La luz del sol, que asoma sólo de vez en cuando, entra por las vidrieras y, en el interior, sale de colores para reflejarse en la piedra blanca y en la madera de los portones, como si fuera un arcoíris. Son muchos arcoíris que se multiplican por toda la nave y hacen del interior de Notre Dame un espacio casi mágico. La nave está vacía, no hay casi gente, salvo algunos operarios. Suena un órgano. Se está ensayando para la ceremonia más esperada en París en mucho tiempo: la reapertura del templo de Nuestra Señora de París, Notre-Dame, símbolo de Francia, sumida en las cenizas en 2019, y hoy renacida de las brasas y convertida en un espacio luminoso, renovado y más sagrado que nunca.. Seguir leyendo
EL MUNDO recorre el gran templo de París antes de su reapertura oficial mañana y después de ser sometido a una colosal obra de resurrección más que de reconstrucción debido al incendio que sufrió en 2019
La luz del sol, que asoma sólo de vez en cuando, entra por las vidrieras y, en el interior, sale de colores para reflejarse en la piedra blanca y en la madera de los portones, como si fuera un arcoíris. Son infinitos arcoíris que se multiplican por toda la nave y hacen del interior de Notre Dame un espacio casi mágico. La nave está ahora vacía. No hay casi gente, salvo algunos operarios. Suena un órgano. Se está ensayando para la ceremonia más esperada en París en mucho tiempo: la reapertura del templo de Nuestra Señora de París, Notre-Dame, símbolo de Francia, sumida en las cenizas en 2019, y hoy renacida de las brasas y convertida en un espacio luminoso, renovado y más sagrado que nunca.. «Nunca hemos tenido una visión tan clara de la catedral, ni siquiera antes de la restauración realizada por [el arquitecto] Viollet le Duc en 1845». Esa renovada Notre-Dame «se parece más a la catedral tal y como fue concebida en la Edad Media», explica, una vez atravesado el umbral del portón del templo, Philippe Jost, responsable de la empresa pública creada para la reconstrucción y una de las personas más implicadas en este proyecto monumental.. Es miércoles a mediodía y la nave luce impoluta, parece más grande que antes, está reluciente. Quizá porque no hay gente, sólo los técnicos que rematan los últimos preparativos para la difusión en televisión de los actos, la apertura del templo el sábado, que será presidida por Emmanuel Macron, y la primera misa el domingo.. «Con estos trabajos de reconstrucción se ha transformado la catedral, ha sido gracias a las labores de limpieza, además de las de restauración. Son 42.000 metros cuadrados de superficie de piedra los que se han limpiado, por eso hoy descubrimos la catedral con la piedra clara», explica Rémi Froment, arquitecto encargado de la reconstrucción, que acompaña en la visita. Lo dice y es verdad.. Es, en parte, por la limpieza que se ha hecho de los muros, antes opacos por la acumulación de suciedad y que ocultaban los colores originales de algunas piezas. La piedra luce y las vidrieras han perdido esa pátina, no del tiempo, sino del desgaste. «Con estas labores se ha querido poner en valor la profundidad de la nave, que parece ahora más grande», añade Jost.. Una de las cosas más llamativas del interior del templo son las cúpulas de las capillas: se han restaurado las pinturas y se han recuperado zonas ocultas, han surgido colores no vistos y se han revitalizado otros, hasta el punto de que parece que están recién decorados. En una de las capillas, la situada detrás de La Piedad del coro, luce la corona de espinas dentro del relicario diseñado por el artista francés Sylvain Dubuisson.. Hay violines y suena la música, que acompaña los haces de luz. También se escucha un taladro de fondo. Se han colocado sillas de madera, más modernas, para los actos del fin de semana. Como describe Jost, «lo que vemos hoy es nuestra catedral de Notre Dame, pero mucho más bella». Hay algunas pinturas o esculturas que han cambiado de lugar y se han situado en otros sitios donde lucen más. Es el caso de una de las vírgenes, que data del siglo XVII y ha sido instalada en la entrada. Antes estaba en una de las capillas.. La luz entra a través de los rosetones, en el crucero (hacia el centro de la nave), donde hay aún trabajadores rematando la logística de la ceremonia de mañana. Cinco años después, ya no hay andamios dentro.. Vista de las capillas laterales del gran templo de París, donde lucen las nuevas vidrieras.JULIO PIATTI. «Se ha puesto en valor la profundidad de la catedral, y para ello se han colocado 200 puntos de luz, las lámparas interiores, pero también contamos con la luz exterior, que atraviesa las vidrieras». Esta claridad es probablemente una de las cosas más impactantes. «Los colores de las columnas de las capillas es algo que no se había visto antes, porque estaban ocultos». «Como tampoco existía algo menos artístico, pero importante: toda la instalación eléctrica». La que, enfatizan los responsables de la resurrección, «impedirá que vuelva a