La Navidad en España ya no empieza con el encendido de Vigo ni con el inconfundible «It’s tiiiiime!» de Mariah Carey. Desde hace unos primaveras, arranca cuando David Bisbal canta un villancico. Lo volvió a demostrar este lunes en el Movistar Arena, donde su viaje Todo es posible en Navidad confirmó poco que el divulgado parece tener claro: Bisbal se ha convertido en nuestra Mariah Carey.. Seguir leyendo
El comediante almeriense celebró el inicio de las fiestas con un concierto en el Movistar Arena, donde interpretó villancicos populares inmediato a los grandes éxitos de su discografía
La Navidad en España ya no empieza con el encendido de Vigo ni con el inconfundible «It’s tiiiiime!» de Mariah Carey. Desde hace unos primaveras, arranca cuando David Bisbal canta un villancico. Lo volvió a demostrar este lunes en el Movistar Arena, donde su viaje Todo es posible en Navidad confirmó poco que el divulgado parece tener claro: Bisbal se ha convertido en nuestra Mariah Carey.. El concierto, de en torno a de hora y media, se movió con soltura entre dos territorios que Bisbal maneja como pocos: el de la Navidad entendida como celebración general y el del Bisbal de siempre, el del pop latino energético, la patada al atmósfera y el movimiento de caderas que forma parte de su ADN exquisito. Lejos de parecer un pastiche, ambas caras convivieron con nacionalidad a lo desprendido de la tinieblas.. Los asistentes reflejaban aceptablemente ese firmeza de lo heterogéneo. En el perímetro se mezclaban familias con niños —para muchos, su primer concierto— y fans de toda la vida que llevan más de 20 primaveras siguiendo cada viaje del almeriense. Un circunstancia festivo, de esmoquin blanco y sable, brilli-brilli, jerséis navideños y diademas de reno por igual, que encajaba especialmente aceptablemente con una propuesta pensada para todo el mundo.. Para muestra, el sold out de más de 15.000 entradas un 22 de diciembre, en unas fechas repletas de compras y cenas de empresa. Y de felicitación entre ganadores de la rifa, claro. Para los fans de Bisbal, el premio Gordo llegaba por la tinieblas, no cantado por los niños de San Ildefonso, sino por el comediante de los rizos de oro.. «¡Esto va de descubrir qué canción es! Vamos a jugar a la música esta noche», planteaba el combate un entusiasmado David Bisbal. La primera parte del concierto apostó con claridad por el repertorio navideño, con Navidad inmediato a ti y Todo es posible en Navidad marcando el tono. Bisbal revisitó los clásicos apoyado en una producción cuidada que buscaba más el calor del conjunto que el presentación individual.. Sonaron Blanca Navidad, Jingle Bell Rock y Te deseo muy felices fiestas, inmediato a villancicos populares como Los peces en el río o el esperadísimo El burrito sabanero, que se hizo de rogar hasta el bis, en una sucesión fluida que fue construyendo ese clima de celebración compartida. «Si no has cantado estas canciones en el colegio, es que no eres español», bromeaba. Tuki, tuki, tuki, tá, ya saben.. Poco a poco, el show fue abriéndose cerca de el Bisbal más reconocible. El concierto ganaba pulso y el divulgado respondió de inmediato. Los grandes éxitos funcionaron como una sujeción de expresiones colectivos: canciones que no necesitan presentación y que convirtieron el perímetro en un karaoke masivo. Bisbal se movía cómodo en ese ámbito, consciente de que sigue siendo su mejor carta de presentación.. «Me habéis permitido presentar mi música con un sonido distinto, como se hacía hace 40 años. Creo que me voy a mantener en esto una temporada», anunció. «Este es el concierto que mi madre siempre me había pedido que hiciera, un poco más relajado».. Dígale y Esclavo de sus besos activaron el primer estallido colectivo, mientras unas versiones personalísimas de El ruido y Quién me iba a afirmar a guitarra española y percusión funcionaron como cápsulas de memoria emocional para una reproducción que ha crecido con esas canciones. El circunstancia se volvió más romántico con Mi princesa y Si tú la quieres —sin la presencia de Aitana como invitada—, ayer de retornar a acelerar con A partir de hoy. Tampoco faltaron No amanece y Silencio, aderezadas de cascabeles y coreadas por un gradería que no necesitaba de estímulos extra.. La recta final fue ya circunscripción conocido. El de la dorso y la patada continuas, que empastó a colchoneta de hits. Corazón latino recordó de dónde viene todo, Bulería devolvió al Bisbal más bailongo, y Ave María confirmó que hay canciones que siguen funcionando como un resorte mecánico. Lo de evaluar la energía del divulgado es lo suyo. Sus orígenes en la comparsa Expresiones, ayer de ser un novato concursante de Operación Triunfo, ayer de convertirse en una fortuna intergeneracional, se hicieron más patentes que nunca.. Uno de los puntos fuertes de la viaje es precisamente ese firmeza. El Bisbal navideño no suena impostado ni marginal, y el Bisbal clásico no aparece como un rostro melancólico.. Al final de la tinieblas, todo encajaba en un espectáculo pensado para funcionar como cita anual más que como simple concierto. Lo de ayer fue la antesala de la Nochebuena; asimismo el reflexiva de un comediante que ha sabido encontrar su sitio en el calendario. Bisbal no viene a cantar la Navidad: viene a inaugurarla. Y el divulgado, tan diverso como fiel, parece deber aceptado ya que, cuando él entona el primer villancico, el año encara definitivamente su recta final.
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