Rodrigo Cortés (Orense, 1973) vuelve y lo hace como le gusta, tan lejos de sí mismo que se diría perfectamente idéntico a cada una de sus contradicciones. Sobre la novela de Enrique Rubio del mismo título, ‘Escape’ retrata las industrias y andanzas de un hombre (Mario Casas) harto, harto de pensar, de decidir y hasta de vivir incluso. Harto de ser libre. Tras el drama musical ambientado en el Holocausto ‘El amor en su lugar’, el cineasta y autor también de la novela ‘Los años extraordinarios’ se arroja a un relato kafkiano (o justo lo contrario) tan desesperado y pleno que ni el propio Martin Scorsese pudo resistirse. Él es mentor, productor y (por qué no) padrino. . Seguir leyendo
El cineasta y escritor estrena ‘Escape’, una indefinible sátira social tan arrolladora como brillante a vueltas con los inconvenientes de ser libre
Rodrigo Cortés (Orense, 1973) vuelve y lo hace como le gusta, tan lejos de sí mismo que se diría perfectamente idéntico a cada una de sus contradicciones. Sobre la novela de Enrique Rubio del mismo título, ‘Escape’ retrata las industrias y andanzas de un hombre (Mario Casas) harto, harto de pensar, de decidir y hasta de vivir incluso. Harto de ser libre. Tras el drama musical ambientado en el Holocausto ‘El amor en su lugar’, el cineasta y autor también de la novela ‘Los años extraordinarios’ se arroja a un relato kafkiano (o justo lo contrario) tan desesperado y pleno que ni el propio Martin Scorsese pudo resistirse. Él es mentor, productor y (por qué no) padrino.. ¿Puede ser el libre albedrío la mayor de las esclavitudes?. Si veo un sinónimo de libertad es responsabilidad. Ser libre es hacerse responsable de las decisiones que se toman con libertad, asumirlas, hacerse cargo de ellas y no quejarse por las posibles consecuencias. Así que la libertad es molesta para casi cualquiera. No tenemos demasiada prisa por ser libres y, en general, intentamos que alguien se haga responsable de nuestras decisiones y que sea culpable, al menos de lo que nos va mal. El objetivo, como sucede en las multinacionales, no es tanto acertar como no ser responsable de un error.. Ese es el modo de razonar del juez que interpreta José Sacristán en su película y que echa en cara al protagonista que pretenda que el Estado le cuide.. Sí, dice literalmente que la cárcel no es un hotel.. ¿Puede ser la cárcel un espacio de liberación?. Esa idea está en la novela y, en efecto, ése es el objetivo del personaje principal que lo que quiere es que le digan cuándo levantarse, cuándo acostarse, cuándo cepillarse los dientes, cuándo respirar y cuándo no hacerlo.. ¿Podría elevarse ese sentimiento a síntoma de la principal enfermedad (o una de ellas) de la sociedad actual?. No tengo ni idea cuál es el problema de la sociedad actual.. Vuelvo al principio. Hablamos de libertad, pero lo que deseamos es que nos solucionen los problemas…. Y si no nos lo solucionan, que sea culpa de otro. A veces nos basta con eso, porque lo que más felicidad nos da en general es quejarnos. Así que ni siquiera necesitamos que nos vaya bien todo el rato, sino poder no ser responsables de lo que nos va mal, poder quejarnos de todo aquello que nos falta o que no nos gusta. Con eso nos damos por satisfechos.. ¿Diría que su película, por presentar a un hombre que renuncia a su libertad, podría ser descrita como conservadora? ¿Cómo respondería a una descripción, casi acusación, así?. No se me ocurriría decir absolutamente nada. La película dice todo lo que tiene que decir y se puede interpretar de 18 formas distintas y va a ser una distinta para cada cual, porque va a resonar de forma diferente en las opiniones y vivencias de cada uno. Y no porque albergue un mensaje oculto que haya que descifrar, sino porque las respuestas son múltiples, porque muchas cosas son verdad a la vez. Incluso, si alguien me preguntara cuál es mi posición sobre las cosas, si es conservadora o es progresista, diría las dos, depende. O sea, si veo que viene un tren hacia mí, me muevo. No creo que puedas enfrentarte al mundo desde posiciones ideológicas, no creo que haya una perspectiva ideológica ante el cáncer o ante la ley de la gravedad. La ley de la gravedad es neutra y si estás al borde del acantilado, en lo personal, votes lo que votes, yo recomiendo no dar un paso más allá.. Pero es