Prada ha anunciado este jueves la adquisición del 100% de la firma de lujo Versace por 1.380 millones de dólares (1.240 millones de euros). La operación, que se abonará en totalmente efectivo, pretende afianzar a la compañía resultante como un gran grupo de lujo de origen italiano, en un momento en el que las débiles perspectivas económicas ha golpeado al sector.. Seguir leyendo
El acuerdo devuelve a Italia el control de una de sus marcas de moda más conocidas
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Prada ha anunciado este jueves la adquisición del 100% de la firma de lujo Versace por 1.380 millones de dólares (1.240 millones de euros). La operación, que se abonará en totalmente efectivo, pretende afianzar a la compañía resultante como un gran grupo de lujo de origen italiano, en un momento en el que las débiles perspectivas económicas ha golpeado al sector.. El acuerdo para comprar Versace reaviva así las esperanzas de un líder del lujo made in Italy después de que muchas otras marcas familiares acabaran en manos francesas, suizas o estadounidenses. La compra devuelve a Italia el control de una de las marcas italianas más conocidas de la moda tras su venta en 2018 a Capri Holdings, que cotiza en la bolsa estadounidense y entonces era conocida como Michael Kors, por 2.150 millones de dólares, incluyendo la deuda.. A pesar de que Italia representa entre el 50% y el 55% de la producción mundial de artículos de lujo, según estimaciones de la consultora Bain, el país carece de un grupo con una escala comparable a la de empresas francesas como LVMH y Kering, propietaria de Gucci. Prada, con sede en Milán, cotiza en la bolsa de Hong Kong con una capitalización de aproximadamente 14.000 millones de euros, siendo el mayor grupo italiano de moda de lujo por ingresos. Sin embargo, el grupo, que también incluye la marca Miu Miu ha sido relativamente pequeño en términos de valoración bursátil en comparación con empresas como LVMH, propietaria de Louis Vuitton.. El acuerdo con Versace se produce después de que en 2023 el directivo Andrea Guerra asumiera el cargo de consejero delegado de Prada para superar el relevo generacional, con Lorenzo Bertelli, hijo de los principales propietarios de la compañía y director de marketing, considerado el heredero natural. “La ambición de Prada de convertirse en un conglomerado líder del lujo italiano es un paso significativo en un mercado dominado por grupos franceses. Es exactamente lo que muchos italianos esperaban”, declaró Achim Berg, asesor de la industria de la moda y el lujo.. Los ingresos combinados de los cinco mayores grupos de lujo cotizados de propiedad italiana (Prada, Moncler, Ermenegildo Zegna, Brunello Cucinelli y Ferragamo) siguen estando muy por debajo de los aproximadamente 17.000 millones de euros de Kering, incluso después de una fuerte caída en las ventas del grupo francés el año pasado. El fundador de la compañía, Brunello Cucinelli, resumió la diferencia de enfoque a ambos lados de los Alpes con su estilo típicamente colorido. “Nuestros estimados homólogos franceses son grandes financieros”, declaró en la Cumbre Global de la Moda de Milán 2024 el pasado octubre. “Pero los italianos consideramos a nuestras ‘pequeñas grandes’ empresas como si fueran nuestros hijos pequeños, por lo que queremos cuidarlas y legarlas a la siguiente generación”, añadió.. Una acción ambiciosa. Si bien LVMH y Kering han absorbido muchas marcas italianas, los grupos transalpinos más grandes se han mostrado hasta ahora relativamente reacios a realizar grandes adquisiciones. “Esta compra representa un serio intento de Prada por construir un grupo, uno mucho más ambicioso en comparación con sus anteriores proyectos con Helmut Lang y Jil Sander”, ha asegurado Berg. El presidente y copropietario de Prada, Patrizio Bertelli, definió la adquisición de estas dos marcas, compradas a principios de siglo y vendidas unos años después, como “errores estratégicos”. Desde entonces, el grupo se ha centrado principalmente en el crecimiento orgánico, con la excepción de la adquisición de proveedores.. Tanto Prada como Versace tienen sus raíces en Milán y aún mantienen su sede allí, a tan solo cuatro kilómetros de distancia. Moncler, por su parte, fue comprada y revitalizada por el empresario italiano y actual accionista principal, Remo Ruffini, en 2003, y también ha mostrado cierto interés en cerrar acuerdos, adquiriendo la marca italiana de ropa urbana Stone Island en una operación de 1.150 millones de euros, pactada a finales de 2020. La posición neta de caja de Moncler, de 1.300 millones de euros, ha alimentado las especulaciones de los analistas sobre nuevos acuerdos, pero el grupo ha negado tales especulaciones. Jil Sander ahora forma parte del Grupo OTB del empresario italiano Renzo Rosso, que también incluye marcas como Diesel y Maison Margiela. Sin embargo, con unas ventas anuales de 1.700 millones de euros, sigue siendo relativamente pequeño.. Mientras tanto, los grandes grupos parisinos han seguido realizando incursiones en Italia, lo que pone de relieve el reto que supondría una Prada ampliada para competir con ellos. En las últimas operaciones, Kering adquirió una participación del 30% en la casa italiana Valentino en 2023, y LVMH el año pasado contribuyó a la privatización de Tod’s y adquirió una participación del 10% en el principal accionista de Moncler.. A largo plazo, la atención se centra en empresas como Armani, con sede en Milán, y Dolce & Gabbana, entre las pocas en Italia que aún son totalmente familiares y no cotizan en bolsa. Su destino final podría ser decisivo en cualquier esfuerzo por crear una verdadera potencia italiana en la moda global.. La firma, controlada por la diseñadora multimillonaria Miuccia Prada y su esposo, Patrizio Bertelli, espera que la transacción se cierre en la segunda mitad de este año. “Nos complace dar la bienvenida a Versace al Grupo Prada y abrir un nuevo capítulo para una marca con la que compartimos un compromiso inquebrantable con la creatividad, el cuidado del producto y una sólida herencia cultural”, ha asegurado Bertelli, presidente y director ejecutivo del grupo.