haber otro incendio» como el del 15 de abril de 2019.. Llegamos al corazón de la catedral, la zona del Coro, que se ha querido que sea «un espacio sagrado de rezo, es un lugar privilegiado en la nueva Notre Dame». Froment, el arquitecto, mira hacia arriba, al armazón que cubre la nave, en el centro justo, donde empezó a desmoronarse todo. «Lo complicado fue lidiar con el incendio en sí, pero también había que tener en cuenta todo lo que podía caerse tras el derrumbe de la aguja. Hubo suerte, el andamio instalado hizo que la flecha no cayese a plomo, sino que se quemó dentro y evitó daños mayores», explica. El incendio, conviene recordar, se produjo durante las obras de rehabilitación del templo.. Froment se refiere a la aguja de 96 metros, obra del arquitecto Violec Le Duc. Su derrumbe fue uno de los momentos más sobrecogedores del siniestro. «Lo más complejo ha sido la reconstrucción de esta flecha y de la cubierta, que se ha reconstruido pieza a pieza» con madera de los bosques de Francia. Al caer el armazón, quedó parte de la nave al descubierto y aparecieron mohos y algas en las paredes, así que se hizo «un trabajo extraordinario previo, de protección, para evitar que se pudriese la piedra».. Detalle del nuevo sagrario de Notre Dame.ELIAS EDOUARD. En mitad de una crisis política sin precedentes en Francia, Macron recibirá este sábado a una treintena de personalidades, entre jefes de Estado y de Gobierno, ministros y delegados institucionales. Será para el acto institucional, pero no el más festivo. Acudirán el presidente electo de EEUU, Donald Trump, y ha confirmado también el ucraniano, Volodimir Zelenski.. La semana pasada el templo abrió sus puertas en otro evento, la última visita de Macron al templo, al que acudieron un millar de personas, las que han trabajado en las labores de reconstrucción.. Vista frontal del ábside tras la reconstrucción.JULIO PIATTI. Para el acto de reapertura se activará un dispositivo de seguridad «excepcional», inspirado en el dispositivo de los Juegos Olímpicos. Se desplegarán 6.000 policías y gendarmes el sábado y domingo y habrá restricciones a la movilidad en la zona del río Sena.. «Hemos vivido una cosa extraordinaria, que nos ha transformado para siempre, de por vida», insiste Jost. Han sido cinco años de obras, se han restaurado 2.000 estatuas y piezas y se han necesitado 1.000 metros cúbicos de piedra para recuperar los muros destruidos por el incendio. Es, lo que Macron definió, como «la obra del siglo», acometida con las técnicas de la Edad Media.. La nueva Notre Dame es memoria medieval, pero no olvidará por qué está de nuevo en pie. En una de las capillas, al fondo, hay un casco sobre el suelo, con una inscripción: Les pompiers (Los bomberos). Se trata de un homenaje a los héroes que frenaron el fuego e impidieron la destrucción total del templo. En la de al lado, otro mensaje para los donantes, los que han pagado la titánica obra, en la que han participado 250 empresas. Las donaciones han superado los 700 millones de euros.. En la reconstrucción, una obra colosal como no se recuerda, han participado unas 2.000 personas, ingenieros, restauradores, carpinteros, obreros, electricistas… La ceremonia del sábado arrancará con un discurso presidencial, seguido por un acto «más espiritual». Y después, uno más festivo con un gran concierto en el que participarán el director de orquesta Gustavo Dudamel, el pianista Lang Lang y estrellas de pop como Pharell Williams. Será una ceremonia larga, que arrancará alrededor de las siete y media de la tarde y se prolongará hasta pasadas las 11 de la noche.. Detalle de la capilla de las velas.ELIAS EDOUARD. Tras los actos del fin de semana la catedral abrirá sus puertas al público el lunes, día 8. Se espera una avalancha de visitantes, que no podrá ser atendida en los primeros días. La catedral sólo puede acoger a 40.000 personas por día y se esperan 15 millones en seis meses. El periodo de reapertura, hasta que se normalicen los flujos, será de este fin de semana hasta junio.. Incluso cuando estaba en obras, sus alrededores atraían a los turistas (26 millones en 2023). Con 12 millones de visitantes cada año antes del incendio, la catedral de Notre Dame es el monumento más visitado de Francia, más que la Torre Eiffelo la basílica del Sagrado Corazón, con 11 millones por año. Los billetes para las misas de los primeros días ya se agotaron el martes.. El pasado miércoles, durante esta visita previa al interior del templo, ya se agolpaban fuera grupos de turistas, haciendo fotos y admirando la célebre aguja: 96 metros de esfuerzo humano titánico brillando de nuevo en el cielo de París. Un matrimonio de visitantes italianos hacía fotos a la fachada. «Sabemos que no podremos acceder este fin de semana, pero aún así hemos decidido venir porque no queríamos perdernos una de las cosas más grandes para un creyente: la resurrección de Notre Dame», confesaban.
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