consciente de que la película llega en un momento de auténtica guerra cultural alrededor del término libertad. ¿Cuánto de premeditado hubo en la elección del argumento?. Nada. Las películas tardan demasiado en hacerse como para que uno pueda diseñar que emerja en el mundo en el martes adecuado. Uno, como mucho, puede tener una mínima conexión con el ritmo de las cosas para anticiparse sin querer a algo y para llegar a los sitios en el sitio adecuado, porque llegar demasiado pronto se parece mucho a llegar demasiado tarde. Pero ni siquiera creo que haya una discusión alrededor. Creo que, en general, jugamos. Jugamos a qué discutimos, jugamos a qué pensamos. Usamos un concepto, y antes de que nos demos cuenta, estamos discutiendo sobre la palabra, pero no sobre la profundidad del concepto y sus implicaciones. Nos lo arrojamos unos a otros a la cabeza, pero no hay una discusión real.. ¿Qué opina sobre el lugar común que dice que vivimos en una sociedad más polarizada que nunca?. La sociedad no está tan polarizada, creo, porque la gente, en general, sigue siendo bastante sana y tiene problemas de los que ocuparse, porque el que tenga una heladería tiene que ocuparse antes de sus proveedores y de la cámara frigorífica y de cuántos helados vende al día. Discutir de la libertad, por ejemplo, no le da tiempo. Y si lees los WhatsApps de la gente, en general todos son impublicables, lo cual significa que seguimos sin vivir en un estado policial, afortunadamente, y que la gente puede seguir mostrándose con sus amigos sanamente sexista o sanamente racista, porque no lo es. Como su amigo conoce el código, tiene todavía la libertad de moverse de esa manera. Otra cosa es en televisión, en los periódicos, en la radio. Pero es que hay una desconexión enorme entre los medios y el mundo real. Es como si fuera una especie de corriente falsa o externa, que en absoluto se compadece con los códigos de la realidad.. Pero ya no hay diferencia entre conversaciones privadas y públicas…. No lo sé, más bien en público no estamos tan interesados en opinar como en trasladar una imagen de nosotros mismos. Y lo que decimos no es para expresar un pensamiento, sino para dejar bien claro al otro que estamos en el lado soleado de la vida y que somos de los buenos.. Una constante en su cine son personajes inadaptados e incapaces de lidiar con su entorno. ¿Se reconoce personalmente en ellos?. No de forma consciente. No me siento a escribir historias de personajes encerrados, pero es verdad que en general suelen ser experiencias físicas en las que el espectador es arrojado a un cerebro, a un único cerebro, desde el que vive todo en primera persona, lo cual le deja una huella y un peso, incluso sensorial. No le resulta gratis la experiencia de ver la peli y sale exhausto, por decirlo de alguna manera, porque hay un coste físico. Y, por otro lado, es verdad que muchas de estas historias hablan de algún tipo de enclaustramiento real o figurado. En ese sentido, esta cinta es casi el reverso, y por lo tanto, lo mismo, por otro lado. Porque si en ‘Buried’ un personaje quería salir de una caja, aquí el personaje está desesperado por entrar en ella. Probablemente suceda que cuando sales de una caja, entras en otra. Por otro lado, creo que el problema es que comencé a leer a Kafka demasiado pronto. Y seguramente, eso ha dejado una huella, porque al fin y al cabo, presenta siempre un hombre más o menos insulso, aplastado por fuerzas metafísicas, invisibles, de carácter diabólico.. Dice que leyó demasiado pronto a Kafka…. Sí, aunque el personaje de la película es esencialmente antikafkiano. En una historia así contada por Kafka, él sería una víctima bajo el peso de un juez arbitrario, por ejemplo. Y aquí el juez casi es la voz de la razón, todo el que toca al protagonista acaba enloquecido o dañado de alguna manera, y él es la demostración empírica de que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, porque tiene un objetivo y no hace prisioneros. Él es la fuerza sobrenatural de Kafka que lo altera todo, no es la víctima inocente.. ¿Cómo ha influido la irrupción de Rodríguez Cortés literato en el Rodrigo Cortés cineasta?. No sé si me influye tanto el literato, porque al fin y al cabo es el mismo cerebro, cuanto que se produce un clic en un momento determinado. Y