Cada año, el cambio de estación pone el dilema en la mesa: ¿es mejor reparar su antigua caldera o renovarla? En España, el 60% de las calderas en funcionamiento tienen más de 15 años, según la empresa Bosch. El gigante alemán lanzó este mes una campaña para buscar la “caldera Junkers más antigua del país” y concienciar sobre la importancia de actualizar los sistemas de calefacción. Sin embargo, frente a los altos precios del mercado —unos 2.000 euros de promedio—, el entusiasmo de los hogares españoles sigue moderado: si todavía funciona, ¿por qué tendría que cambiarla?. Seguir leyendo
La compra e instalación de un nuevo dispositivo cuesta un promedio de 2.000 euros
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Cada año, el cambio de estación pone el dilema en la mesa: ¿es mejor reparar su antigua caldera o renovarla? En España, el 60% de las calderas en funcionamiento tienen más de 15 años, según la empresa Bosch. El gigante alemán lanzó este mes una campaña para buscar la “caldera Junkers más antigua del país” y concienciar sobre la importancia de actualizar los sistemas de calefacción. Sin embargo, frente a los altos precios del mercado —unos 2.000 euros de promedio—, el entusiasmo de los hogares españoles sigue moderado: si todavía funciona, ¿por qué tendría que cambiarla?. La vida media de una caldera mural a gas es de 10 a 15 años, pero con el paso del tiempo, los sistemas pierden su eficiencia y las averías se vuelven más frecuentes. Ruidos inhabituales, goteos regulares, o emisiones de monóxido de carbono pueden indicar que es necesario cambiar su caldera; y aunque funcione correctamente, merece a veces la pena anticipar el cambio de su sistema de calefacción, como recuerda Vicente Gallardo, director comercial de Bosch Home Comfort en España: “Sustituir una caldera mural a gas por una caldera de condensación permite reducir el consumo hasta un 30%”.. Los dispositivos antiguos no sólo tienen poca eficiencia energética, sino que también contaminan más que los sistemas recientes. La Unión Europea, que incentiva sus países miembros a eliminar las calderas de gas y diésel para 2035, indica que la calefacción y la refrigeración de edificios representa actualmente el 40% de toda la energía consumida en el continente. En 2023, dos millones de hogares españoles utilizaba todavía caldera de petróleo o derivados, mientras que unos seis millones tenía un sistema mural a gas y unos cinco millones un dispositivo eléctrico.. Precios altos. La inversión inicial puede ser una barrera importante a la hora de comprar un sistema de calefacción más eficiente, ya que el coste de una caldera de condensación oscila entre 1.000 y 2.000 euros según las marcas. Aparte, hay que contar con un promedio de 400 euros para la instalación y unos 100 euros de mantenimiento cada dos años, según evalúa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). En total, cambiar su caldera mural por una caldera de condensación puede llegar a costar 2.400 euros para 10 años de funcionamiento.. En cuanto a las bombas de calor, por las que apuesta la Unión Europea, los precios son aún más altos. Si bien las opciones asequibles rondan los 1.500 euros, los sistemas más eficientes pueden costar hasta 15.000 euros y, en la mayoría de los casos, la instalación requiere tener tanto un espacio interior como un exterior. Una de las importantes ventajas de las bombas de calor es que, además de proporcionar agua caliente y calefacción, refrigeran los edificios.