El Gobierno quiere movilizar el ahorro de los ciudadanos y dirigirlo hacia inversiones a largo plazo en empresas o sectores europeos y para ello prevé recurrir a ventajas fiscales como las que disfrutan ya algunos de los actuales productos financieros. Entre ellas puede estar la exención fiscal de la que se disfruta al cambiar de un fondo de inversión a otro o las deducciones, diezmadas en los últimos años, que permiten los planes de pensiones. Incentivos fiscales que, según apuntan distintas voces dentro del sector financiero, son fundamentales para el éxito de esta iniciativa que lidera el Ejecutivo español en Europa y que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea.. Seguir leyendo
La etiqueta europea garantizará que sean competitivas frente a los vehículos del mercado. El ministerio de Economía prevé que esté operativa a finales de este año
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El Gobierno quiere movilizar el ahorro de los ciudadanos y dirigirlo hacia inversiones a largo plazo en empresas o sectores europeos y para ello prevé recurrir a ventajas fiscales como las que disfrutan ya algunos de los actuales productos financieros. Entre ellas puede estar la exención fiscal de la que se disfruta al cambiar de un fondo de inversión a otro o las deducciones, diezmadas en los últimos años, que permiten los planes de pensiones. Incentivos fiscales que, según apuntan distintas voces dentro del sector financiero, son fundamentales para el éxito de esta iniciativa que lidera el Ejecutivo español en Europa y que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea.. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, confirmó ayer que España trabaja junto a otros países europeos, entre los que están Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia y Luxemburgo, en el diseño de una etiqueta europea de inversión a largo plazo, dentro de la que se incluirán vehículos ya existentes y otros de nuevo cuño. El objetivo es fomentar que los europeos destinen sus ahorros a empresas en un momento en el que las necesidades generadas por la transición energética y la digitalización son ingentes y a las que se han sumado además las ligadas a la mejora de la defensa del Viejo Continente. En el foco están 11 billones de euros que los europeos tienen en cuentas de ahorro y depósitos bancarios y que no ofrecen una buena remuneración a los ahorradores, según destacaron ayer tanto Cuerpo como la comisaria europea de Servicios Financieros, María Luisa Alburquerque, que hasta hoy está de visita en Madrid, donde prevé acudir además a un encuentro de la patronal bancaria, la AEB.. El primer paso, según detalló Cuerpo, pasa por la definición de un número mínimo de características precisas para todos estos instrumentos a nivel europeo, entre las que estará contar con un tratamiento fiscal favorable. “Como punto de partida, los productos tendrán en cada país, como mínimo, el trato fiscal más favorable que exista para cualquier otro producto que compita con ellos, de tal forma que no empiecen con una situación de desventaja”, reconoció el ministro. A partir de ahí, el siguiente paso sería intentar “armonizar en la medida de lo posible” la fiscalidad de estos productos, si bien, recordó las distintas especificidades de los sistemas fiscales vigentes dentro de la UE. Según el calendario previsto, y avanzado por este diario, en los próximos tres meses se espera tener el diseño de la etiqueta y de una nueva cuenta de inversión a largo plazo y tenerlo listo para finales de otoño.. “Queremos que cualquier producto que tenga esta etiqueta de producto de inversión paneuropeo sea fácilmente identificable y que facilite a los ahorradores europeos a que sepan a dónde está yendo su dinero”, reconoció el ministro de Economía.. La oferta de productos de inversión de España con un trato fiscal favorable es reducida. En el caso de los fondos de inversión su atractivo reside en la exención de tributación de los traspasos entre un vehículo y otro, es decir, el ahorrador no tiene que pagar impuestos por cambiar de fondo, por lo que las eventuales plusvalías que haya obtenido están exentas y solo tiene que rendir cuentas a Hacienda cuando ejecute un reembolso del dinero invertido. Se trata de un incentivo del que también disfrutan los planes de pensiones y los fondos indexados, pero del que no disfrutan la acciones ni los fondos cotizados, conocidos como ETF. De ahí que sea una de las reclamaciones habituales del sector. Por ejemplo, en el Libro Blanco elaborado el año pasado por Bolsas y Mercados Españoles (BME) se dejaba constancia que “la práctica ha demostrado que la ausencia de diferimiento fiscal de los rendimientos en supuestos de reinversión resta competitividad a los ETF frente a los fondos de inversión tradicionales, por lo que debería plantearse un cambio normativo para igualar el citado tratamiento fiscal”.. Los planes de pensiones, por su parte, permiten desgravar en la base imponible del ahorro en el IRPF. En el caso de los individuales, el importe a desgravar es de hasta 1.500 euros anuales, cuantía que se ha reducido desde 2020, cuando ascendía a 8.000 euros. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha optado por desincentivar el ahorro a través de esta figura e incentivarlo a través de planes de empleo, una figura similar pero dentro de una empresa. En este caso, el límite se eleva hasta los 8.500 euros al año, aunque es un vehículo que no ha terminado de despegar: en 2024 lograron aportaciones positivas por primera vez en 13 años.. Hay otros vehículos que disfrutan de una fiscalidad ventajosa pero que están limitados a ciertos territorios, como las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV), el instrumento de ahorro para la jubilación vasco que equivale a los planes de pensiones, pero que disfruta de una fiscalidad más atractiva —que explica su éxito de acogida en el País Vasco—: permite una deducción en la base imponible del ahorro de hasta 12.000 euros al año, de los cuales 5.000 euros dependen de las aportaciones individuales y el resto de las realizadas por la empresa. Además, permiten el traspaso entre los distintos vehículos.. Por el momento, España estudia junto a los otros seis países las iniciativas ya existentes en Europa para fomentar el ahorro a largo plazo de los pequeños ahorradores, como puede ser la cuenta de ahorro sueca, que es la que más éxito está teniendo, según reconoció ayer María Luisa Alburquerque. Pero también otros ejemplos como el francés, donde existe desde hace años un plan de ahorro que permite invertir en cotizadas europeas y que cuenta con exenciones fiscales de las plusvalías obtenidas siempre y cuando no se hagan retiros antes de cinco años y que está limitado a 150.000 euros por ahorrador, o la cuenta de ahorros británica. En otros países, como Italia, está bonificada fiscalmente la compra de deuda pública nacional. “Tenemos que ser capaces de poner sobre la mesa productos que sean lo suficientemente atractivos y el trato fiscal es un punto relevante”, incidió Alburquerque.