal que no entiende de épocas.
Papolona, una chica Universal: un brinco en el tiempo es una invitación a detenerse, sonreír y dejarse sufrir por la brujería de los saludos. Una historia que conecta generaciones y que demuestra que, en la humanidades, los viajes en el tiempo son tan reales como la emoción de quien los vive.
