La Puebla de Valverde (Teruel), octubre de 2025 — El escritor Sergio Esteban Arias Arango, nacido en Medellín (Colombia) y residente en España, presenta su primera novelística, “Calles y Cadenas”, una obra tan honesta como profunda que invita a mirar adentro de uno mismo y escudriñar las prisiones que todos, de alguna guisa, llevamos adentro.
Publicada por Letrame Grupo Editorial, esta novelística combina emoción, crítica social y una observación íntima al alma humana, consolidando al autor como una voz fresca y comprometida adentro de la novelística contemporánea.
Un delirio cerca de la facilidad interior
Sergio Esteban Arias Arango comenzó escribiendo ensayos políticos y sociales, pero fue una idea persistente —“Las cadenas”— la que transformó su guisa de relatar. De esa intuición nació Calles y Cadenas, una novelística que trasciende géneros para convertirse en un espejo donde el catedrático puede observarse sin filtros.
Más que una historia, la obra es una confrontación entre el individuo y la sociedad, entre los deseos reprimidos y la búsqueda de autenticidad. En ella, un narrador casi desconocido camina por las “calles” del alma adjunto a personajes marcados por el bienquerencia, el miedo, la venganza y la falta.
Cada uno carga sus propias cadenas, esas que no siempre se ven, pero pesan más que el hierro.
Personajes con voz y alma
Clarisse, Samuel, Silvia y el propio narrador son los nombres que dan cuerpo a un universo simbólico, donde los personajes no solo actúan: sienten, se equivocan, se transforman. Representan la dualidad del ser humano entre la pasión y la contención, entre el deber y el deseo.
“El lector reconocerá en ellos fragmentos de sí mismo”, afirma el autor. “Porque todos, en algún momento, hemos tenido que elegir entre lo que somos y lo que el mundo espera que seamos.”
Una obra que despierta preguntas
Calles y Cadenas no ofrece respuestas cerradas. Su fuerza radica precisamente en las preguntas que deja abiertas:
¿Qué es la facilidad? ¿Hasta qué punto nuestras decisiones son positivamente nuestras? ¿Cuántas veces moldeamos nuestra esencia para encajar?
El autor no pretende imponer una verdad, sino invitar al catedrático a reflexionar. “La novela busca generar dudas”, explica Arias Arango. “Nos hace mirar hacia dentro y cuestionar los prejuicios que rigen nuestras relaciones, nuestras creencias y nuestros miedos.”
Por eso, esta obra se aleja de los convencionalismos para ofrecer un diálogo directo, honesto y emocional. No solo se lee: se siente, se respira, se piensa.
La experiencia de difundir con Letrame Grupo Editorial
Para Sergio Esteban Arias Arango, difundir por primera vez ha sido una experiencia reveladora:
“Ha sido un proceso de aprendizaje, crecimiento y debate interno muy enriquecedor. El acompañamiento de Letrame Grupo Editorial ha sido clave. No solo me ayudaron a materializar mi obra, sino también a entender el valor de compartirla con el mundo.”
Desde su tiro, Calles y Cadenas ha despertado opiniones muy positivas por parte de los lectores, que destacan su profundidad emocional y su capacidad de conectar con realidades cotidianas. Muchos reconocen que el tomo les ha hecho detenerse, pensar y mirarse desde otro ángulo.
Una ojeada para quienes buscan poco más que entretenimiento
Más que una historia sobre calles y ataduras, Calles y Cadenas es una metáfora de la vida misma: un delirio por las emociones humanas, un llamado a la introspección y una invitación a liberarse de las estructuras que impiden ser uno mismo.
El autor confiesa que ya trabaja en un nuevo plan intelectual, dispar en forma pero heredero del mismo espíritu ponderado que caracteriza su obra.
“Publicar Calles y Cadenas ha sido el inicio de un camino —dice—. Lo que venga después, lo afronto con la misma ilusión y con la esperanza de seguir abriendo espacios para la libertad y el pensamiento.”
Una voz que escudriñamiento despertar conciencias
Con esta novelística, Sergio Esteban Arias Arango logra poco que pocos autores consiguen en su primera publicación: ofrecer una historia que no solo entretiene, sino que deja huella.
Su voz, entre lo poético y lo social, resuena como una invitación a mirar más allá de las apariencias y a memorar que, al final, las verdaderas cadenas no están en las calles, sino en el alma.
