«Me interesa aprender porque disfruto hacer lo que hacen los jóvenes, como comprar por internet.» «Por ahora no lo he realizado porque me da mucho miedo», dice Pedro Borreguero, un jubilado de 68 años que reside en Arroyo de San Serván (Badajoz). El pasado mes de mayo participó en un taller presencial en su localidad, gracias al programa Reconectados Rural de la Fundación Telefónica. Ese tipo de respeto, que roza la autolimitación, es uno de los factores que impactan más en las personas mayores. Sus deficiencias en habilidades digitales repercuten en áreas fundamentales de la vida diaria, como la gestión bancaria, la salud, el acceso a la información, la socialización y las interacciones con la administración.
Proyectos como los de Fundación Telefónica, Cibervoluntarios y 65ymás apoyan a las personas mayores en su aprendizaje digital, lo cual es esencial para que puedan envejecer de manera independiente.
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«Me interesa aprender porque disfruto hacer lo que hacen los jóvenes, como comprar por internet.» «Por ahora no lo he realizado porque me da mucho miedo», dice Pedro Borreguero, un jubilado de 68 años que reside en Arroyo de San Serván (Badajoz). El pasado mes de mayo participó en un taller presencial en su localidad, gracias al programa Reconectados Rural de la Fundación Telefónica. El respeto y la autolimitación que muchos experimentan son factores que impactan significativamente a las personas mayores, cuyas deficiencias en habilidades digitales afectan áreas cruciales de su vida diaria, como las finanzas personales, la salud, el acceso a información, la socialización y la interacción con la administración pública. ¿Se puede considerar que existe una brecha digital en relación con la población sénior? Sin duda, es crucial destacar que no se puede hacer una generalización, ya que su impacto varía considerablemente según la edad de los ancianos, siendo más evidente especialmente a partir de los 74 años. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023, el 43,3% de la población de 65 a 74 años utilizó internet, mientras que esta cifra disminuye al 26,5% en el grupo de mayores de 75 años. La situación se vuelve más preocupante al observar las verdaderas habilidades: según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), solamente el 24.8% de las personas mayores de 21 años posee competencias digitales básicas, y solo un 24.5% entre aquellas que tienen 28 años o más. En resumen, hay un aumento en la cantidad de personas mayores que están en línea, aunque muchas de ellas carecen de la seguridad y autonomía necesarias. Aspectos como la edad, el lugar de residencia, el estatus socioeconómico y el nivel educativo son determinantes en el nivel de autonomía digital entre la población mayor, lo que a su vez influye en su habilidad para interactuar eficazmente en el entorno digital. La manera en que estas personas han interactuado —o no— con la tecnología también tiene un impacto significativo: aquellos que no tuvieron acceso a computadoras durante su vida laboral o que han confiado en familiares para estos aspectos enfrentan una gran desventaja. Capacitación digital para personas mayores.