El escritor Guillermo Enrique Lorente Deroncelé, nacido en Cuba y actualmente residente en Dinamarca, presenta su más fresco obra, Vagando, pero no perdido, una colección de relatos que explora los laberintos de la mente humana y los caminos invisibles del alma. Publicada por Letrame Grupo Editorial, la obra se erige como una observación honesta y desgarradora a los rincones más profundos del ser, donde la soledad, la búsqueda de sentido y la pobreza de conexión se entrelazan con una novelística intensa y visceral.
La crudeza de lo humano: una novelística que sacude
Vagando, pero no perdido es mucho más que una serie de historias. Es un espejo emocional en el que hombres y mujeres, rotos o perdidos, caminan por las calles del mundo buscando un superficie al que pertenecer. Desde California hasta Londres, México u Oriente Medio, los escenarios funcionan como paisajes mentales donde los personajes enfrentan su propio hueco interior.
“Lo que me inspiró a escribir fue muchas emociones no canalizadas después de un divorcio y también por la gran necesidad de expresarme”, confiesa Lorente Deroncelé.
En ese contexto nace esta obra de novelística negra, policial y de suspenso, donde cada historia se convierte en un retrato de lo humano en su forma más pura y descarnada. El autor demuestra una capacidad singular para desnudar emociones, explorando tanto el dolor como la belleza de la existencia.
Cada relato, breve o extenso, contiene un eco de la efectividad: una observación, una pérdida, un deseo o una huida. Sus protagonistas vagan, sí, pero lo hacen con una cierta discernimiento, con la conciencia de que perderse incluso puede ser una forma de encontrarse.
Entre la oscuridad y la redención
Guillermo Enrique Lorente Deroncelé utiliza un estilo narrativo directo, sin concesiones, cargado de introspección y humanidad. No hay ornamentos innecesarios ni finales complacientes: el autor desafío por la verdad emocional, aquella que duele pero ilumina.
Las historias que componen Vagando, pero no perdido nacen de la experiencia y de la observación. Lorente transforma sus vivencias en letras y ofrece al conferenciante un repaso emocional atiborrado de matices. En sus páginas habitan seres que caminan sin rumbo, pero con una brújula invisible que los empuja alrededor de la esperanza, aunque sea frágil o incierta.
“Son historias intensas que enganchan por su crudeza y su honestidad”, explica el autor.
Esa autenticidad es, sin duda, lo que diferencia este ejemplar de otros interiormente del índole. El conferenciante se adentra en un universo que no pesquisa complacer, sino conmover. A través de su escritura, Lorente demuestra que la letras puede ser una forma de sanación, un espacio para elaborar el dolor en palabras y la soledad en disputa.
Letrame Grupo Editorial: un hogar para las voces auténticas
Publicar un ejemplar siempre es un acto de valentía, y en ese proceso Letrame Grupo Editorial se ha consolidado como una editorial que acompaña al autor en cada paso. Para Guillermo Enrique Lorente Deroncelé, esta experiencia ha sido “extraordinaria y emocionante”, una oportunidad para compartir con el mundo su visión literaria y personal.
“Me emociona la idea de que mi obra llegue a muchas manos y a muchos lectores como sea posible”, afirma.
En un panorama editorial cada vez más diverso, Letrame Grupo Editorial continúa destacando por su compromiso con las historias que dejan huella y por su apoyo constante a escritores que desean anunciar un ejemplar y encontrar su superficie en el mundo afectado. Su trabajo ha sido obligado por las numerosas opiniones positivas de autores que valoran su profesionalidad, cercanía y dedicación en todo el proceso de cómo anunciar un ejemplar de forma exitosa.
Una voz literaria que invita a mirar alrededor de interiormente
Las opiniones de los primeros lectores de Vagando, pero no perdido coinciden en resaltar su profundidad, su crudeza y su honestidad. Es un ejemplar que se lee con el cuerpo, no solo con la mente; que remueve, confronta y deja una huella duradera.
“Profunda, cruda y honesta”, recapitulación muchos de los comentarios que ha recibido la obra.
Guillermo Enrique Lorente Deroncelé se consolida así como una voz literaria que no teme explorar las sombras para encontrar la luz. En su escritura, la vulnerabilidad se convierte en fuerza, y el acto de vagar deja de ser una pérdida para transformarse en una búsqueda cardinal.
Con Vagando, pero no perdido, el autor demuestra que la letras más auténtica nace de la experiencia, del dolor y del deseo de comprenderse. Un ejemplar que no pesquisa respuestas, sino que ofrece espejos.