ese clic sucede con ‘Los años extraordinarios’, posiblemente. No porque haya trabajado sin libertad. Siempre he sentido que he podido trabajar con libertad y, desde luego, hacer una película de un tío dentro de una caja durante hora y media sin salir de ella, no es exactamente una idea que ofrezca garantías y que te coloque en la protección de lo no arriesgado. Pero ‘Blackwood’, por ejemplo, fue una experiencia extenuante, por muchas razones, de constante negociación con un estudio en el que había que hacer control de daños cada tres pasos y en el que me dejaba girones de piel para cada micrologro. No lo digo con queja, porque me siento reconocido en la película y me siento orgulloso de lo que sucedió. Pero me senté a escribir y aquello se convirtió en una vindicación de la libertad creadora que salió a borbotones. Donde sea que llegue, va a ser haciendo que el objeto en el que trabaje golpee con fuerza sobre la mesa y que me siente plenamente reconocido en él, y no va a ser el resultado de millones de consensos con comités. Y esa decisión de autorizarme absolutamente, a ponerme orejeras, a no mirar a los lados y a darme libertad, imagino que es un impulso que se percibe en lo que he escrito desde entonces y en esta misma película. ‘Concursante’, sin embargo, es una película mucho más sensata. Son películas muy primas hermanas en muchos aspectos.. ¿Qué pinta Scorsese en todo esto?. La cosa fue muy sencilla. Cuando Scorsese leyó el guion, que le entusiasmó y que consideró que no se parecía a nada, se dio cuenta de que iba a ser una película muy difícil de financiar, porque tiene mucha experiencia y no tiene un pelo de tonto. Y él quería que esta película existiera. Y lo que me dijo fue: «Me encantaría ayudar a que esto, que es absolutamente improbable, sea realidad». Y fue cuando empezamos a trabajar en ello. Él ha estado vinculado con la producción todo el rato. Por ejemplo, en rodaje, le enviaba planos todas las semanas, incluso capturas de imágenes para que viera la progresión de la estética de la película, del personaje, del vestuario, de la luz, etcétera. Y en montaje, me pedía que le fuera enviando secuencias, y yo seleccionaba secuencias y se las enviaba subtituladas. Y fue la primera persona que vio el montaje. Cuando vio el montaje tuvimos una larga conversación, que fue además muy iluminadora, porque se mostraba infinitamente respetuoso, prudente, cauto. No daba las famosas notas hollywoodienses, los comentarios que recibiría el mismísimo Beethoven y les presentara la novena. Un ejecutivo le diría que al cuarto movimiento le sobran dos minutos.. ¿Entonces?. Lo que hacía es preguntas, solo preguntas. Y, además, disculpándose siempre antes de hacerlas y después de haberlas hecho. Así que fue una vinculación constante.. ¿A qué película de Scorsese se parece más Escape?. No creo que se parezca a ninguna. Si me obligaran a elegir una que empatara o que sea muy lejanamente, tal vez sería ‘Jo, qué noche’, por ejemplo, que es uno de esos menores de Scorsese que amo. La primera película que vi de él fue ‘El color del dinero’, precisamente. Y la primera vez que nos conocimos, hablamos largo y tendido de El color del dinero y de Jo, qué noche, curiosamente. No de ‘Uno de los nuestros’ y de ‘Toro salvaje’. Porque ‘Jo, qué noche’ tiene un tono kafkiano que sucede de noche. Es una comedia que está al borde de la tragedia, una tragedia que está al borde de la comedia. Nunca tienes muy claro si tienes que reírte o no, si las cosas son graciosas o extrañas o peligrosas.. P. Se me ocurre un paralelismo entre el Cortés de Escape y el Scorsese de El color del dinero. En los dos casos, las películas llegan tras lo más parecido a un fiasco…. Cuando él hizo El color del dinero, sentía que la industria estaba a punto de expulsarlo. Y de alguna manera fue una estrella, fue Paul Newman, el que le recuperó con una película comercial que, en verdad, es extraordinaria. Yo no me siento a punto de ser expulsado de ninguna industria, entre otras cosas, porque nosotros no la tenemos. Porque en España no la hay. Cada película es una montaña que remontas desde cero cada vez. No sé en qué fase ha llegado, pero siempre he sentido que al acabar un proyecto tenía que empezar de cero el siguiente.
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